Yoon Suk-yeol, el próximo presidente surcoreano que aboga por endurecer la relación con Kim Jong-un

Yoon Suk-yeol, antiguo fiscal general y candidato conservador en la contienda electoral celebrada este miércoles en Corea del Sur, llevará las riendas de la cuarta economía asiática durante los próximos cinco años tras imponerse por la mínima a su rival progresista, Lee Jae-myung, (48,56 % de los votos frente al 47,83) en una de las campañas más broncas, embarradas y plagadas de ataques verbales y acusaciones que se recuerdan.

Partidario de endurecer las relaciones con Corea del Norte (al contrario del presidente saliente, Moon Jae-in, que en sus cinco años de mandato ha mantenido una postura de conciliación y diálogo hacia el país vecino), Yoon, de 61 años y sin experiencia política, ha criticado durante la campaña lo que ha calificado como «política subordinada a Corea del Norte» del Partido Demócrata. Por el contrario, el candidato conservador prometió no aliviar las sanciones ni preparar un tratado de paz hasta que el régimen de Kim Jong-un «haga esfuerzos activos para una desnuclearización completa y verificable».

Solo en 2022, y con las relaciones entre los dos países prácticamente estancadas desde hace ya tres años, Pyongyang ha lanzado nueve pruebas de misiles, incluido un nuevo tipo de misil hipersónico capaz de maniobrar a alta velocidad. Aunque Yoon ha señalado que mantendrá abierta la puerta a la diplomacia y el diálogo, también ha subrayado que buscará ante todo una paz «basada en una postura sólida de defensa nacional y no en la sumisión».

«Construiremos una poderosa fuerza militar que seguramente pueda disuadir cualquier provocación para proteger la seguridad y la propiedad de nuestros ciudadanos y salvaguardar así la integridad territorial y la soberanía de la nación», ha llegado a decir el ganador de los comicios, una postura que según algunos analistas podría deteriorar aún más las ya tensas relaciones entre las dos Coreas.

Distanciamiento con China

Otro de sus más destacados virajes en política exterior afectará, previsiblemente, al trato con China. Si durante años Seúl se ha cuidado de forjar una beneficiosa asociación comercial con Pekín sin descuidar tampoco su histórica alianza de seguridad con EE.UU., Yoon se ha encargado durante la campaña de avanzar cuáles serán los pasos que dará por esa senda. «Corea del Sur y EE.UU. comparten una alianza forjada con sangre mientras luchamos juntos para proteger la libertad contra la tiranía del comunismo», sostuvo en enero. La declaración de amor a Washington se ha visto fortalecida también por las ventajas tecnológicas que conllevaría una mayor aproximación con su aliado, lo que podría ayudar a Corea del Sur a mantener su ventaja frente a «naciones competitivas, incluida China».

En los últimos años, no obstante, la relación con el gigante asiático no ha pasado por su mejor momento, un distanciamiento que alcanzó su punto álgido cuando en 2016 Seúl anunció que desplegaría el sistema de defensa Terminal High Altitude Area Defense (THAAD) construido por EE.UU. para defenderse de Corea del Norte. La acción desencadenó una disputa con China, que arguyó que el aparato podría poner en peligro su seguridad nacional, y soliviantó a algunos ciudadanos chinos que llamaron a boicotear e incluso destruir productos surcoreanos.

A nivel doméstico, uno de los temas más controvertidos y agitados que han marcado la campaña ha sido la igualdad de género. Con la vista fijada en el voto antifeminista, uno de los grandes caladeros electorales en el país asiático, Yoon hizo de su promesa de abolir el Ministerio de Igualdad de Género y Familia una de sus medidas estrella en campaña y prometió también aumentar la pena prevista para las falsas denuncias de delitos sexuales.