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Sergei Lavrov, ministro de Relaciones Exteriores de RusiaMaxim Shemetov / AFP

Rusia abandona las negociaciones de paz con Japón por su apoyo a Ucrania

Japón y Rusia mantienen relaciones complejas desde la Segunda Guerra Mundial y no han firmado un tratado de paz debido a una disputa territorial

Rusia anunció este lunes que abandonaba las negociaciones de paz con Japón, que mantenía desde el final de la Segunda Guerra Mundial por un desacuerdo territorial, a raíz de la «posición inamistosa» de Tokio ante la invasión de Ucrania.

«Rusia no tiene intención, en las circunstancias actuales, de continuar las negociaciones con Japón sobre un tratado de paz», dijo el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en un comunicado.

Moscú consideró que es «imposible hablar de la firma de un documento fundamental sobre las relaciones bilaterales con un Estado que tiene una posición abiertamente inamistosa y busca perjudicar los intereses» de Rusia.

Japón y Rusia mantienen relaciones complejas desde hace décadas. Después de la Segunda Guerra Mundial, no firmaron tratado de paz debido a una disputa sobre cuatro pequeñas islas del archipiélago de las Kuriles. Aunque han habido intentos de negociación desde la caída de la URSS, nunca han tenido éxito.

Estas islas fueron ocupadas por el ejército soviético los últimos días del conflicto y desde entonces, no han sido restituidas a Japón, que los llama los 'Territorios del Norte'.

El anuncio ruso de la suspensión de pláticas de paz con Japón viene acompañado de la «decisión de cancelar los viajes sin visa de ciudadanos japoneses que deseen visitar sus antiguos lugares de residencia en las islas Kuriles».

El Kremlin también ha vetado el estatus de Japón como socio del diálogo sectorial de la Organización de Cooperación Económica del Mar Negro.

Las relaciones entre Rusia y Japón

El ex primer ministro Abe Shinzo dedicó una energía significativa a tratar de seducir a Vladimir Putin con promesas de cooperación para el desarrollo económico del Lejano Oriente ruso. «Su objetivo era negociar la devolución de al menos algunas de las Islas Kuriles» señala Richard Rousseau, investigador de la antigua Unión Soviética a Diplomatic Courier.

Sin embargo, mucho antes de la invasión de Ucrania, quedó claro que el presidente ruso no tenía intención de hacer concesiones en este tema. A pesar de todo, Abe no había perdido la esperanza y, debido a su gran influencia en la política japonesa, sus sucesores se sintieron obligados a mostrar su apoyo a su acercamiento a Rusia incluso después de su renuncia.

Esta situación ahora ha cambiado radicalmente. En 2014, tras la anexión de Crimea, Abe siguió a regañadientes a sus socios occidentales en la aplicación de sanciones contra Rusia.

Cualquier perspectiva de compromiso renovado con Rusia está, por el momento, muerta y enterradaRichard Rousseau, investigador de la antigua Unión Soviética

Ahora ante la invasión de Ucrania, después de un breve momento de vacilación, la administración de Fumio Kishida se ha alineado por completo con el resto del G7 y como señala Rousseau, a Diplomatic Courier «cualquier perspectiva de compromiso renovado con Rusia está, por el momento, muerta y enterrada, y las élites japonesas están unidas en su condena de la amenaza que representa Vladimir Putin».

Las sanciones japonesas a Rusia

Japón adoptó varios paquetes de sanciones contra Moscú por la situación en Ucrania. Se ha prohibido la exportación a Rusia de un total de 300 tipos de productos, incluidos semiconductores, equipos para el envío y la seguridad de la aviación, medios de comunicación, productos militares, incluidas armas, software y equipos de refinación de petróleo.

Tales restricciones se aplican a 49 empresas y organizaciones en Rusia, incluidas Rosoboronexport, Rostech, el servicio de seguridad federal FSB y el servicio de inteligencia extranjero SVR.

Japón también ha congelado los activos de varios bancos: Otkrytie, Novikombank, Sovcombank, VTB, Rossiya Bank, Promsvyazbank y VEB.RF. Además, se impusieron restricciones personales a los líderes rusos, incluidos el propio Vladimir Putin y varios empresarios rusos.