Próxima embajadora de Polonia en España
Anna Sroka: «No tengo ninguna señal que apunte a que Rusia vaya a invadir Polonia»
La profesora Anna Sroka reconoce que «la guerra en Ucrania hace que no sólo los países vecinos de Rusia, sino toda Europa viva con incertidumbre»
profesora titular de la Universidad de Varsovia, Anna Sroka, prepara las maletas con destino a Madrid. Pendiente de presentar cartas credenciales al Rey, es la próximo embajadora de Polonia en España.
Buena conocedora de nuestro país defendió una tesis en 2006 sobre el régimen autonómico español. Entonces ya advertía «que el separatismo catalán, más que el vasco, era una amenaza para la unidad de España».
–Llega en un momento de máxima tensión para Europa y el mundo por la guerra en Ucrania. ¿Qué objetivos se plantea?
–Sin duda, la situación actual es un gran reto para la diplomacia polaca, como también lo es para la de otros países. Espero que mis acciones sirvan para lograr un consenso sobre cuestiones importantes en estos tiempos difíciles y tensos. Lo que me llena de esperanza en estos momentos difíciles es la unidad de los países de la Unión Europea y de la Alianza del Atlántico Norte.
–¿Cómo son las relaciones entre dos Gobiernos tan diferentes como el de Madrid y de Varsovia?
–Los objetivos a largo plazo que persiguen ambos Gobiernos son bastante similares a pesar de las diferencias ideológicas. La cooperación recíproca debería entenderse como muy exitosa. Creo que en esto consiste la profesionalidad de nuestros gobiernos.
–¿Cómo está afectando a la población la guerra? ¿Cómo le ha cambiado la vida a los polacos?
–La guerra en Ucrania nos ha cambiado a todos. En primer lugar, vemos a madres y niños que han huido de un país devastado por la guerra. Nos encontramos con ellos en la calle y tratamos de ayudarles de la mejor manera posible. Son experiencias muy desagradables, ya que sentimos su tristeza y su pérdida. Buscamos trabajo para ellos y les ayudamos con las dificultades del día a día, para que puedan superar este difícil momento lo mejor posible.
–Polonia elaboró una guía con indicaciones sobre cómo actuar si Rusia invade el país. ¿Tiene indicios su Gobierno de que Vladimir Putin baraja esa posibilidad?
–La guía no trata de una invasión rusa a Polonia, es una guía para tiempos de crisis y guerra, para hacer frente a situaciones de especial amenaza. No conozco ninguna señal concreta que apunte a la posibilidad de que Rusia vaya a invadir Polonia. Sin embargo, creo que el régimen de Vladimir Putin es imprevisible, como indica claramente la agresión contra Ucrania. Por ello, la elaboración de la guía por parte del Centro de Seguridad del Gobierno es una expresión de la alta responsabilidad de nuestras autoridades, que quieren estar preparadas para cualquier eventualidad.
–¿Tener de vecino a la Rusia de Putin significa vivir permanentemente con miedo en Polonia?
–La sensación de amenaza aumentó con la invasión de Crimea en 2014, no solo en Polonia, sino también en los países bálticos o incluso escandinavos. En cambio, la guerra en Ucrania hace que no sólo los países vecinos de Rusia, sino toda Europa, viva con incertidumbre. No cabe duda de que la vecindad con países no democráticos como Rusia o Bielorrusia aumenta la desconfianza y la incertidumbre. Al fin y al cabo, allí no hay procedimientos democráticos que puedan detener a los dictadores en el poder.
La expulsión de diplomáticos rusos no es una venganza, tolerar esas actividades ilegales supondrían una amenaza
–Polonia fue de los primeros países en expulsar a «diplomáticos» rusos (45), a los que acusó de espías. ¿Es una venganza por la invasión a Ucrania, o descubrieron ahora que esos «diplomáticos» eran espías?
–Los servicios secretos solicitaron al Ministerio de Asuntos Exteriores la expulsión urgente de estas personas de Polonia. El motivo de esta decisión fue que los empleados de la misión rusa realizaban actividades contrarias al derecho polaco y que infringían las normas de la Convención de Viena. Es decir, actividades incompatibles con el estatuto de los diplomáticos. No se trata de una venganza, sino del hecho de que tolerar este tipo de actividad ilegal por parte de los servicios rusos crearía una amenaza especial para la seguridad de Polonia y también de nuestros aliados de la OTAN y la UE.
–La Iglesia polaca tiene una historia de refugio de perseguidos...
–Sí, la Iglesia católica polaca tiene una larga historia de acogida de personas perseguidas. Todos los polacos recuerdan todavía el importante papel que desempeñó la Iglesia polaca en la lucha por la democracia en Polonia durante la época comunista, cuando dio cobijo a los opositores perseguidos políticamente...
–Pero con la invasión...
–Incluso ahora, ante la guerra en Ucrania, la Iglesia polaca participa activamente en la ayuda a los refugiados, recaudando fondos y proporcionando todo tipo de ayuda material e inmaterial.
El catolicismo en Polonia es sin duda un marcador de la identidad nacional
–Entonces, ¿sigue siendo Polonia un país muy católico?
