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El Gran Rabino de Moscú, Pinchas Goldschmidt, en una imagen de archivoWikipedia

El Gran Rabino de Moscú huye de las garras de Putin y se refugia en Israel

La máxima autoridad de los judíos ortodoxos rusos se negó a apoyar la invasión de Ucrania

El Gran Rabino de Moscú ha abandonado Rusia y se refugia en Israel después de negarse a apoyar la invasión de Ucrania.

Pinchas Goldschmidt, que también ejerce el cargo de presidente de la Conferencia Rabínica Europea, abandonó el territorio de la Federación Rusa dos semanas después de iniciar la invasión.

Sin embargo, no fue hasta el martes pasado cuando la nuera del rabino jefe de la comunidad judía ortodoxa de Rusia, la periodista Avital Chizhik-Goldschmidt, confirmó la noticia en Twitter.

Hasta ahora, la actividad del rabino Goldschmidt contra la aventura bélica del presidente Vladimir Putin, y su salida del país, se llevó, si no en secreto, sí con discreción.

Chizhik-Goldschmidt explicó que su suegro se negó a apoyar la guerra después de «recibir presiones por parte de las autoridades para que apoyara públicamente la ‘operación especial’ en Ucrania».

Según revela el diario ruso independiente The Moscow Times, el rabino y su esposa, Dara Goldschmidt, se trasladaron a Hungría en marzo con el objetivo de recaudar fondos destinados a ayudar a refugiados ucranianos.

Después, se trasladaron a Israel, «donde permanecen exiliados junto a la comunidad que amaron, construyeron y donde criaron a sus hijos durante más de 33 años», señala la periodista Avital Chizhik-Goldschmidt.

La presencia del rabino en Israel la reveló el diario Israel Today, que recogió las declaraciones del propio Pinchas Goldschmidt en las que explicaba que se había trasladado al país para visitar a su padre enfermo.

En una carta enviada posteriormente a la comunidad judía de Rusia, el rabino reconocía que no sabía cuándo regresaría al país, y desvinculaba su presencia en Israel de la guerra en Ucrania.

En unas recientes declaraciones a The Times, Pinchas Goldschmidt confirmó que decidió no regresar a Rusia después de que le desaconsejaran volver a Moscú, pues corría el riesgo de ser arrestado.

También señaló que se ve obligado a guardar silencio y a no condenar con mayor contundencia a las autoridades rusas por las posibles consecuencias que pudiera tener para la comunidad judía en Rusia.

En concreto, aseguró que no podía insistir en sus condenas públicas porque debía garantizar la supervivencia de los más de 500.000 miembros de la comunidad judía rusa.

En esas declaraciones, Goldschmidt afirmó que más de la mitad de la población judía ucraniana había tenido que huir del país: «Es una catástrofe».

Goldschmidt señaló que los bombardeos rusos habían destruido varias sinagogas en Ucrania. En concreto, se refirió a la sinagoga de Mariúpol, un edificio del siglo XIX que había sobrevivido a la ocupación nazi, y a la sinagoga de Jarkov, la más grande de Ucrania.