Cumbre Unión Europea China
La UE busca seducir a China para que Putin acepte un alto el fuego
Ursula Von der Leyen y Charles Michel intentan convencer a Xi Jinping de que deje de proteger a Putin y no le ayude a esquivar las sanciones
Se había aplazado pero el momento no puede ser más adecuado. La Cumbre Unión Europea China, intenta definir hoy cómo va a jugar sus cartas Pekín en la guerra de Ucrania. La intención de Ursula Von der Leyen y de Charles Michel, es influir en ese partida estratégica con un objetivo transparente y difícil, por no hablar de utópico: lograr que le suelte la mano a Moscú.
Otra cosa es lo que hará Xi Jinping, -emperador del tablero geopolítico, en disputa con Joe Biden- y el único que puede esbozar una sonrisa con un conflicto del que, de un modo u otro, saca tajada. O, dicho de otro modo, cree que le supone más beneficios que pérdidas.
Clément Beaune, secretario de Estado francés de Asuntos Europeos reconocía esta semana que la clave fundamental de esta cumbre es descifrar hasta dónde Europa es capaz de seducir a «China para que ejerza toda la influencia y la presión necesaria sobre Rusia. No era el objetivo inicial de la cumbre -admitía- pero ahora, necesariamente, lo es».
La presidenta de la Comisión Europea y el presidente del Consejo de Europa quieren confirmar si «China está dispuesta a usar su influjo» sobre Vladimir Putin «para establecer un alto el fuego o corredores humanitarios» o por el contrario, se inclina por la hipótesis que más peso adquiere, «si ayuda a Moscú a esquivar» las sanciones impuestas por Occidente, en palabras de Beaune recogidas por Afp.
El primer ministro chino, Li Keqiang, será el primer interlocutor válido y el que dará las pautas que tiene China en mente o en puridad, las que ya aplica. Siempre y cuando, quiera desvelarlas y no elija el camino de la ambigüedad en el que se mueve con tanta soltura el gigante asiático.
En el encuentro, telemático, se abordarán todos los asuntos que están sobre la mesa además del más importante que es el de la guerra en Ucrania. La reciente visita del ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, arrojó los resultados previsibles, -al menos los que se han hecho públicos-, que es la ratificación de que la amistad entre ambos países es «sólida como una roca».
Lavrov, uno de los hombres fuertes del Kremlin, salió satisfecho de su visita. Moscú y Pekín suscribieron un memorándum conjunto, el día de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno, donde establecieron su compromiso de trabajar en un «orden multipolar» donde impere la hegemonía de ambas potencias.
En el documento se dice expresamente que «la amistad entre ambos países no tiene áreas »prohibidas' de cooperación". Con este antecedente, parece más que difícil que Europa le pueda arrancar a China algo más que buenas palabras salvo que Xi Jinping sienta que tiene algo importante que perder.