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Una refugiada juega con su hija en un piso de OdesaEFE

De Odesa a Madrid: Marta escapa de la guerra con su hija de cuatro meses

Explica que tomó la decisión de salir de su país con destino a la capital española porque la situación era «muy difícil y peligrosa»

Marta, de 31 años, su madre y su hija, de cuatro meses, llegaron a Madrid el pasado 1 de marzo procedentes de la ciudad ucraniana de Odesa, para escapar de la guerra «en un país donde están bombardeando todos los días».

Lo cuenta a los medios de comunicación en el centro de acogida y ayuda a los refugiados ucranianos situado en el hospital Enfermera Isabel Zendal, adonde se ha desplazado para tramitar la documentación sanitaria y la tarjeta de transporte público.

Explica que tomó la decisión de salir de su país con destino a Madrid porque la situación era «muy difícil y peligrosa», y recuerda que en su casa se han quedado su hermano y su marido.

Marta reside en un dispositivo gestionado por Cruz Roja, se muestra muy agradecida por el recibimiento que ha tenido en Madrid y asegura ya está estudiando el idioma español.

Al centro de atención y ayuda a los desplazados ucranianos ubicado en el Zendal también ha acudido Alfredo, vecino de Navalcarnero, para acompañar a una familia ucraniana formada por la madre y cuatro hijos de entre 11 y 30 años, provenientes de una localidad próxima a Odesa, que han llegado hace unos días a Madrid.

«Nos organizamos para traer un autobús. Hay 54 ucranianos acogidos en diferentes familias en Navalcarnero», precisa Alfredo.

Los cinco miembros de la familia ya tienen su Número de Identidad de Extranjero (NIE), un trámite que hicieron «en un día» en el centro de acogida de refugiados de Pozuelo de Alarcón, mientras que hoy en el Zendal les proporcionarán la documentación sanitaria, la tarjeta de transportes para quince días y tendrán la opción de participar en unos cursos de orientación para la búsqueda de empleo.

«Cuentan muy poco sobre la situación en Ucrania porque todavía están en estado de shock. Prefieren no ver las noticias, excepto lo que específicamente tiene que ver con el marido y el hijo que se han quedado en su país y con quienes están en contacto», indica Alfredo.

También señala que la familia no tiene información directa de su país. «El Gobierno de Ucrania está restringiendo la información sobre la guerra porque en todos los chats hay infiltrados rusos o prorrusos que pueden ser sensibles en clave militar», asegura.

Los menores de 16 años ya están escolarizados y empezarán las clases después de las vacaciones de Semana Santa, mientras que las jóvenes de 18 y 30 años y la madre están apuntadas a un curso de español para extranjeros en centro de enseñanza de adultos de Navalcarnero, que también iniciarán después de estos días festivos, aunque ellas por su cuenta ya están aprendiendo a hablar español.

Victoria es una joven ucraniana de 18 años que ha vivido en España desde los 7 años y decidió estudiar Derecho en su país de origen, pero ha vuelto hace tres semanas.

Ahora, se muestra muy agradecida a la Comunidad de Madrid y a Ilunion por tener la oportunidad de trabajar ayudando a sus compatriotas con los trámites que pueden realizar en el Zendal.

«Yo estoy aquí para ayudar a la gente. Estoy contenta de que pregunten y pidan información», asegura Victoria.

«La gente viene muy rota por dentro. Es normal. Tienen su vida allí y, de repente, estalla la guerra y tienen que dejar sus casas y marcharse», subraya