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Cartel de campaña de Emmanuel Macron con una pegatina que dice «Expulsemos al Gobierno»José María Ballester

Elecciones Francia

Las últimas encuestas apuntan a la reelección de Macron y anticipan una alta participación

Los estudios demoscópicos, sin embargo, no excluyen que Le Pen pueda alcanzar el 45% de los votos, lo que se consideraría como un terremoto político

De acuerdo con la última encuesta diaria realizada por el Instituto Ifop para la emisora Sud Radio, Emmanuel Macron será reelegido mañana presidente de Francia con un 55% de los votos frente a un 45% que obtendría su rival Marine Le Pen.

Este mismo estudio proyecta una participación del 74.5%, es decir, medio punto por encima de la cifra oficial de la primera vuelta. Es la clave que permite concluir que el presidente saliente será reelegido: solo una abstención masiva, muy improbable, permitiría una victoria de la candidata de la Agrupación Nacional.

Una hipótesis que también descarta la otra gran encuesta publicada ayer -por el diario Le Parisien-, cuya autoría corresponde a Ipsos-Sopra Steria: atribuye a Macron una victoria por el 57% de los votos frente al 43% que obtendría Le Pen. La víspera, daba medio punto más al primero y medio punto menos a la segunda. Una leve reducción de último minuto que no cuestionaría el resultado consolidado, según las reglas demoscópicas habituales.

Sin embargo, los márgenes de error asumidos por ambas encuestas no excluyen que Le Pen pueda alcanzar el 45%, umbral a partir del cual la mayoría de los observadores consideraría el resultado como un terremoto político. Por eso algunos mantienen una elocuente prudencia: es el caso de Philippe Bernard a última hora de ayer en «Le Monde». Este cronista no duda en escribir que «los escenarios de la elección de Donald Trump y del Brexit guardan inquietantes similitudes con el duelo Macron y Le Pen».

Bernard se basa en la seguridad que tenían los observadores y comentaristas estadounidenses y británicos la víspera de aquellos acontecimientos. Una opinión minoritaria entre las que predominan en Francia, sí, pero demuestra que el diario de centro izquierda, conocido por su rigor periodístico -y también epítome de la corrección política- no termina de fiarse del todo y apuesta por la prudencia antes de conocer el resultado definitivo.

Mientras, en las calles de París impera la tranquilidad y llama la atención la escasez de carteles electorales en las calles. Una vio ayer el autor de estas líneas en los aledaños del concurrido bulevar de Montparnasse: era la de Macron y su rostro estaba ligeramente jibarizado por una pegatina en la que se podía leer «Expulsemos al Gobierno». Una de las pocas reacciones callejeras atrevidas que se puede ver por las calles de la capital.

La aparente calma también se hace extensiva a los mercados financieros, pues ayer la Bolsa de París cerró con una baja del 1,99%, atribuible no al clima político sino a la decisión de la Reserva Federal norteamericana de elevar sus tipos para combatir la inflación. Como si los mercados ya se hubieran acomodado de la «normalidad» que supone la presencia de Le Pen en la segunda y definitiva vuelta de una elección presidencial.