–Es sin duda un marcador de la identidad nacional polaca. Según la oficina de estadística polaca, el 85% de los polacos son católicos, pero no son simplemente cifras. Prueba de ello es, entre otras cosas, el hecho de que las iglesias polacas están repletas de creyentes de todas las edades, no hace falta más que visitar una iglesia polaca al azar un Domingo para darse cuenta de ello. A las liturgias de la iglesia asisten regularmente personas mayores, jóvenes y niños. Se trata de un fenómeno en Europa.
–Polonia ha abierto las puertas a más de dos millones y medio de ucranianos. ¿Cómo asumir esa avalancha de exiliados?
–Aceptar un número tan elevado de refugiados es un gran reto para el Estado polaco. En Polonia no se han creado campos de refugiados, lo cual es muy importante. Hemos aceptado refugiados en nuestros pisos, casas, hoteles, etc. El gobierno ha sido activo, entre otras cosas, proporcionando ayuda material a quienes apoyan activamente a los refugiados de Ucrania. Este modelo de asistencia favorece sin duda la asimilación y compensa, en cierta medida, las experiencias traumáticas de las madres y los niños y ancianos procedentes de Ucrania. Sin embargo, este modelo de ayuda supone un enorme esfuerzo por parte de nuestras autoridades y de los ciudadanos polacos.
En 2006 escribí en mis conclusiones que el separatismo catalán, más que el vasco, era una amenaza para la unidad de España
–Escribió una tesis sobre el régimen autonómico español...
–Defendí mi tesis en 2006. En aquel momento, escribí en mis conclusiones que el separatismo catalán, más que el vasco, era una amenaza para la unidad de España. Fueron tesis muy controvertidas porque, en la época en la que estaba haciendo las entrevistas y escribiendo el libro, el principal problema político en España, en cuanto a la estructura territorial, era el Plan Ibarretxe separatista vasco. Hoy, 16 años después, resulta que mi diagnóstico era acertado.
–¿Considera que habría que modificar la actual estructura territorial?
–Creo que sólo los españoles pueden opinar y decidir si su sistema territorial debe ser cambiado o no.
–¿Cómo se ve desde fuera el conflicto con el separatismo catalán?
–En cuanto a la percepción del separatismo catalán, me parece que varía de un entorno político a otro, al igual que en España. Por lo general, cuando pregunto a mis alumnos qué piensan sobre esto, dicen que toda nación tiene derecho a la autodeterminación. Sin embargo, cuando les pregunto cómo reaccionarían si una de las regiones polacas quisiera separarse y crear su propio Estado, no están tan seguros de la autodeterminación.
–¿Qué imagen cree que tienen los españoles de Polonia?
–Creo que Polonia es percibida muy positivamente en España, aunque no es muy conocida. Por eso, dar a conocer a los españoles nuestra cultura, nuestros valores y nuestra hospitalidad será una de las tareas que intentaré llevar a cabo como embajadora.
Me gustaría que los españoles percibieran a Polonia como un país moderno, pero fiel a sus tradiciones, que provienen principalmente del catolicismo y del amor a la libertad
–¿Qué imagen le gustaría que tuvieran los españoles de Polonia?
–Me gustaría que los españoles percibieran a Polonia como un país culturalmente cercano. Somos un país católico en el que la familia está en el centro, y esto afecta a nuestra forma de funcionar y nos acerca mucho culturalmente, incluso en la forma de celebrar las fiestas o incluso las comidas familiares de los domingos. Me gustaría que los españoles percibieran a Polonia como un país moderno, pero fiel a sus tradiciones, que provienen principalmente del catolicismo y del amor a la libertad.
–En Polonia existe Galitzia, ¿Conoce usted la Galicia española? ¿Son parecidas?
–Así es: conozco la Galicia española y la «Galizia» polaca, por supuesto, también. Aunque ya es una región histórica en Polonia. Lo que indiscutiblemente une a las dos regiones es la belleza del paisaje. Sin embargo, en la Galizia polaca no se puede comer un delicioso centollo.
–Los polacos parecen ser los extranjeros más numerosos que recorren el Camino de Santiago. ¿Lo tiene previsto en su agenda?
–Sí, me gustaría mucho hacer la peregrinación a Santiago. Los amigos que lo han hecho me han dicho que es una experiencia muy espiritual, aunque hay que prepararse físicamente. Espero tener el tiempo y la oportunidad de experimentarlo.
La diplomacia polaca tiene una larga tradición en el nombramiento de profesores como embajadores
–El presidente Andrzej Duda fue profesor universitario; su antecesora, Marzenna Adamczyk, muy popular y también profesora como usted. ¿A qué atribuye que Polonia elija docentes como Embajadores?
–Cabe recordar que el primer académico que ocupó el cargo de presidente fue Lech Kaczyński, que era un catedrático. También tenemos profesores como ministros y viceministros. La diplomacia polaca tiene una larga tradición en el nombramiento de profesores como embajadores. Nuestro gobierno continúa esta tradición, nombrando para estos puestos a expertos que conocen a fondo la cultura, la lengua y la política del país en cuestión. Disponen de toda una red de contactos que han construido a lo largo de décadas de trabajo académico.
–¿Está afiliada a algún partido político?
–No, no soy miembro de ningún partido político y nunca lo he sido. Sencillamente creo en un Estado polaco fuerte y que funcione bien, y creo en la ciudadanía y el patriotismo cotidianos.