84 días de guerra
Las armas de la OTAN enviadas a Zelenski corren el riesgo de terminar en el mercado negro
Tras la invasión rusa de Crimea en 2014, el tráfico de armamento se concentró principalmente en el interior de Ucrania y ahora hay indicios de que sucederá lo mismo
El envío de armas occidentales a Ucrania genera preocupación sobre su posible desvío a destinos no deseados, tanto dentro como fuera del país.
Ucrania es, desafortunadamente, conocida por haber sido un lugar clave de ese mercado negro a fines de los años 90 y en especial, tras la invasión rusa de la península de Crimea.
«Hay un riesgo muy importante relacionado con la proliferación de armas en Ucrania, especialmente aquellas ligeras y de pequeño calibre» señala Nils Duquet, director del Flemish Peace Institute.
Desde el inicio de la ofensiva militar rusa el 24 de febrero, varios países occidentales, encabezados por Estados Unidos, anunciaron el suministro de armas pesadas y ligeras en apoyo al gobierno ucraniano frente a la invasión ordenada por Vladimir Putin.
Estados Unidos, entre otros, suministró o prometió centenares de drones suicidas Switchblade, 7.000 fusiles de asalto, 50 millones de balas y municiones diversas, cohetes con guía láser y radares antiartillería y antidrones.
Aunque este apoyo a Ucrania es «comprensible», es indispensable evaluar las «consecuencias en materia de seguridad» de esa transferencia de armamento, indica el Stimson Center, un círculo de reflexión estadounidense.
«Hemos visto muchas veces como las armas que buscan ayudar a un aliado son halladas después en manos imprevistas, a veces entre grupos que están en desacuerdo con los intereses estadounidenses y de la población civil», advierte este centro en una nota publicada en marzo.
Un riesgo real
«Esto es particularmente cierto para las armas ligeras y de pequeño calibre, que presentan algunos riesgos más elevados de pérdida, desvío hacia el mercado ilícito o utilización abusiva», agregó el Stimson Center.
Según la historia reciente en Ucrania, el riesgo de desvío está lejos de ser ficticio. Tras el hundimiento de la Unión Soviética, muchas armas ucranianas fueron desviadas hacia otros países y otras zonas de conflicto.
En 2014, la invasión de Ucrania por Rusia se acompañó de un nuevo saqueo de un depósito de armas y municiones ucranianas, especialmente en el este y en Crimea.
En total, al menos 300.000 armas ligeras y de pequeño calibre fueron saqueadas o se perdieron entre 2013 y 2015, según el proyecto de investigación Small Arms Survey (SAS) del Instituto de altos estudios internacionales y de desarrollo de Ginebra. Solo 4.000 fueron encontradas después.
Pero contrariamente a los flujos hacia el extranjero constatados cuando cayó la Unión Soviética, el tráfico después de 2014 se concentró principalmente en el interior de Ucrania, alimentando el mercado negro, según el SAS.
El control: ¿una misión imposible?
En Estados Unidos, el asunto de la vigilancia de la utilización final de las armas enviadas a Ucrania fue subrayada con preocupación desde 2020 por el inspector general del Pentágono.
Algunas ONG también han lanzado la alarma, como el Center for Civilians en Conflict (Civic), que subraya la falta «de transparencia respecto a las medidas tomadas sobre disminución de riesgos o vigilancia por Estados Unidos y los otros países envían armas a Ucrania».
Guerra Ucrania-Rusia
EE.UU. reconoce que no puede rastrear las armas que envía al Ejército ucraniano
Lo mismo ocurre en lo que respecta a «las garantías obtenidas para asegurar la protección de los civiles frente a esas gigantescas transferencias», considera Annie Shiel del Civic.
Shiel aboga por «el añadido explícito de obligaciones en materia de derechos humanos en las condiciones de venta» de armas o incluso «velar para que cualquier transferencia de armas tenga sólidos procedimientos de vigilancia». Un tarea considerada delicada por algunos e incluso imposible para otros.
Es ilusorio pensar que en un contexto de guerra se pueden controlar las armas que circulan
En la exYugoslavia, «las armas que fueron utilizadas hace treinta años están ahí todavía», subraya Duquet. «Por lo tanto, las armas que se ven ahora en Ucrania, se quedarán en la región en manos de cualquier tipo, como organizaciones criminales u otras» agregó.
Lo que confirma un alto militar francés, un poco asustado por esta perspectiva. «Cuando veamos asaltos bancarios realizados con (misiles) Javelin, ya nos divertiremos menos», indicó a AFP.