Elecciones Francia
¿Cuáles son los polémicos vínculos de Marine Le Pen con el Kremlin?
Emmanuel Macron acusó a su rival de depender fundamentalmente del dinero ruso
El debate presidencial entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen, rivales acérrimos que se verán las caras en la segunda vuelta de las elecciones, dio pie a duras acusaciones por ambas partes. Pero ninguna atinó tanto, en el marco internacional actual, como el alegato de que Le Pen dependía del dinero del Kremlin. Sin embargo, ¿son realmente tan fuertes los vínculos de la derechista con el régimen de Vladimir Putin?
«Usted depende del dinero ruso. Yo he recibido a Putin como un jefe de Estado y no como un banquero», espetó Macron a su adversaria, durante el debate televisado. No iba desencaminado, pero tampoco acertó del todo: la relación entre Le Pen y el jerarca ruso terminó, realmente, en 2017, y sobre todo se limitó a asuntos relacionados con el partido de la derechista, el Agrupamiento Nacional (RN).
Varias declaraciones de admiración
Desde que, en 2011, adoptase el liderazgo del partido Agrupamiento Nacional, Marine Le Pen ha manifestado, en varias ocasiones, su admiración y apoyo por el presidente ruso Vladimir Putin y su Gobierno. Eso, a pesar de las múltiples violaciones a los derechos humanos que el régimen ruso llevaba a cabo incluso antes de la crisis de Ucrania.
«No escondo que, hasta cierto punto, admiro a Vladimir Putin. Tenemos que desarrollar las relaciones con Moscú, compartimos muchos intereses comunes, tanto en el plano civil como estratégico», compartió la rival de Macron durante una entrevista con el medio estatal ruso, Kommersant.
Más polémicas aún fueron sus declaraciones en 2014: «No creo, de ninguna manera, que haya habido una anexión ilegal de Crimea: hubo un referéndum, y sus habitantes quisieron unirse a Rusia», afirmó ante la cadena francesa BFMTV.
La conexión financiera
Rusia siempre fue, para el partido de Le Pen, un apoyo económico importante. En Francia, los bancos se muestran reacios a hacer prestamos a las facciones que consideran de extrema derecha, por lo que el Agrupamiento Nacional se tornó hacia el este en busca de fondos.
En abril de 2014, «Cotelec», el micropartido de Jean-Marie Le Pen, padre de Marine, recibió un préstamo de una sociedad offshore de Chipre, llamada Vernonsia Holdings. El periódico de investigación francés Mediapart pudo vincular la compañía, anónima, con un tal Yuri Kudimov. Se trataba de un antiguo agente del KGB ruso, director del banco estatal VTBA, y socio cercano del oligarca Konstantin Malofeev.
La circunstancia beneficia directamente al partido RN ya que este, a su vez, recibió prestamos de Cotelec para financiar su campaña presidencial de 2017.
En 2014, el RN pidió otro préstamo a una banca rusa, esta vez de manera directa: con la ayuda del First Czech Russia Bank, financió su campaña en las elecciones regionales de 2015. Se trató de un préstamo de 9.4 millones de euros, que el partido tiene hasta 2028 para devolver, aunque ese banco ya quebró hace tiempo.
Escapadas a Moscú
La presidenta del Agrupamiento Nacional (pero nunca de Francia) viajó a Moscú en cuatro ocasiones, y recibió, en cada una de ellas, la bienvenida honorífica del Kremlin. La primera vez que visitó la capital rusa fue en junio de 2013, la segunda en abril de 2014, la tercera en mayo de 2015, y la cuarta, y última, en marzo de 2017.
En esta última, estuvo reunida con Putin durante una hora y media. Frente a los fotógrafos, intercambiaron un saludo estrechando la mano, y se sentaron alrededor de una misma mesa, donde el jerarca ruso manifestó su afinidad con la política de Le Pen: «Sé que representas un espectro político en Europa que crece con rapidez», alabó el líder del Kremlin.
Sin embargo, Le Pen achaca estos vínculos al juego habitual de la política, y niega que indiquen una cercanía personal que pueda extrapolarse. Por ejemplo, y respecto a la polémica fotografía que mostraba a ambos líderes en el Kremlin en 2017: «No renegamos de nuestras posiciones sobre la política internacional», explicó un portavoz en nombre de la candidata. «En 2017 hacía falta colaborar con Rusia para enfrentarnos al Estado Islámico. Ningún problema de ese calibre puede resolverse sin la cooperación de, al menos, los miembros del Consejo de Seguridad».