Guerra Ucrania-Rusia Putin se afianza en el sureste de Ucrania
Las tropas rusas bloquean Mariúpol y ya controlan todos los accesos de Ucrania al mar de Azov
Las tropas rusas siguen afianzándose en el sureste de Ucrania y ya dominan buena parte de las zonas de mayoría rusófona del país.
En el sur de Ucrania, el ejército ruso tomó el control de la región de Jersón, Melitopol y Berdyansk, lo que le ha permitido conectar sus efectivos militares con el Donbás, según informó anoche la agencia estatal rusa Rossiya Segodnya. De esta manera, allanan el camino para avanzar hacia la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.
La madrugada del viernes, el Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas de Ucrania anunció que Ucrania había perdido «temporalmente» el acceso al mar de Azov, una vez que Mariúpol, el último bastión del sur que todavía no dominaban los rusos, se encontraba bloqueado.
Ayer, el Gobierno ucraniano reconocía que no podían reforzar la defensa de este puerto estratégico, ya que las tropas ucranianas más cercanas están a unos 100 kilómetros de allí, o involucradas en otras batallas.
«Actualmente no hay una solución militar para Mariúpol. No es solo mi opinión, es también la opinión de los militares», admitió Olexij Arestowytsch, asesor del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
El asesor del ministro del Interior ucraniano, Vadym Denysenko, más optimista, aseveró ayer que las fuerzas ucranianas estaban tratando de recuperar Zaporiyia y «el Regimiento de Azov contraatacó hoy en Mariúpol», en referencia a la unidad militar a la que el Gobierno ruso de Vladimir Putin se refiere como «nazi».
«Murieron hasta 50 soldados rusos y varias unidades de equipo militar ruso fueron destruidas. De hecho, la ciudad resiste, la ciudad está combatiendo, la ciudad aguanta», añadió Denysenko.
Durante el sábado ha habido nuevos ataque rusos a Mariúpol y una fábrica siderúrgica de las más grandes de Europa fue casi totalmente destruida, informa Efe.
La lucha ahora se libra en el centro de una urbe que lleva desde el inicio de la invasión, el pasado 24 de febrero, soportando una lluvia de proyectiles que prácticamente han reducido el núcleo urbano a escombros y provocado la huida de miles de personas, tanto a la zona controlada por el Gobierno ucraniano como a las denominadas «repúblicas populares» de Donetsk y Lugansk.
Es en estas regiones del Donbás donde se inició el conflicto hace ocho años. Tras la revolución proeuropea del Euromaidán, que acabó con la huida del país del expresidente prorruso Víktor Yanukóvich, estos territorios en disputa ejercieron un movimiento de reacción prorrusa que derivó en la guerra del Donbás, que antes de la invasión de Ucrania ya sumaba 14.000 muertos; al menos 3.000 de ellos civiles, según datos de la ONU.
La guerra en estas zonas también ha sido uno de los argumentos por los que Putin ordenó el comienzo de lo que él llama «operación militar especial». Reconoció la independencia de Donetsk y Lugansk y, bajo el pretexto de que así pararía el «genocidio de rusos», a los tres días envió al Ejército al Donbás, pero también al norte y noreste del país vecino.
El avance, no obstante, ha sido muy desigual. A preguntas del diario Ukrinform, el portavoz del Ministerio de Defensa ucraniano, Oleksandr Motuzyanyk, aseguró ayer que «el enemigo fue parado en casi todas las direcciones donde avanzaba. En algunas áreas, el enemigo fue repelido, en particular, en los últimos días, el enemigo fue obligado a retroceder hacia atrás unos 70 km de la capital (Kiev)».
En el último parte de inteligencia militar difundido, ayer, por el Ministerio de Defensa Británico, sus analistas militares explicaron que Putin se había visto obligado a modificar sus pretensiones iniciales por la «magnitud y ferocidad de la resistencia ucraniana», que lo abocaban a desarrollar una «estrategia de desgaste».
En la práctica, según la Defensa británica, este nuevo plan «probablemente, implicará el uso indiscriminado de fuego, resultando en un incremento de bajas civiles, la destrucción de infraestructura ucraniana y la intensificación de la crisis humanitaria».
El Gobierno en Kiev anuncio ayer que se habían abierto diez corredores humanitarios para la evacuación de la población civil de las zonas de guerra: uno de Mariúpol a Zaporiyia, cuatro van de la región de Lugansk a Bachmut y el resto desde pueblos alrededor de Kiev.
Según la citada agencia Rossiya Segodnya, la capital ucraniana ya está bloqueada desde el oeste y las tropas enviadas por Putin se han hecho con el control de Balakliya, al sur de Járkov, donde se han intensificado los combates. En paralelo, según estás informaciones, las milicias de la denominada «República Popular de Donetsk» también tomaron el dominio de Volnovakha, entre Mariúpol y la ciudad de Donetsk.