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Un cartel del presidente ruso, Vladimir Putin, se utiliza como práctica de tiro a lo largo de una trinchera del ejército ucranianoAnatolii Stepanov / AFP

Análisis

¿Y si a pesar de todo Putin va ganando la guerra?

La victoria en la guerra no pondría fin al conflicto con Rusia

Una hipotética victoria de Ucrania en esta guerra parece cada vez más ficticia.

Los más optimistas observadores occidentales han comenzado a preocuparse, en los últimos días, porque los acontecimientos están, cada vez más, a favor de Rusia.

El intenso fuego de la artillería rusa está causando su efecto en la región de Donbás. Rusia está movilizando nuevas fuerzas ante unas tropas ucranianas agotadas y exhaustas.

También Rusia está llevando a cabo una política de hechos consumados al facilitar la rápida entrega de pasaportes rusos a los ciudadanos ucranianos, en las zonas ocupadas. Asimismo, está introduciendo sus estructuras administrativas en el territorio ucraniano ocupado.

Rusia está cambiando la realidad en el este de Ucrania para que en un inminente estado post-guerra todo se ajuste a sus ambiciones imperiales.

El Kremlin mantendrá su hegemonía indefinidamente en el este y sur de Ucrania

El Kremlin mantendrá su hegemonía indefinidamente en el este y sur de Ucrania y, suponemos, continuará avanzando sobre Odesa, por ser la ciudad portuaria y el centro de comercio que conecta a Ucrania con el mundo exterior.

Frente a esta realidad los logros militares de Ucrania no han sido menores pues sus fuerzas impidieron la ocupación de Kiev; defendieron con éxito la ciudad meridional de Mykolaiv; han mantenido a Odesa fuera del alcance de los ejércitos invasores, hasta el momento; se impusieron en la batalla de Kharkiv, junto a la frontera rusa.

El gobierno de Kiev se ha ganado el favor de la opinión pública internacional, naturalmente, bajo el amplio paraguas occidental, pero mantiene un claro propósito estratégico, reforzado por una excelente moral y valentía que ha motivado la creciente ayuda del exterior.

Algunos analistas occidentales aún prevén una «victoria a pequeña escala» para Ucrania. ¿En qué consistirá?

Primero, en expulsar a Rusia del lado occidental del río Dniéper, y establecer perímetros de defensa alrededor de las zonas que Rusia controla en el este y el sur de Ucrania y asegurar su acceso al Mar Negro.

Segundo, avanzar, rompiendo el puente terrestre que Rusia ha establecido con Crimea, en el territorio del sureste de Ucrania que Rusia tomó en 2014.

Tercero, asegurar su acceso al Mar Negro.

Con estos objetivos piensan algunos estrategas que Ucrania mantendría un statu quo semejante al ya establecido antes de la ocupación el 24 de febrero.

Otros expertos occidentales, particularmente en EE.UU., sueñan que esta guerra acabe con una victoria total de Ucrania, es decir, con la plena recuperación de la soberanía ucraniana, incluyendo Crimea y las partes del Donbás ocupadas por Rusia.

A menudo, la hermosa épica se contradice con el crudo realismo

Esto parece ficticio y nada realista, porque supondría una gran ofensiva ucraniana con armamento del que no dispone y atacar es mucho más difícil que defender.

Teniendo en cuanta que las zonas ya ocupadas por Rusia, en el este, están fuertemente fortificadas y con el apoyo de la Flota del Mar Negro.

Para otros, aquí en Europa, la gran victoria de Ucrania será moral y simbólica: David contra Goliat, un Estado pequeño y militarmente más débil que se opone a una potencia gigante y agresiva. Todo un ejemplo para el resto del mundo.

Una demostración de que es posible una resistencia exitosa contra agresores poderosos, algo que forma parte de las grandes gestas. Pero, a menudo, la hermosa épica se contradice con el crudo realismo.

La guerra se prolonga, se hace larga sin poder vislumbrar un punto final. Llegados a este momento, un acuerdo negociado de cierto alcance queda fuera de lo posible. Rusia ya está tratando los lugares que ha ocupado, no como moneda de cambio para eventuales negociaciones, sino como territorio ruso.

La determinación del Kremlin en ganar esta guerra es clara, los expertos rusos en inteligencia del sitio de noticias Meduza, Andrei Soldatov e Irina Borogan, afirman que Putin y su círculo «quiere más guerra, no menos».

Ucrania y Occidente deben, pues, asumir que Rusia no aceptará ninguna derrota. Incluso esa pequeña victoria de ucraniana que pronostican algunos analistas desde la German Marshall Fund of the United States para otoño de este año, podría ir seguida de una fuerte contraofensiva rusa en 2023.

Putin nunca aceptará derrotas por pequeñas que sean, ni puedo tolerar pérdidas en Ucrania, simplemente alcanzará unos objetivos suficientes bajo los que justificar su victoria total.

El incremento de suministro de armamento pesado como apoyo a Ucrania, desde las potencias occidentales, lleva cada vez más a Rusia a otro enfoque y Putin podría subir su apuesta, para asustar a sus adversarios.

El mayor potencial militar ruso está en el Báltico y no se ha activado aún lo más mínimo

Recordemos que su mayor potencial militar está en el Báltico y no se ha activado aún lo más mínimo o que podría ordenar los preparativos técnicos para el posible uso de armas nucleares.

Putin tiene voluntad de ganar esta guerra y llevarla lo lejos que quiera, tiene voluntad de seguir sondeando las vulnerabilidades occidentales: al igual que respondió a las sanciones occidentales en 2014 inmiscuyéndose en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016.

El Kremlin tiene capacidad de realizar ciberataques, desinformación y otras medidas que ha desplegada contra líderes y gobiernos que no le gustan.

Tiene capacidad de socavar la estabilidad interna de países europeos y degradar la integridad de la alianza transatlántica o de alianzas recientemente adquiridas en el Indo-Pacífico.

Occidente ha entrado en un conflicto de contención con Rusia en el futuro inmediato. De hecho, es ilusorio creer que Occidente pueda hacer mucho para influir en el interior Rusia.

Por mucho que nos duela, Putin va ganado esta guerra. León Tolstoi lo describió perfectamente en Guerra y Paz: «Una batalla la gana el bando que está absolutamente decidido a ganar».