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Los equipos de rescate retiran, este miércoles, los escombros de un edificio dañado por los bombardeos en el centro de JárkovAFP

Guerra Rusia-Ucrania  Rusia apela a la paz mientras se ensaña con los civiles

Bombardea varios edificios civiles y una columna de refugiados a la vez que el Kremlin lanza el mensaje de que quiere «lograr la paz lo antes posible»

Que Rusia y Ucrania parezcan hoy más cerca de lograr algún tipo de acuerdo que en cualquier otro día de los 22 que lleva desarrollándose el conflicto no impide que las tropas de Vladimir Putin sigan causando estragos entre la población civil ucraniana.

Quizás los bombardeos que sufrieron ayer decenas de civiles en ciudades como Mariúpol sean para el Kremlin solo un elemento de presión en las negociaciones bilaterales que ambos países mantienen en las últimas jornadas. O tal vez, este tipo de ataques puedan estar condicionados por el hecho de que Rusia esté recurriendo al uso de armas antiguas y poco precisas, que tienen más probabilidades de causar bajas civiles, como señaló ayer el Ministerio de Defensa británico.

Pero, en todo caso, el saldo de muertos y heridos, así como las imágenes de niños alcanzados por los proyectiles rusos se hacen cada vez más insoportables para la comunidad internacional y dejan a Rusia cada vez más aislada.

El fiscal jefe de la Corte Penal Internacional (CPI), Karim Khan, subrayó este miércoles durante su visita a Polonia y al oeste de Ucrania que los ataques contra la población civil eran «un crimen» que su oficina podría investigar.

«Si los ataques se dirigen intencionalmente contra bienes de carácter civil, incluidos los hospitales, ese es un delito que mi oficina puede investigar y procesar», señaló Khan en un comunicado. Precisamente, la Organización Mundial de la Salud informó ayer de que hasta ahora ha verificado 43 ataques contra el sistema sanitario ucraniano. Como el sufrido hace una semana en el hospital materno-infantil de Mariúpol.

Adelantándose a una probable futura resolución del citado tribunal internacional, y a la vez que anunciaba el envío de drones para reforzar al Ejército ucraniano, el presidente estadounidense, Joe Biden, elevó ayer el tono contra el presidente ruso, al que acusó de ser «un criminal de guerra».

103 niños muertos, según Zelenski

Que Putin pueda ser juzgado en el futuro por la invasión de Ucrania, el tiempo lo dirá, aunque elementos de juicio no le faltarán al tribunal competente encima de su mesa. Según la Oficina de la ONU para los Derechos Humanos, ya han muerto en el país eslavo 726 civiles –104 mujeres y 52 niños– y otros 1.174 han resultado heridos en los 20 primeros días de guerra.

Unas cifras que el propio organismo pone en cuarentena, al precisar que los casos incluidos son solamente los verificados, por lo que la cifra real podría ser mucho mayor. De hecho, según los datos de la Fiscalía General de Ucrania, citados ayer por el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, solamente en cuanto a menores de edad la cifra de víctimas mortales asciende a 103.

Cadáveres de civiles y soldados, en una morgue en MykolaivBulent Kilic / AFP

Ayer estos números –unos y otros– quedaron desfasados. Diez personas murieron tiroteadas por militares rusos, sin motivo aparente, en la ciudad de Chernígov, cerca de Bielorrusia, mientras hacían cola para comprar el pan. Asimismo, bombas rusas cayeron sobre el teatro de la ciudad de Mariúpol cuando más de 1.000 civiles se encontraban refugiados en el interior del edificio. Todavía no hay balance oficial de víctimas.

En los alrededores de esta misma ciudad, una columna de civiles que huían de los bombarderos rumbo a Zaporiyia fueron alcanzados por cohetes BM-21, según denunciaron las Fuerzas Armadas de Ucrania, que informaron de muertos y heridos, incluidos algunos niños. Por último, la alcaldía de Kiev anunció de madrugada en un comunicado que varios proyectiles rusos impactaron contra viviendas en el distrito de Podilsky, aunque no se registraron víctimas.

«Queremos lograr la paz lo antes posible»

Y en contraposición a las víctimas, las palabras. El asesor de Putin Vladimir Medinsky declaraba ayer a la agencia estatal rusa Tass que el objetivo del Kremlin era lograr la paz lo más pronto posible.

«Las conversaciones son duras y lentas. Por supuesto, nos gustaría que avanzaran mucho más rápido. Es el sincero deseo de Rusia. Queremos lograr la paz lo antes posible», afirmó, en relación a las negociaciones bilaterales ruso-ucranianas.

Estos encuentros parecen avanzar en algunos puntos concretos –se debate en torno a 15 asuntos–, pero las palabras que utilizaron durante la jornada de ayer tanto Zelenski como Putin, unidas al incesante conflicto bélico y su afectación sobre la población civil, parecen enfriar en parte los visos de esperanza.

Mientras Zelenski insistía en que se cumplieran sus prioridades –el «fin de la guerra, garantías de seguridad, soberanía, restauración de la integridad territorial»–, Putin redundaba en la idea de que su objetivo no era invadir Ucrania y que este país suponía un peligro para Rusia por su capacidad de albergar armas biológicas y nucleares.

«Debo ser claro, ambas delegaciones, la rusa y la ucraniana, están lejos de llegar a un acuerdo sobre la situación actual», admitió ayer de madrugada en la CNN el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, quien justificó el cambio de posición de Rusia respecto al conflicto en el daño que le están causando las sanciones económicas y en «la feroz resistencia del Ejército y el pueblo ucranianos sobre el terreno».