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El presidente ruso, Vladimir PutinEFE

Un oligarca ruso afirma que Putin sufre cáncer de sangre y que se ha vuelto loco

En una conversación grabada, el oligarca afirma que en Moscú «todos esperamos» que muera

Rostro hinchado, rigidez muscular y fuertes dolores que trata de disimular en sus escasas apariciones públicas.

Las especulaciones sobre la salud del presidente ruso, Vladimir Putin, son una constante desde el inicio de la invasión a Ucrania el 24 de febrero.

Sin embargo, aunque no hay nada confirmado, es evidente que algo le pasa. Según un oligarca anónimo ruso de la órbita del Kremlin, ese «algo» es cáncer y, en concreto, leucemia.

El cáncer explicaría también el impresionante cambio físico experimentado por Putin desde hace años, pero agravado en los últimos meses.

El presidente podría está recibiendo esteroides como parte de su tratamiento médico.

La salud del dictador ruso podría ser muy precaria, incluso podría no tener una esperanza de vida muy larga.

El cáncer explicaría la precipitada decisión de Putin de invadir Ucrania

Algunos analistas señalaron que la posibilidad de que una muerte cercana debido al cáncer explicaría la decisión de Putin de invadir Ucrania en un intento precipitado de ofrecer una gran conquista territorial como legado de su presidencia.

Las especulaciones sobre la salud de Putin se dispararon tras las imágenes de la reunión que mantuvo con su ministro de Defensa, Sergei Shoigu, en la que el presidente ruso agarraba con fuerza con su mano derecha el canto de la mesa.

También la extraña costumbre del inquilino del Kremlin de recibir a algunos de sus interlocutores a grandes distancias dejó toda clase de interpretaciones.

La imagen de Putin y Macron conversando, poco antes del inicio de la guerra, cada uno en un extremo de una mesa de cuatro metros generó una cantidad ingente de chistes y teorías.

La más extendida: Putin tendría un miedo obsesivo a contagiarse de coronavirus que, ante su estado inmunodepresivo debido al supuesto cáncer, sería fatal.

Otro episodio reciente que alimentó las teorías sobre la frágil salud de Putin se produjo el pasado 9 de mayo, durante el desfile por el Día de la Victoria, que conmemora la derrota de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.

En las imágenes retransmitida por televisión se podía ver a un agarrotado Putin cubierto por una manta.

En una conversación grabada con un inversor bursátil occidental, y difundida por el medio New Line, el oligarca ruso anónimo aseguró que Putin se encuentra «muy enfermo de cáncer en la sangre».

En la grabación se escucha al oligarca definir a Putin como un «loco» y asegurar que «todos esperamos» su muerte.

«Ha arruinado la economía de Rusia por completo, y la economía de Ucrania y otras muchas economías. Las ha arruinado absolutamente», afirmó.

Señaló también que en Moscú hay una gran insatisfacción hacia las políticas aplicadas por el Kremlin, aunque no se hacen críticas públicas.

«Tiene un problema en la cabeza. Uno loco puede poner el mundo patas arriba», añadió.

Baños en sangre

En una publicación del diario ruso independiente, Proyekt, de la que se hizo eco The Times, se afirma que ante la falta de resultados del tratamiento médico contra el cáncer, el ministro de Defensa Sergei Shoigu, amigo personal del presidente, le habría recomendado un inquietante tratamiento alternativo: bañarse en sangre.

En concreto, en sangre de astas de renos jóvenes. Shoigu le recomendó este tratamiento a Putin durante un viaje a Siberia, donde ambos solían viajar para cazar y practicar deportes extremos en los exuberantes bosques de la taiga siberiana.

Las declaraciones de este oligarca ponen de relieve que la oposición a Putin dentro del Kremlin es mayor de lo que trasciende.

Son, precisamente, estas personas que han amasado grandes fortunas al abrigo del Kremlin durante el mandato de Putin quienes han sufrido las mayores sanciones impuestas por occidente.

El miedo impide que esa oposición aflore y se concrete en una alternativa al presidente. En los últimos meses, al menos siete oligarcas han muerto en extrañas circunstancias, señala The Times.

Según New Line, los servicios secretos de Rusia, la FSB, recibió la orden de atajar toda especulación sobre la salud del presidente.

Lejos de lograr el efecto esperado, el responsable ruso del grupo de periodismo de investigación, Bellingcat, explicó que esta directiva ha favorecido que se extienda entre los oficiales de la FSB el mensaje de que la condición médica de Putin es muy grave.