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Vehículos de las tropas rusas derrotadas en Kiev gracias a un mensaje ciudadano

Guerra Ucrania Rusia

¿Qué pasaría si cae Kiev?

Volodimir Zelenski, con el apoyo de Estados Unidos y Europa, baraja diferentes alternativas si las tropas rusas, finalmente, logran hacerse con la capital

Seguramente los estrategas rusos conocen bien la «Operación de Defensa de Kiev» (tal como ellos la nombran en sus anales militares) o la «batalla de Kiev» como la denominaron los alemanes cuando cercaron a las tropas soviéticas en las cercanías de la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial. Este cerco supuso el sitio militar más extenso de la historia de la guerra moderna, en cuanto a tiempo y tropas invertidas en la ocupación de la ciudad.

En contra del consejo del General Heinz Guderian, gran estratega de la Operación Barbarroja, quien quería avanzar sobre Moscú de donde estaba ya muy cerca y le hubiera facilitado una gran victoria, Hitler decidió ralentizar esta ofensiva para ir a por Kiev y ocupar «los graneros» de Ucrania. Por su parte, Stalin tampoco siguió los consejos de su general Georgui Zhúkov, quien le advirtió que, para evitar ver a sus tropas rodeadas, debían abandonar Kiev en el menor tiempo posible, al menos abrir una salida, pero esta propuesta disgustó mucho a Stalin y no consintió, porque ya le había prometido a Churchill, con gran arrogancia, que la Unión Soviética «nunca dejaría al enemigo entrar ni en Moscú, ni en Leningrado, ni en Kiev».

Situación actual en UcraniaKindelán

El asedio se inició el 7 de julio de 1941 y el 17 de septiembre se cerraba el cerco alemán sobre la ciudad. El mismo 19 las tropas de la Wehrmacht entraban iniciando un combate calle por calle. Los soviéticos ya no tenían opciones de escapar del sitio, pero pelearon con tenacidad y hasta la muerte para causar el mayor daño posible a los alemanes, que acabaron con su resistencia el 26 de septiembre de 1941.

La toma de Kiev fue un duro golpe para el Ejército soviético y según Hitler fue «la batalla más grande de la historia universal», pero para sus propios generales Franz Halder y Heinz Guderian fue «el error estratégico más grande de la campaña del este».

El cambio de estrategia de Putin

En el presente la columna rusa que avanza hacia la capital ucraniana se ha diversificado cambiando la estrategia y estableciéndose en grupos pequeños que se van posicionando en puntos estratégicos al norte y oeste de Kiev.

Es comprensible que los habitantes de Kiev (hoy rodeados de tanques rusos en disposición de lanzar una gran ofensiva) prefieran entrar en la Unión Europea hoy mismo, mejor que mañana. Lo triste es que cuando los trámites necesarios, los plazos y las cautelas lo hagan posible, Kiev y Ucrania entera serán escombros y quién sabe qué será de los ciudadanos que sobrevivan. Los ucranianos habrán firmado su solicitud con la sangre derramada contra los invasores rusos.

El pueblo ucraniano no puede dejar más claro a qué parte del mundo se quiere vincular, pero si Putin alcanza sus objetivos militares hará de Ucrania un satélite de su nueva hegemonía «neosoviética» y los sueños de membresía en la UE quedarán en las cenizas. La UE contribuye con fondos de ese llamado «mecanismo de paz» (eufemismo o neolengua) para facilitar a los ucranianos comprar más armas y combustible.

Kiev, capital de Ucrania y la mayor de sus ciudades, contaba con una población de 2.954.300 habitantes. Hoy su alcalde, el célebre exboxeador Vitali Klichkó, dice que la mitad de la población ya se ha marchado. El asedio a la capital se hace por momentos más violento y solo una pequeña parte de los refugiados logra escapar de las zonas de batalla. Rusia dispara cerca de las carreteras y bloquea la evacuación. Ahora la ciudad se ha transformado en una fortaleza: «Cada calle, cada edificio, cada punto de control se ha fortificado». Pobres gentes huyen de los suburbios del noroeste, otras ya no quieren o ya no pueden irse.

