Marine Le Pen, «Reagrupamiento Nacional»: 25 % del voto
Marine Le Pen se enfrenta, con motivo de los comicios presidenciales de 2022 a la prueba más grave de su carrera política; pues un tercer fracaso consecutivo podría suponer su retirada, por mucho que accediese a la segunda vuelta -hipótesis atinada- e incluso que mejorase su resultado de 2017, opción más que asequible.
Desde que sucedió a su padre, Jean-Marie Le Pen, en la presidencia del Frente Nacional, se ha caracterizado por desprenderle de sus facetas menos presentables, exabruptos o ambigüedades sobre el Holocausto, y con ellas a sus autores, es decir, los viejos compañeros de aventuras de su padre. La segunda, corolario de la anterior, consistió en rejuvenecer la dirección del partido, al que rebautizó Agrupación Nacional hace ya cuatro años. Y algunas voces la acusaron de tener la mano demasiado dura en la purga.
Pero no siguió con sus objetivos. Según los iba alcanzando, fue perfilando un programa que combinase el realismo con el inevitable populismo, imprescindible para su causa. Entre las medidas realistas figura la renuncia a salir del euro o de la Unión Europea; entre las populistas, la promesa de reducir masivamente la inmigración en poco tiempo o la denuncia constante de unas élites que «arruinarían a Francia».