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Soldados ucranianos en los bosques de LuhanskAFP

99 días de guerra en Ucrania

Rusia y Ucrania velan armas por la mayor y más sangrienta batalla de la guerra

Tras la conquista de Severodonetsk, Rusia deberá cruzar al asalto el río Donets si quiere continuar su avance en el Donbás

Rusia ya controla la mayor parte de Severodonetsk tras la retirada táctica de las tropas ucranianas. El Kremlin ha decidido concentrar el grueso de sus tropas en el Donbás y priorizar la conquista total de la región de Luhansk.

El próximo objetivo, una vez culmine la ocupación de todo Luhansk, será el oblast de Donetsk, donde Ucrania controla amplias áreas.

Los analistas militares occidentales prevén que será en este nuevo episodio donde se librará la que tal vez sea la mayor y más sangrienta batalla desde el inicio de la guerra: la batalla del río Donets.

El ejército ruso sufrió una estrepitosa derrota a comienzos de mayo al intentar cruzar este río cuando la artillería ucraniana destrozó varias unidades del ejército ruso y dos grupos tácticos de batallón.

Rusia perdió 400 soldados en los intentos por cruzar el río y dejó un reguero de tanques calcinados hundidos en las aguas del río.

El paso del río está fuertemente controlado por las tropas ucranianas, pero su curso constituye una barrera natural para el avance del ejército ruso hacia la región de Donetsk. Si el Kremlin quiere controlar todo el Donbás, a sus soldados no le queda más remedio que cruzarlo.

El enfrentamiento parece inevitable, y la batalla será extremadamente dura. Se prevé una carnicería.

El informe diario del ministerio de Defensa británico apunta a dos posibles puntos de cruce en Lyman y en Severodonetsk.

Las fuerzas ucranianas han destruido los puentes sobre el río, por lo que el paso deberá realizarse con pontones móviles: una maniobra arriesgada durante la cual las tropas quedan vulnerables, como se pudo ver en el primer intento a principios de mayo.

Sin embargo, Rusia necesita cruzar el río en esos dos puntos para cerrar la pinza sobre las tropas ucranianas en el Donbás con el avance desde Popasna, que por el momento permanece bloqueado.

Según el ministerio de Defensa británico, Rusia está decidida a cruzar el Donets pero, para ello, y para evitar una nueva derrota, «necesita una breve pausa táctica» durante la cual deberá organizar la logística del paso.

Una nueva derrota en el Donets implicaría un nuevo punto de inflexión en la guerra con la pérdida del impulso de las tropas rusas que podría marcar el tan anunciado fin de la capacidad ofensiva del ejército ruso.

Ucrania esperaría a la llegada de ese punto de agotamiento de las capacidades ofensivas rusas para iniciar sus contraofensivas, principalmente en las regiones de Járkov y Jerson, donde sus tropas están mejor preparadas para recuperar terreno.

En ese contexto es en el que se enmarca la retirada táctica de Severodonetsk, una plaza de escaso valor estratégico y cuya defensa implicaría un desgaste excesivo de las fuerzas ucranianas.

A pesar de los últimos éxitos rusos en el Donbás, el peligro de bloqueo en el río Donets, la pérdida de capacidad defensiva y la excesiva concentración de tropas en Severodonetsk preocupa en los entornos ultranacionalistas de Moscú.

El Institute for the Study of War señala que el Kremlin está recibiendo fuertes críticas de grupos de presión nacionalistas por retirar efectivos de varios puntos de las zonas ocupadas en Ucrania para concentrarlas en Severodonetsk y culminar la conquista de Luhansk.

Estos grupos advirtieron que el mando militar ruso está poniendo en peligro los avances territoriales en Jerson y otros puntos de Ucrania al priorizar Luhansk y dejar desprotegidas plazas importantes ocupadas en el transcurso de la invasión.

Coste humano

Mientras el desarrollo de la guerra continúa entre ofensivas rusas y contraofensivas ucranianas, el balance del coste humano sigue siendo desolador.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, señaló en su mensaje nocturno del miércoles que desde el inicio de la guerra han muerto 243 niños en Ucrania y que 200.000 niños ucranianos han sido trasladados por la fuerza a Rusia.

Además, hay 446 niños heridos, muchos de ellos con mutilaciones, y otros 139 están desaparecidos.