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Dos personas observan las llamas que se elevan de un incendio tras el ataque aéreo contra la ciudad de Léopolis, Ucrania

Dos personas observan las llamas que se elevan de un incendio tras el ataque aéreo contra la ciudad de Leópolis, UcraniaAFP

Guerra Ucrania-Rusia

Rusia responde al encendido discurso de Biden bombardeando Leópolis

Tras llamar a Putin «carnicero» y afirmar que no podía «permanecer en el poder», Moscú ha atacado la ciudad ucraniana más cercana a la frontera con Polonia

Un día después de que Rusia anunciara que había «completado sus principales objetivos» y que a partir de ahora se centraría en la «liberación del Donbás», Moscú bombardea Leópolis, una ciudad situada al oeste del país y a apenas 90 kilómetros de la frontera con Polonia. El ataque tenía lugar mientras el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se encontraba en la capital polaca dando un discurso en el que ha calificado al presidente ruso, Vladimir Putin, de «carnicero».

Biden nunca ha escondido su antipatía hacia el presidente ruso, al que tildó de «asesino» apenas dos meses después de llegar a la Casa Blanca. La invasión rusa de Ucrania no ha hecho más que dejar en evidencia las desavenencias, ya existentes, entre ambos líderes. El presidente de Estados Unidos ha ofrecido un discurso cargado de reproches y acusaciones, que Rusia ha contestado no a través de las palabras, sino en forma de bombardeos en la ciudad ucraniana más cercana al territorio de la OTAN.

Además de llamar «carnicero» a Putin, Biden ha afirmado que no podía «permanecer en el poder», frase que, posteriormente, la Casa Blanca ha matizado diciendo que el presidente norteamericano, en ningún caso, estaba pidiendo un cambio de régimen. Biden ha adelantado que la guerra será larga y ha pedido a Occidente que se «arme de valor». Asimismo, en su discurso, ha aprovechado para advertir a Moscú, una vez más, de que «habrá consecuencias» si sus tropas se adentran «un solo centímetro» dentro del territorio de la OTAN.

Moscú, por su parte, ha declarado que los insultos del presidente de Estados Unidos hacia su homólogo ruso «reducen la posibilidad de mejorar las relaciones entre ambos países». «Un líder debe mantener la calma», ha declarado el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, a la agencia oficial Tass. Peskov, en respuesta a las afirmaciones vertidas por el líder estadounidense, agregó que «no le corresponde a Biden decidir quién estará en el poder en Rusia, sino a los propios rusos».

El presidente de la Duma (cámara baja del Parlamento ruso), Vyacheslav Volodin, ha ido un poco más allá en su valoración y ha declarado que «los ciudadanos estadounidenses deberían avergonzarse de su presidente», mientras que ha sugerido que este podría estar «enfermo». «Debería someterse a un examen médico», ha apostillado.

Nuevos ataques en Ucrania

Leópolis no ha sido la única ciudad ucraniana que ha sufrido ataques durante el día de ayer. A pesar de que Rusia anunciara el viernes un repliegue parcial de sus fuerzas hacia el este, los combates siguen a lo largo de todo el país. Las fuerzas rusas han conseguido entrar en la ciudad de Slavútich, que se encuentra justo a las afueras de la zona de exclusión de Chernóbil.

«Los invasores rusos entraron en Slavútich y se encontraron con la misma resistencia en el sur de nuestro estado que en el este de nuestro país», ha declarado el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski. «Ucrania está unida en su deseo de vivir libremente», agregó el presidente ucraniano, que ha vuelto a reclamar armas, tanques y aviones a Occidente. «Los socios deben intensificar la asistencia a Ucrania», ha exigido nuevamente Zelenski.

El envío de aviones a Ucrania por parte de los aliados ha protagonizado varios reveses. Tanto Estados Unidos como Polonia se han negado, en un primer momento, a enviar aviones de combate a Kiev por si Moscú veía este gesto como un acto de guerra.

Pero según ha adelantado Afp, el ministro de Asuntos Exteriores, Dmytro Kuleba, ha desvelado que EE.UU. aprobaría que Varsovia traspasara a Ucrania sus MiG-29 de la era soviética a través de una base aérea estadounidense en Ramstein, Alemania. Un movimiento que aplacaría las constantes exigencias ucranianas, pero que Rusia advirtió que tendría consecuencias.

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