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Cuerpos de civiles asesinados por los rusos en UcraniaAFP

71 días de guerra

«Los rusos primero me torturaron y luego intentaron que me uniera a su Ejército»

Aumentan los testimonios de civiles ucranianos sobre torturas, violaciones y asesinatos cometidos por los soldados rusos en Ucrania

Las pruebas de los crímenes de guerra cometidos por los rusos en su invasión a Ucrania se acumulan. Los testimonios de torturas a civiles por parte de los soldados rusos se suceden: ahogamientos, amputaciones y violaciones.

Hryhorii Osmakov, un joven trabajador de 20 años, narró a The Times cómo los soldados rusos lo retuvieron a él y a su familia, y los torturaron sin ninguna piedad junto a prisioneros de guerra ucranianos.

«Los rusos llenaron un cubo de agua y empezaron a meter las cabezas de los soldados dentro durante un minuto. Uno a uno, y cuando terminaban, volvían a empezar», describió.

Osmakov fue detenido por los rusos en Jersón y trasladado a los sótanos de una escuela en Novovoznesenske. Acusado de proporcionar información al Ejército ucraniano, lo retuvieron junto con cinco soldados ucranianos.

«Cuando les sacaban la cabeza del cubo de agua, los soldados estaban medio ahogados. Entonces los rusos les preguntaban a gritos, pero los ucranianos estaban medio inconscientes y no podían responder», detalla.

A uno de los prisioneros ucranianos intentaron cortarle los dedos de los pies con una bayoneta, pero el filo estaba demasiado gastado y no cortaba la carne.

«Entonces mandaron a uno de los soldados rusos a la cocina de la escuela para que trajera un cuchillo más afilado. Cuando volvió con un cuchillo de carnicero continuaron con su tarea».

Pero el sadismo de los rusos no finalizó ahí. El testimonio narrado a The Times por Osmakov sobre los sucesos de la escuela de Novovoznesenske continúa con detalles cada vez más terribles.

Atados a las sillas, los prisioneros de guerra ucranianos continuaron sufriendo torturas. Los rusos no se conformaron con cortarles los dedos y continuaron mutilándolos mientras los prisioneros gritaban.

Finalmente, los cinco soldados ucranianos recibieron un tiro en la cabeza. «Los rusos no seguían un patrón en el interrogatorio. Parecían locos, sólo gritaban, golpeaban y torturaban», explicó Osmakov.

Los rusos no se contentaron con torturar a Osmakov y simular su fusilamiento. El mismo día que mataron a los cinco soldados encerraron en el sótano de la escuela a la madre y a la hermana de Osmakov, de 23 años.

Los soldados no paraban de gritarle que iban a violar a su hermana. Finalmente, la llevaron a otra zona de la escuela y no la volvió a ver hasta que fueron liberados horas más tarde.

La liberación se produjo cuando los torturadores fueron relevados por otros soldados rusos que, sin ningún tipo de explicación, los dejaron libres. Osmakov nunca supo lo que le ocurrió a su hermana, pues ella se negó a hablar de lo que sucedió durante las horas en que la llevaron a otro lugar de la escuela, explica The Times.

Sin embargo, el momento surrealista de la historia llegó a continuación. La actitud de los soldados rusos hacia Osmakov cambió radicalmente. De las amenazas, gritos y torturas pasaron a las buenas palabras y a los mensajes de fraternidad entre rusos y ucranianos.

Incluso llegaron a ofrecerle un sueldo de 60.000 rublos mensuales si se incorporaba al Ejército ruso.

Osmakov logró dilatar la respuesta, se escondió en un sótano y, en cuanto vio la oportunidad, escapó a territorio ucraniano, donde se reunió con su familia.

«No entendía nada. Primero simularon ejecutarme. Luego intentaron reclutarme para su Ejército. No había ninguna lógica», concluyó.