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El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, y el primer ministro israelí, Yair LapidAFP

70 días de guerra en Ucrania

Rusia insiste: acusa a Israel de tener mercenarios en Ucrania con el batallón Azov

Maria Zajarova, portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores ruso, retoma la polémica nazi y tensa más la cuerda con Israel

Lejos de buscar rebajar la tensión, Rusia tensa aún más la cuerda. Maria Zajarova, portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, acusó la presencia de presuntos «mercenarios israelíes» en Ucrania.

La mujer que responde a las órdenes de Sergei Lavrov (éste a las de Vladimir Putin) fue más lejos. Aseguró que ese contingente de soldados se habría incorporado al batallón Azov, que resiste en el laberinto de túneles del complejo siderúrgico de Azovstal.

En una entrevista en radio Sputnik, que recoge Afp, l la portavoz no dudó: «Voy a decir algo que, sin duda, los políticos israelíes no quieren escuchar, pero que tal vez les interese. En Ucrania, mercenarios israelíes están junto a los combatientes del Azov (batallón)» que considera nazis.

Con estas declaraciones el Kremlin echa más leña al fuego de la polémica y levanta nuevas ampollas en la sensibilidad de Israelí, tras las declaraciones del fin de semana pasado, a la televisión italiana, de Sergueï Lavrov.

El ministro de Asuntos Exteriores insistió en la idea de que el Gobierno de Zelenski está penetrado por el nazismo. Cuando el periodista italiano le recordó entonces que el presidente de Ucrania es hijo de madre y padre judío, por lo tanto judío, Lavrov lo identificó con Adolf Hitler.

No contento con ello, el hombre del régimen ruso que con más frecuencia da la cara para hablar de la «operación especial« dijo que Hitler tenía «sangre judía», hipótesis descartada hace tiempo por los historiadores.

Estas afirmaciones desataron una ola de críticas en Israel. El Gobierno las calificó de «escandalosas, imperdonables» y de «horrible error histórico».

Impermeable a las protestas, 24 horas más tarde, Lavrov no sólo no se disculpó sino que insistió al acusar a Israel de «apoyar al régimen neonazi de Kiev».

Fundado en 2014 por militares de extrema derecha e integrado posteriormente en las fuerzas armadas ucranianas, -informa Afp- el batallón Azov es uno de los adversarios más combativos de las fuerzas rusas desde la invasión, el 24 de febrero.

Sus miembros y otros combatientes ucranianos se niegan a deponer las armas en el puerto asediado de Mariúpol (sureste), donde se atrincheran los últimos defensores de la ciudad, en la planta de Azovstal.

Los combatientes del batallón Azov son considerados héroes en Ucrania mientras Rusia los califica de «fascistas» y «nazis» .