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El presidente ruso, Vladimir PutinAFP

Guerra Rusia-Ucrania

Las condiciones de Rusia para reabrir el diálogo con Ucrania

Moscú deja la pelota en el tejado de Kiev, a quien insta a que dé una respuesta sobre «la versión rusa del proyecto de acuerdos» presentada en abril

El 10 de marzo de 2022 fue la última vez que Rusia y Ucrania se encontraron cara a cara en Antalya, con Turquía de mediadora, para discutir un posible acuerdo de alto el fuego. Desde entonces, las negociaciones de paz se encuentran congeladas a pesar de que ambos países han admitido haber tenido, posteriormente, contacto a través de varias videollamadas. Tres meses después, el Kremlin parece estar dispuesto a sentarse otra vez en una mesa de negociación.

Así lo ha confirmado el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguei Lavrov, que explicó que «la parte rusa está dispuesta a celebrar una reunión con Ucrania en Estambul con la mediación de la ONU», pero rebajó las expectativas del acercamiento. El encuentro sería «simbólico», ha aclarado Lavrov, enfocado en resolver la cuestión de los cereales –alimento que no se puede exportar por la inseguridad en el mar Negro a causa de la guerra–.

El ministro ruso ha explicado que para que se plantee la posibilidad de una reunión entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, «los equipos de negociadores deben reanudar su trabajo primero», cuestión que puede surgir una vez tenga lugar este primer encuentro a causa de la disputa en el mar Negro.

Ucrania ocupa el octavo puesto en exportaciones de trigo y el cuarto en maíz a nivel mundial, producto que exporta en su gran mayoría a países de África y Oriente Medio, que ya viven de por sí una crisis alimentaria que puede verse agravada aún más por el déficit de exportación de cereales proveniente de Ucrania, además del incremento de los precios de estos. La reanudación del diálogo, ha subrayado Lavrov, «depende de la posición de Kiev, que aún no ha dado su respuesta a la versión rusa del proyecto de acuerdos», presentada a mediados de abril.

Ante esta situación y en medio de acusaciones cruzadas entre Moscú y Kiev, el ministro ruso sí ha planteado la posibilidad de un acercamiento para resolver la situación en el mar Negro. Lavrov, en una intervención ante medios rusos, ha vuelto a culpar al país vecino de la situación, señalando que «lo único que se necesita para resolver este problema es que los ucranianos dejen salir a los barcos de sus puertos, ya sea desminando o identificando corredores seguros».

Por su parte, Ucrania pide a Rusia que se comprometa a no llevar a cabo una ofensiva contra la ciudad portuaria de Odesa u otra localidad costera, aprovechando el escenario de desminado de las aguas para que puedan pasar los cargueros con las exportaciones de grano. Además, el Gobierno de Zelenski ha denunciado reiteradamente que Rusia está robando grano para llevarlo a la península de Crimea –bajo control ruso desde 2014– y desde allí venderlo a terceros países.

Este encuentro podría suponer un inicio del deshielo en las relaciones de ambos países. Aunque Lavrov ya ha dejado claro que una reunión entre los presidentes no es una opción que se contemple, por ahora. «El enfoque de las negociaciones por parte del líder ucraniano no es serio y quiere una reunión por una reunión», ha zanjado el ministro ruso, que ha subrayado que «cualquier reunión al más alto nivel debe ser productiva y estar bien preparada».