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Emblema soviético de TransnistriaAFP

62 DÍAS DE GUERRA

Una cadena de explosiones en Transnistria dispara el temor a que Rusia expanda la guerra más allá de Ucrania

La inteligencia ucraniana acusa a Rusia de realizar un ataque de falsa bandera para justificar la expansión de la guerra a Moldavia

Una cadena de extraños ataques contra objetivos en la región separatista moldava de Transnistria, autoproclamada independiente en 1992 con el apoyo de Rusia, han desatado los temores a que la guerra en Ucrania pueda extenderse a Moldavia o, incluso, a Rumanía.

Transnistria, que los rusos denominan Pridnestrovie, se independizó con apoyo de Rusia tras una guerra con Moldavia entre 1992 y 1993. Sin embargo, su independencia no es reconocida por la comunidad internacional.

Únicamente cuenta con el reconocimiento de Rusia, que ambiciona anexionar el territorio a la Federación Rusa. Para lograr ese objetivo, pretende conquistar toda la costa ucraniana del Mar Negro y establecer un corredor entre el Donbás, Crimea y Transnistria.

Los ataques se produjeron el lunes y el martes y afectaron a un edificio administrativo, a dos torres de comunicación y a unas instalaciones militares.

«Dispararon lanzagranadas contra el edificio del Ministerio de Seguridad del Estado, hubo dos explosiones en el centro de radiotelevisión del pueblo de Maiak y también atacaron una unidad militar en Parcani», informó por medio de Telegram el gobierno de la región prorrusa.

Torretas de comunicación atacadas en TransnistriaAFP

Rusia cuenta en el territorio con un dispositivo militar formado por 2.000 soldados rusos. La región padece una grave pobreza, su economía está controlada por los oligarcas rusos y su clase política es profundamente corrupta.

Aunque económicamente trata de desarrollar una economía de mercado, políticamente el país trata de ser un reflejo del pasado soviético.

La simbología comunista soviética es omnipresente, el parlamento está presidido por una enorme estatua de Lenin y la misma bandera del país es claramente soviética.

Según la inteligencia ucraniana, citada por el periódica The Kyiv Independent, los ataques serían obras del mismo ejército ruso en una operación de «bandera falsa» para acusar a los ucranianos de ser los responsables y justificar una nueva intervención del Kremlin.

De hecho, el incidente podría ser utilizado por Rusia para abrir un nuevo frente occidental e iniciar una nueva invasión del territorio ucraniano desde Transnistria que tendría como objetivo sitiar la ciudad de Odesa y conquistar la costa del Mar Negro que todavía controla Ucrania.

Según The Kyiv Independent los servicios secretos de Rusia planean nuevos ataques de este tipo para llevar la guerra a Moldavia.

La extensión del conflicto a Moldavia y, sobre todo, a Rumanía, tendría consecuencias impredecibles que podrían suponer la entrada de la OTAN en el conflicto, ya que Rumanía forma parte de la OTAN y de la Unión Europea.

El pasado viernes 22 de abril, el general ruso Rustam Minnekaev, reconoció que Rusia pretende anexionar todo el sur de Ucrania para «establecer un corredor terrestre a Crimea y ganar influencia sobre las instalaciones militares ucranianas de vital importancia, y sobre los puertos del Mar Negro, que sirven las entregas de productos agrícolas y metalúrgicos a otros países».

El general Minnekaev también reconoció que el objetivo era conectar por tierra Transnistria con Rusia.