El origen de esta ciudad se remonta al siglo V y su crecimiento e importancia se inició en la ocupación vikinga, en el siglo IX. Su historia contemporánea la convierte en capital de la República Popular Ucraniana tras declarar su independencia en 1917 pero, después, tras ser ocupada por el Ejército bolchevique en 1922, e integrada dentro de la Unión Soviética pasó la capital a Járkov.

En 1934, Kiev vuelve a ser la principal ciudad y, en la posguerra, el estalinismo remodeló su estilo arquitectónico y la convertiría en la tercera ciudad más grande de la Unión Soviética. Tras el colapso de la URSS y la Declaración de Independencia, el 24 de agosto de 1991, Kiev se estableció como la capital de la nueva Ucrania. Hasta hoy ha sido un importante centro cultural, histórico, educativo y científico, albergando una fuerte industria, también de alta tecnología.

Kiev dispone de muy buena infraestructura, un buen sistema de transporte público incluido su metro que viaja a gran profundidad (105 metros por debajo). Los edificios administrativos más importantes son el edificio del Consejo de ministros de Ucrania o la Rada Suprema. Esta parte de la ciudad también se conoce extraoficialmente como el barrio del gobierno.

La ciudad también tiene una gran cantidad de edificios para diversas embajadas, ministeriales y otros edificios importantes. La Administración y el Consejo Estatal de la ciudad se encuentran en el edificio del Consejo de la Ciudad. En Kiev el gobernador de la ciudad es nombrado por el presidente de Ucrania, mientras que el alcalde es elegido por votación popular local.

El Ministerio de Defensa ruso difunde imágenes de helicópteros lanzando ataques aéreos, donde su superioridad es mucho más evidente y con los que está haciendo mucho daño al Ejército ucraniano.

Por su parte, Kiev acusa a Moscú de bombardear hospitales y zonas residenciales, de hecho, la Organización Mundial de la Salud ha confirmado al menos 18 ataques contra instalaciones sanitarias, personal sanitario y ambulancias, algo que Rusia niega con la misma insistencia que niega la palabra «guerra» en favor de «operación militar especial».

La caída de Kiev sería el golpe fatal

De entrada, el asedio a Kiev va a ser largo y sangriento. Si el gobierno ucraniano cayese en la capital, esto supondría un golpe fatal para la resistencia. Tal vez el principio del fin. Es lo que Putin espera, contando con que la batalla será terrible y costará muchas vidas; pero el Kremlin sabe que será decisiva para doblegar Ucrania y no se detendrá.

Analistas estadounidenses y europeos han especulado sobre cómo apoyar a un gobierno en el exilio, presidido por Volodimir Zelenski. Se contempla por ello un traslado a Leópolis, en el oeste de Ucrania, o que el presidente y sus asistentes se establezcan en Polonia. Por eso el Kremlin ya ha ordenado bombardeos, por primera vez, en Lutsk, al noroeste del país y cerca de Polonia, e Ivano-Frankivsk, a unos 250 kilómetros más al sur y cerca de Moldavia, para advertir que su ofensiva puede llegar a cualquier parte. Zelenski hasta ahora ha rechazado salir de Kiev, pues pretende encabezar a Ucrania hasta el final en su lucha contra Rusia.

¿Gobierno en el exilio?

Antony Blinken, secretario de Estado norteamericano, declaraba a CBS el pasado domingo: «Los ucranianos tienen planes de los que no puedo entrar en detalles, para asegurarse la continuidad de su gobierno de una forma u otra». La inteligencia occidental, por eso, ante una derrota militar convencional ante Rusia prepara una prolongada resistencia apoyada desde el exterior. De esta forma un gobierno en el exilio permitiría a Ucrania construir y perfeccionar una insurgencia.

¡A sangre y fuego! Zelenski y los suyos tienen claro que «pase lo que pase, Ucrania no se rendirá».