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Dos rostros y un destino, el Palacio del Eliseo. Marine Le Pen y Emmanuel Macron se enfrentan en la recta final de campaña)AFP

Elecciones en Francia

El velo islámico, caballo de batalla en la carrera al Eliseo de Macron y Le Pen

casi todo vale y todo es motivo de debate e en una campaña a la Presidencia en Francia. En la recta final de este balotaje el presidente Emmanuel Macron y la aspirante a sucederle en el Eliseo, Marine Le Pen, abrieron la caja de Pandora donde se arrinconaba el velo islámico.

Macron fue el primero en tratar de sacar partido a la promesa electora de su rival de prohibir usar en público una prenda que considera marginal e impuesta por el entorno familiar de las mujeres.

A partir de ahí el cruce de reproches con el islamismo de telón de fondo se convirtió en fuego cruzado donde ambos candidatos salieron tocados.

El asunto ha servido para reflotar las acusaciones de extremista a le Pen que en este proceso electoral se ha esforzado en bajar el tono y suavizar sus posiciones más beligerantes con temas espinosos. Entre estos no figuran su posición dura contra la inmigración ilegal ni su postura inflexible sobre el velo islámico.

Marine Le Pen observa que las mujeres que lo llevan lo hacen por obligación, están estigmatizadas y ofende la libertad y los derechos de las mujeres. Sin medias tintas, garantiza que si llega al Eliseo lo prohibirá y se impondrán multas para aquellas que lo lleven en público

Este asunto lo aprovechó Macron para acusarla de maquillar una ideología que quedó al descubierto con la población musulmana. El presidente que no cesa en sus intentos de erigirse como mediador o interlocutor entre Vladimir Putin y Volodimir Zelenski, le reprochó que sus políticas son idénticas a las del Frente Nacional (FN) el partido fundado por su padre, Jean-Marie Le Pen, del que ella reniega.

Emmanuel Macron se presenta en campaña como el gran defensor de la libertad religiosa y aprovechó para advertir que, por la misma regla del velo, si Le Pen fuera presidente tendría que prohibir también la kipá judía o la cruz de Cristo que identifica los católicos.

Durante una visita el pasado martes a la ciudad de Estrasburgo, -informa Afp-, Macron aprovechó para preguntar a una mujer que llevaba el velo si lo hacía por elección o por obligación. «Es por elección. ¡Totalmente por elección!», respondió la mujer que, además, se declaró feminista.

Macron le respondió, en una clara referencia a la medida de Le Pen: «Es la mejor respuesta a todas las tonterías que escucho».

Convencido el presidente de que había encontrado un talón de Aquiles en su adversaria, en otra visita a la ciudad portuaria de Le Havre (norte del país), -como recoge Afp- preguntó a sus seguidores: «No hay un solo país en el mundo que prohíba el velo en público. ¿Desean ser el primero?».

Pero el filón con tema musulman que creyó encontrar Macron se compartió en un bumerang cuando desempolvaron la hemeroteca y le recordaron las medidas que adoptó hace dos años para frenar la expansión en Francia de lo que calificó como «separatismo islámico». Corría el año 2020 y los atentados estaban presentes.

Entre él y Marine Le Pen los islamista parecen quedarse con él. Al menos las congregaciones de la Gran Mezquita de París y la de Musulmanes de Francia, que pidieron a sus fieles que le votaran. El rector de la Gran Mezquita, Chems-Eddine Hafiz, explicó por qué: «Fuerzas malévolas se expresan hoy y piden proscribir a los musulmanes... «Votemos por Emmanuel Macron»».

El debate también ha hecho que ambos candidatos se presenten como los abanderados del laicismo en Francia, donde, por ley, religión y Estado están separados.

«El velo fue impuesto por los islamistas», dijo Le Pen en una entrevista en la cadena de televisión BFMTV calificándolo de «uniforme».

El mismo día, la mujer que puede dar el sorpasso este domingo, tuvo su momento de tensión con una musulmana con velo en una visita a la localidad de Pertius (sureste).

La candidata había afirmado que en «algunas zonas» de Francia, las mujeres que lo llevan son «juzgadas y aisladas». «No es verdad, no es verdad», le espetó la mujer, que reía nerviosa.

Con mano izquierda, la candidata de la derecha y de la derecha de la derecha, logró, tras una discusión en buenos términos, despedirse con afecto.

Según un sondeo del instituto Ifop, el 69% de los musulmanes votó en la primera ronda por el tercer clasificado, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon. Sus votantes son considerados fundamentales para ganar en la segunda vuelta.

Los sondeos, de momento, conceden una leve ventaja a Macron que ahora intenta recuperar bríos en una campaña que le ha tenido lejos de los platós de televisión y a kilómetros de los periódicos que insistían en entrevistarle.

Esta conducta perjudicó a la mujer que se presenta por tercera vez a las elecciones ya que los medios de comunicación, en una decisión insólita, decidieron suspender los encuentros previstos con ella con la excusa de que debían ser ecuánimes y mantener el equilibrio con ambos candidatos.

Las relaciones de ambos candidatos con los medios de comunicación son de desconfianza recíproca. Los dos cometieron los mismos errores al censurar a medios y periodistas que no les resultan afines.