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7 Flota EEUU

Maniobras de la VII Flota de EE.UU. con su buque insignia, el portaaviones USS Abraham Lincoln@US7thFleet

EE.UU. aumenta su presencia en Japón y Corea para contrarrestar el empuje de China y Rusia

Estados Unidos anuncia un viaje del presidente Joe Biden a la región en el mes de mayo

En medio de la creciente inestabilidad global por la guerra en Ucrania, Estados Unidos teme que China y Rusia aprovechen que las miradas del mundo están puestas en Europa oriental para impulsar su expansión en el Pacífico.

Por parte de China, su principal objetivo es la anexión de Taiwán en una posible invasión militar similar a la efectuada por Rusia en Ucrania.

China también quiere consolidar su expansión por el Mar de China Meridional para acaparar casi todas sus aguas y los recursos naturales que encierran.

Rusia, por su parte intentará imponerse a Japón para garantizar el paso de su flota del puerto meridional de Vladivostok por los estrechos Tshushima y La Pérouse que dan salida al Océano Pacífico.

Estos movimientos chocan con los intereses de los países ribereños: Corea del Sur, Japón, Taiwán, Filipinas, y Vietnam, países con los que Estados Unidos está estableciendo alianzas para contrarrestar el poder militar chino.

También Australia, aliado estratégico de Estados Unidos, teme el expansionismo chino que amenaza con situarse ante sus costas con el acuerdo de defensa firmado con las Islas Salomón que podría incluir la construcción de una base militar de China.

La costa asiática del Pacífico y el sudeste asiático es un punto geoestratégico de interés prioritario para Estados Unidos tanto por motivos comerciales como militares.

Los intereses estadounidenses en la región Asia-Pacífico son mayores que en Europa del Este, por lo que ante una hipotética agresión de China a Taiwán o de Rusia a Japón la implicación de Estados Unidos en defensa de sus socios sería mayor que en Ucrania.

Rusia, un actor secundario

La Casa Blanca no quiere que la guerra en Ucrania distraiga a Estados Unidos del principal escenario donde se librará en los próximos años la verdadera batalla por la primacía mundial, la región Asia-Pacífico.

Una batalla en la que Rusia es un actor secundario frente a los verdaderos contendientes: Estados Unidos y China.

El pacto alcanzado entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y el chino, Xi Jinping, durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín para que ambos países se respalden mutuamente, respondería a una estrategia para minar la influencia de Estados Unidos.

China apoya a Rusia frente a las sanciones internacionales por la invasión a Ucrania, mediante la cual Moscú pretende alzarse como potencia hegemónica del Este europeo; y China aprovecha la distracción ucraniana para debilitar la posición de Estados Unidos en el Pacífico.

La marina de guerra estadounidense tiene a su VII Flota desplegada en la zona con base principal en el puerto japonés de Yokosuka con 50 buques y submarinos, 150 aviones y 27.000 marineros.

Los movimientos de China y Rusia en la zona, junto con la escalada armamentística de Corea del Norte con el lanzamiento de misiles balísticos a las aguas del Mar de Japón y al Mar Amarillo, llevaron a Estados Unidos a aumentar su presencia en estas aguas.

El pasado mes de marzo, Estados Unidos inició unas maniobras anfibias junto con Japón. El 12 de abril, Estados Unidos desplazó a aguas internacionales del Mar de Japón a su portaaviones nuclear USS Abraham Lincoln, buque insignia de su VII Flota.

USS Abraham Lincoln

Aviones de combate en el USS Abraham Lincoln@US7thFleet

Ese mismo día, Estados Unidos y Corea del Sur iniciaron maniobras navales conjuntas como preparación para enviar un mensaje disuasorio al régimen norcoreano de Kim Jong-Un.

Estados Unidos ya había realizado unos ejercicios militares sin precedentes en la región en agosto de 2021, los Large Scale Exercise 2021.

Japón, país cuyas fuerzas armadas quedaron fuertemente restringidas tras la Segunda Guerra Mundial, ha aumentado en los últimos años su presupuesto de defensa ante las amenazas que supone el militarismo norcoreano, chino y ruso.

Sin ir más lejos, el pasado miércoles, el Partido Liberal Democrático, en el gobierno, propuso doblar el presupuesto en defensa y cambiar la política militar seguida desde la derrota en la contienda mundial y no descartar posibles ataques preventivos.

El argumento es que la invasión rusa a Ucrania se podría traducir en un aumento del riesgo de que Japón, inmersa en problemáticas territoriales con Rusia no sólo por los estrechos citados, sino también por el archipiélago de las Kuriles, pueda sufrir una agresión similar.

La guerra en Ucrania ha tensionado aún más si cabe las relaciones entre Rusia y Japón. El pasado 8 de abril, Japón expulsó de su territorio a ocho diplomáticos rusos por los crímenes de guerra cometidos por las tropas rusas en Ucrania.

Rusia respondió con la expulsión de otros ocho diplomáticos japoneses de Moscú, medida adoptada también por la decisión de Tokio de sumarse a las sanciones internacionales contra Rusia.

Estados Unidos pretende dejar clara su posición en la región y su apoyo a sus socios con un viaje del presidente Joe Biden del 20 al 24 de mayo a Corea del Sur y a Japón.

Según un comunicado de la Casa Blanca, el motivo del viaje es fortalecer el compromiso de Estados Unidos con una región Asia-Pacífico «libre y abierta» y con Corea del Sur y Japón.

Biden conversará con el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, y con el primer ministro japonés, Kishida Fumio sobre cuestiones de seguridad y vínculos económicos.

Sin ir más lejos, el canciller de Alemania, Olaf Scholz, viajó este jueves a Japón como primera etapa de una gira por la región Asia-Pacífico que le llevará también a Australia, Corea del Sur e India.

El objetivo del canciller alemán es estrechar las relaciones con las democracias de la región ante la inseguridad que provoca la invasión rusa a Ucrania.

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