Bombardeo ruso sobre la planta Azovstal, en Mariúpol
58 días de guerra
Los defensores de Azovstal no se rinden: «Mientras estemos aquí, Mariúpol será ucraniana»
El capitán ucraniano Svyatoslav Palamar habla para la BBC desde el interior de la acería Azovstal
Lo han intentado con toda su capacidad de ataque desde buques en el Mar de Azov, desde aviones, con bombas anti búnker. Pero los defensores ucranianos de la planta Azovstal de Mariúpol han resistido.
El presidente ruso, Vladimir Putin, finalmente, tiró la toalla, renunció a asaltar la acería y dio por conquistada la ciudad portuaria.
El ataque contra la planta industrial supondría demasiadas bajas para el ejército ruso, que ya ha perdido el 25% de sus efectivos desde el inicio de la invasión el 24 de febrero.
Bajo los escombros de la planta industrial, en la intrincada e inexpugnable red de túneles, resisten unos 2.000 soldados ucranianos del batallón Azov junto con cientos de civiles y heridos.
La televisión británica BBC ha conseguido contactar con uno de los oficiales ucranianos que resisten entre las ruinas de la planta industrial, el capitán Svyatoslav Palamar.
En la entrevista, el militar ucraniano presumió de que habían logrado repeler todos los ataques rusos y que la planta jamás caerá bajo control ruso: «Mientras estemos aquí, Mariúpol permanecerá bajo control de Ucrania», aseguró.
Sus palabras se presentan como una desafiante respuesta a la orden de Putin, quien mandó a su ministro de Defensa, Seguéi Shoigú, bloquear la planta: «Que no entre ni una mosca».
El capitán Palamar confirmó que los sitiados en la acería se están quedando sin suministros y sin comida. Pese a ello, aseguró que resistirán.
Tenemos heridos y muertos dentro de los búnkeres
Explicó a la BBC que «todos los edificios del área de Azovstal están prácticamente destruidos. Lanzan bombas pesadas, bombas anti búnker que causan una enorme destrucción».
«Tenemos heridos y muertos dentro de los búnkeres. Algunos civiles han quedado atrapados bajo los escombros de los edificios destruidos».
Señaló que los civiles han sido trasladados a zonas seguras en los subterráneos de la acería, lejos de los combates, repartidos en sótanos en grupos de 80 y 100 personas.
Aseguró que algunos de esos sótanos están bloqueados por desprendimientos y cerrados por grandes rocas. Para moverlas haría falta maquinaria pesada.
Ni siquiera los combatientes ucranianos pueden acceder a esos sótanos y desconocen el estado en que se encuentran los civiles atrapados en ellos ni si cuentan con víveres suficientes para sobrevivir.
Sabemos que hay niños pequeños de hasta tres meses en esos lugares
En otros casos, el contacto es mínimo: «Sabemos que hay niños pequeños de hasta tres meses en esos lugares».
Palamar pidió que se presione a Rusia para que permita la evacuación a lugares seguros de Ucrania de los civiles atrapados en la acería: «Son personas que han sufrido mucho, que han sufrido crímenes de guerra. No confían en los rusos y tienen miedo».
Temen las torturas y asesinatos que los soldados rusos han cometido en otros lugares de Ucrania, o la deportación a «campos de filtración» en Rusia.
Por lo tanto, no se fían de las promesas de Rusia respecto a la evacuación de civiles: «Todas las declaraciones de la Federación Rusa no valen nada».
