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Bombardeo sobre la planta siderúrgica Azovstal, en Mariúpol, el 19 de abrilAFP

Guerra Ucrania-Rusia

Putin vuelve a bombardear la 'Numancia' de Azovstal

El presidente ruso ordena bloquear totalmente la siderúrgica y atacarla desde el aire con cientos de personas dentro entre combatientes y civiles

La ciudad ucraniana de Mariúpol está prácticamente tomada por las tropas rusas y Vladímir Putin ya piensa en devolverla a un estado de «vida pacífica» bajo su control, según afirmó este jueves.

En este importante puerto del sur de Ucrania apenas quedan un puñado de focos de resistencia numantina, pese a que Rusia ya la da por rendida. El más importante, el de la planta siderúrgica Azovstal, un enorme laberinto de túneles, vías ferroviarias, almacenes y hornos.

En su interior se estima que permanecen entre 1.000 y 2.000 personas: combatientes, familiares de éstos y civiles que no han podido escapar de los bombardeos incesantes que se llevan produciendo en la ciudad desde comienzos de marzo.

Un portavoz del Kremlin aseveró este jueves que el hecho de que hayas tropas ucranianas atrapadas en la acería Azovstal no influiría «de ninguna manera» en sus planes de restaurar Mariúpol.

El humo se eleva sobre la empresa siderúrgica Azovstal, en Mariúpol, la semana pasadaSputnik vía AFP/ Ilya Pitalev

Sin embargo, durante la tarde se produjeron nuevos bombardeos sobre las instalaciones, según anunció en Telegram el asesor del alcalde de Mariúpol, Petro Andryushchenko.

«Última hora en Mariúpol. En este momento hay ataques y bombardeos en el territorio de Azovstal... Estoy seguro: los ocupantes no se detendrán hasta que destruyan a todos los que están dentro de Azovstal. A nuestros defensores. A civiles», escribió Andryushchenko en el citado mensaje, recogido por el periódico Ukrinform.

Las órdenes de Putin

En una reunión con el ministro de Defensa ruso, Sergey Shoigu, Putin exigió un bloqueo total de la planta, dos días después de anunciar que renunciaba a tomarla, debido al alto número de bajas que podría sufrir el Ejército ruso en su intento por controlarla, que estima duraría «entre tres y cuatro días».

«Tenemos que pensar en preservar la vida y la salud de nuestros soldados y oficiales. No hay razón para penetrar a través de estas vías subterráneas y debajo de estas instalaciones industriales», justificó el presidente ruso su decisión de desistir de tomar la planta.

Los efectivos desplegados en Mariúpol y otras ciudades del Donbás se presentan como decisivos para Putin para hacerse con el control de toda la región, toda vez que habría perdido entre 10.000 y 20.000 hombres desde que el pasado 24 de febrero mandase ejecutar la «operación militar especial» en el país vecino.

Tratar de tomar Azovstal por tierra podría suponer perder miles de efectivos en un entorno ideal para la guerra de guerrillas, por lo que el dirigente ruso ha optado por las bombas.

«Que ni siquiera una mosca pueda entrar o salir», ordenó Putin este jueves al titular de la cartera de Defensa ruso, en declaraciones recogidas por la agencia estatal Tass. Putin, además, habría hecho la enésima oferta de rendición a quienes se encuentran dentro de la planta, entre ellos numerosos combatientes extranjeros.

Los atrincherados han rehusado la oferta rusa en varias ocasiones a lo largo de esta semana, si bien han pedido la evacuación de los civiles, sin éxito. Entre civiles y militares habría aproximadamente 400 heridos dentro de Azovstal, los cuales no disponen de medicinas para ser tratados.

Zelenski pide «armas apropiadas»

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, apuntó ayer en una rueda de prensa junto al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchezde visita en Kiev– y su homóloga danesa, Mette Frederiksen, que había dos vías para liberar Mariúpol: la diplomático-humanitaria, con corredores humanitarios e intercambio de prisioneros y, si esta fallaba, la de las armas.

«Hay una vía militar, tenemos que prepararnos para ella y nos estamos preparando para ser fuertes. Aquí necesitamos la ayuda de nuestros socios. Es difícil para nosotros, necesitamos las armas apropiadas», afirmó el presidente ucraniano. Zelenski parece no dar por perdida la ciudad, pese al triunfalismo ruso, que la da por tomada.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, cuestionó ayer que la ciudad estuviese totalmente controlada por los efectivos rusos y los independentistas de la autoproclamada República Popular de Donetsk. Lo hizo durante una comparecencia en la que anunció el envío adicional de 800 millones de dólares de ayuda militar.

La alcaldía de la ciudad anunció este jueves que se estaban produciendo combates en unas instalaciones de tranvías que están «a una distancia considerable» de Azovstal. Asimismo, hace un par de jornadas se reportó que varios combatientes ucranianos se habían incorporado a la resistencia de la siderúrgica procedentes de la zona del puerto.

Según los datos aportados ayer por el Ministerio de Defensa ruso, Kiev tenía desplegados unos 8.100 combatientes en la ciudad cuando las tropas rusas la cercaron. De estos, 4.000 habrían muerto en combate y otros 1.500 se habrían rendido. Las autoridades ucranianas estiman, por su parte, que desde que comenzó la invasión habrían muerto en Mariúpol unos 22.000 civiles.