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Guerra Rusia-Ucrania

Mariúpol sufre un «Armagedón» bajo las bombas rusas en una nueva noche de «infierno»

La guerra en Ucrania encara su decimosexta jornada con un incremento de los ataques contra zonas urbanas. El puerto de Mariúpol se encuentra al borde de una crisis humanitaria sin precedentes

Ucrania entra en su decimosexto día de guerra desde el inicio de la invasión rusa el pasado 24 de febrero. La situación humanitaria se hace cada vez más grave, sobre todo en la ciudad de Mariúpol, puerto a orillas del Mar de Azov, que Rusia trata de conquistar cueste lo que cueste para unificar la península de Crimea con el Donbás.

Sin agua, comida ni electricidad, la población de Mariúpol está sometida a una situación límite. Los bombardeos se suceden y los cadáveres se acumulan en las calles tras el fracaso de los intentos de crear corredores humanitarios para evacuar a los civiles.

El alcalde de la ciudad, Vadym Boichenko, aseguró de forma elocuente que Mariúpol está pasando por un «Armagedón», unos días de «infierno». Las imágenes de las mujeres embarazadas saliendo con los rostros ensangrentados de la maternidad bombardeada en un ataque ruso el jueves, se ha convertido en uno de los símbolos de la martirizada población civil.

Evacuación de la maternidad de Mariúpol tras el ataque rusoAFP

Otras ciudades del país también están sufriendo un aumento de la intensidad de los bombardeos rusos ante el nerviosismo del Kremlin por el aguante de la resistencia ucraniana, que están alargando la guerra de forma peligrosa para los intereses rusos.

Las ciudades de Lutsk, cerca de la frontera polaca, y de Dnipro, en el centro del país, a orillas del río Dnieper, han sufrido esta madrugada, y por primera vez desde el inicio de la invasión, bombardeos directos contra zonas civiles.

En Lutsk, los ataques rusos han destruido el aeródromo de la localidad. En Dnipro, los bombardeos han afectado a un jardín de infancia, un bloque de apartamentos y una fábrica de zapatos.

Otro punto cada vez más caliente es el que se sitúa en la periferia de Kiev. Rusia intenta cerrar la pinza sobre la capital de Ucrania. Para lograr su objetivo, es fundamental que la gran columna de blindados de más de 60 kilómetros de largo que avanza lentamente hacia la ciudad alcance su objetivo.

Situación actual en UcraniaKindelán

El gran convoy fue visto por última vez en las cercanías del aeropuerto Antonov. Sin embargo, imágenes de satélite demuestran que algunas unidades de artillería ya han logrado llegar a su destino y han comenzado a desplegarse y a tomar posiciones a 5 kilómetros de la ciudad.

La columna, sin embargo, llega a la capital lastrada por las emboscadas de la resistencia ucraniana y las numerosas averías y problemas logísticos que se ha encontrado desde el inicio.

El ministerio de Defensa ucraniano distribuyó imágenes aéreas que muestran cómo el ejército ucraniano ataca la columna convertida en un blanco fácil tanto por la lentitud de su avance, la falta de cobertura aérea que la defienda (la aviación rusa no ha sido capaz de dominar los cielos ucranianos), y errores tácticos de los estrategas rusos.

Mientras tanto, la vía diplomática sigue abierta, aunque de momento, sin éxito. Después del fracaso de las negociaciones entre los ministros de exteriores ruso y ucraniano, Serguéi Lavrov y Dmytro Kuleba, ayer en Turquía, los ojos siguen puestos hoy en la segunda jornada de la cumbre informal de líderes de la Unión Europea que, desde ayer, se está celebrando en el palacio de Versalles.

En su primera sesión, los presidentes y jefes de gobierno de la Unión Europea decidieron adoptar nuevas sanciones contra Rusia. Este viernes, los líderes europeos debatirán sobre el aumento del gasto militar de los Estados miembro para fortalecer las capacidades defensivas europeas, y sobre el proceso de desconexión energética de Rusia.