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Guerra Ucrania-Rusia

Zelenski plantea un referéndum como salida a la guerra

Serviría para otorgar el estatus de neutralidad al país, que no podría entrar en la OTAN, pero obtendría garantías de seguridad por parte de Rusia

Las posiciones siguen muy alejadas, pero, poco a poco, Rusia y Ucrania podrían ir encontrando puntos en común en algunos de los elementos sobre la mesa de las negociaciones bilaterales, que volverán a ser presenciales, este mismo lunes, en Turquía.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, que se está erigiendo como uno de los mediadores más activos entre los dos países exsoviéticos, fue desmentido hace un par de días por el ministro de Exteriores ucraniano, tras afirmar que Rusia y Ucrania estaban de acuerdo en cuatro de los seis puntos que se debatían para alcanzar la paz.

Pero que no haya acuerdo no quiere decir que las posiciones estén tan alejadas como al principio. La destrucción causada en Ucrania, de un lado, y las numerosísimas bajas militares rusas unidas a las sanciones económicas, de otro, parecen estar acelerando las posibilidades de poder sellar algún tipo de pacto.

La noche del domingo, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, difundía un comunicado en el que resumía una entrevista mantenida simultáneamente con varios medios de comunicación rusos en la que se mostró abierto a llevar a votación tres de esos seis puntos.

En concreto, Zelenski destacó como los elementos más destacados de las conversaciones las garantías de seguridad, la neutralidad –lo que equivale a renunciar a ingresar en la OTAN– y la declaración del país como estado libre de armas nucleares. Unas cuestiones que el presidente ucraniano dijo que estaba «estudiando a fondo», pero sobre las que debería haber garantías Y ser votadas en un referéndum por la ciudadanía de Ucrania.

Zelenski fue más allá y propuso celebrar el referéndum «en unos meses». De esta manera «las reformas constitucionales tardarán menos de un año», de acuerdo a la legislación vigente en el país. Para poder llevar a cabo este referéndum, advirtió, debería producirse la retirada total de las tropas rusas del territorio de Ucrania. De lo contrario, «nadie reconocería jamás sus resultados».

En el referéndum también podría votarse el estatus del idioma ruso en el país. El presidente ucraniano, cuya lengua natal es el ruso, fue algo más evasivo en esta cuestión, al incluir en esa hipotética reforma constitucional –y sin especificar cómo– la inclusión en la vida pública de otras lenguas como el húngaro o el polaco, además del propio ruso.

El Donbás y más allá

Pero quizás el punto crucial del debate sean las fronteras. La invasión llevada a cabo por las tropas rusas no ha tenido el éxito esperado y, pese a que continúan los bombardeos y el intento de cercar Kiev, solo dominan zonas y ciudades de la franja sureste. El viernes, Rusia anunció que la segunda fase de la «operación militar especial» se centraría en la «liberación» del Donbás.

En esta región se encuentran las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, donde el Ejército ucraniano lleva combatiendo con los rebeldes prorrusos desde 2014, tras la revolución del Euromaidán. Una guerra que ya se ha cobrado unos 14.000 víctimas mortales; más de 3.000, civiles.

El domingo Zelenski pareció dar por perdidas Donetsk y Lugansk, al instar a Rusia a retirar sus tropas a las fronteras anteriores al inicio de la invasión, el pasado 24 de febrero. Sin embargo, el avance militar de las fuerzas rusas parecen indicar que los planes de Putin pasan por cerrar la salida de Ucrania a los mares Azov y Negro y expandir sus fronteras desde el Rostov del Don hasta las fronteras de Rumanía y Moldavia, donde aguardan miles de efectivos, en la también autoproclamada República de Transnistria. Según sospechan en Kiev, el plan de Putin pasaría ahora mismo por dividir el país en dos.

Ni desmilitarización ni «desnazificación»

Sin embargo, más allá de estos avances hay otros puntos que alejan las posturas del país invasor y del invadido: la desmilitarización y la «desnazificación» de Ucrania. Ambos utilizados como pretextos por el presidente ruso, Vladimir Putin, en su declaración de guerra contra Ucrania.

De hecho, Zelenski negó que Ucrania si quiera acepte discutir con Rusia sobre estos asuntos. La desmilitarización que propone el Kremlin, una vez descartado el ingreso en la OTAN, podría suponer dejar a Ucrania sin Ejército, al menos en una parte sustancial.

Respecto a la «desnazificación», el asunto es más peliagudo, si cabe, ya que más allá de los elementos neonazis dentro del batallón Azov, la propaganda rusa se refiere como «nazis» al Gobierno y al régimen político vigente en el país, lo que podría suponer la salida de Zelenski –de origen judío– del Ejecutivo. «Para mí, son cosas completamente incomprensibles», apuntó el líder ucraniano sobre estos dos últimos puntos.