Guerra Rusia-Ucrania
Mariúpol, la «ciudad heroica» que resiste al asedio ruso
La caída de esta ciudad portuaria supondría un golpe devastador para Ucrania, mientras que para Moscú sería una gran victoria que permitiría abrir un corredor entre la región del Donbás y la península de Crimea
Mariúpol, símbolo de resistencia durante la invasión rusa a Ucrania, se prepara para hacer frente a la gran ofensiva del Ejército ruso, que lleva asediando la ciudad prácticamente desde el inicio de «la operación militar especial», el pasado 24 de febrero. Los separatistas prorrusos de Donetsk, apoyados por Rusia, afirman que ya controlan el centro de la ciudad, pero las autoridades ucranianas desmienten la información.
La situación es cada vez más crítica para las fuerzas ucranianas y es que el Ejército ruso, según el propio Ministerio de Defensa de este país, se habría retirado del norte de Ucrania para centrarse en la «liberación total del Donbás», lo que incluye a Mariúpol. Según las autoridades ucranianas, esta estratégica ciudad portuaria estaría destruida al 90 %, mientras que las alrededor de 120.000 personas que aún permanecen en la zona se encuentran en una situación «infrahumana».
La mayoría de los corredores humanitarios que se han intentado habilitar han fracasado. Las partes se acusan mutuamente de sabotear las evacuaciones de civiles. Ucrania ha culpado a Rusia en múltiples ocasiones de abrir fuego contra la población mientras huía, además de dificultar la entrada a organismos como Cruz Roja para asistir a hombres, mujeres y niños.
Las calles de Mariúpol siguen siendo testigo de fuertes luchas entre las tropas ucranianas y los separatistas prorrusos, que se concentran, sobre todo, en el puerto y entorno a una gran fabrica siderúrgica, Azovstal, que actúa de parapeto y dificulta el avance de los separatistas. El portavoz de las milicias de la autoproclamada república popular de Donetsk, Eduard Basurin, ha asegurado que sigue habiendo «unos 3.000 militares ucranianos». Además, Basurin alegó que los civiles también han tomado las armas, aumentando considerablemente el número de combatientes.
La caída de Mariúpol en manos rusas supondría un golpe devastador para Ucrania, ya que esta ciudad portuaria, junto con Kiev, ha sido un símbolo de orgullo nacional. De hecho, el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, otorgó a esta localidad el título de «ciudad heroica», el pasado 6 de marzo, por su férrea defensa ante las tropas rusas. Para Rusia, sin embargo, la toma de Mariúpol supondría su primera gran victoria ya que, hasta ahora, el Ejército ruso no ha conseguido hacerse con ningún gran núcleo urbano, a excepción de Berdiansk. Además de que permitiría a Moscú abrir un corredor entre la región del Donbás y la península de Crimea.
Invasión rusa de Ucrania
Rusia anuncia una ofensiva final para la toma de Mariúpol al este de Ucrania
El Kremlin tiene que vender algún avance tangible en Ucrania, sobre todo, de cara al próximo 9 de mayo, fecha en la que se celebra el Día de la Victoria, donde se conmemora, generalmente con un gran desfile militar en la Plaza Roja de Moscú, la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania Nazi. Es por ello, que los países occidentales temen que durante las próximas semanas se endurezca la ofensiva sobre el Donbás, haciendo coincidir la caída de esta ciudad portuaria con la fiesta nacional de Rusia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, podría vender como una gran victoria la toma de Mariúpol, y más aún en un día marcado por la lucha contra el régimen de Hitler, y enmarcado en el discurso de Putin de «desnazificar» Ucrania. Mariúpol alberga la sede del batallón Azov, un grupo acusado de coquetear con esta ideología, por lo que sería el golpe contra «el nazismo» del que dice «estar protegiendo» a los ucranianos.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenksi, ha hecho referencia a la crítica situación de Mariúpol durante su discurso en el Parlamento griego. En su alocución, Zelenski ha pedido al país heleno que utilice su influencia en la Unión Europea para «organizar mejor» la salvación de la ciudad sitiada, sobre todo, mediante el envío de armas, ya que esta localidad posee una importante comunidad de origen griego.
Rusia acusa a Ucrania de boicotear las negociaciones de paz
El Kremlim se ha mostrado bastante molesto con la actitud de las autoridades ucranianas, a quienes acusa de boicotear las conversaciones para un alto el fuego. El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, ha declarado que el Gobierno de Zelenski ha cambiado las posiciones ya acordadas en Estambul. «Permítanme recordarles que los ucranianos aceptaron que las garantías futuras de la seguridad de Ucrania no se aplican a Crimea y Sebastopol. En el borrador de ayer, esta declaración no aparece», ha explicado Lavrov.
Asimismo, el ministro ruso también ha interpelado a Occidente y ha asegurado que «el régimen de Kiev está controlado por Washington y sus aliados, que empujan al presidente (ucraniano Volodimir) Zelenski a seguir adelante con los combates». Además de reincidir en la idea de que las imágenes de Bucha son un «montaje» del Gobierno de Kiev y de Occidente, «utilizadas como pretexto para imponer nuevas sanciones».
Guerra Rusia-Ucrania
Occidente propone juzgar a Putin por «crímenes de guerra» tras la masacre de Bucha
La matanza documentada en Bucha, tras la salida de las tropas rusas, ha provocado el rechazo de la práctica totalidad de la comunidad internacional. Las imágenes del reguero de cadáveres tirados en medio de una de las calles principales de la ciudad ha desencadenado una nueva tanda de sanciones contra Rusia, además de su expulsión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, en una entrevista a Sky News, negó abiertamente que el Ejército ruso tuviera algo que ver con las atrocidades de Bucha, alegando que era una «audaz falsificación». Asimismo, Peskov admitió que las tropas rusas habían sufrido «pérdidas significativas» desde que comenzara la invasión de Ucrania, pero que a pesar de esta «tragedia», Rusia espera que «la operación» alcance sus objetivos «en los próximos días».