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Ebrahim Raisi, presidente de Irán, saluda a su pueblo escoltado por su guardia de seguridad personalEfe

Irán/Israel

Adivina quién envenena iraníes en la cena: el Mossad en la mira del régimen de Teherán

El régimen de los ayatolás, según The Times, tiene en la mira al servicio de inteligencia israelí al que acusa de eliminar a militares y efectivos suyos

La historia reciente da cuenta de operaciones insólitas del Mossad. El servicio de espionaje de Israel es capaz de cualquier cosa. Puede instalarse en Buenos Aires y secuestrar a Adolf Ichman (Operación Garilbadi); convertir al agente Eli Cohen, en el confidente del presidente de Siria o quién sabe si envenenar a ingenieros y científicos al servicio de Teherán. De esto le acusa el régimen iraní, según The New York Times.

Ayoub Entezari, de 35 años, era un ingeniero aeronáutico entregado a su trabajo de investigación y desarrollo en la ciudad de Yazd. Drones y misiles eran sus juguetes -o armas- favoritas. El 31 de mayo acudió a una cena con un grupo de amigos.

No se conocen detalles sobre la hora a la que Entezari regresó a su casa, pero lo cierto es que nunca más se despertó. El hombre fue hallado muerto y la autopsia, según la información del diario neoyorquino, arrojó resultados más propios de Vladimir Putín que de Tel Aviv: había sido envenenado.

Paradero desconocido

Desde entonces, el anfitrión de la reunión se encuentra en paradero desconocido. Nadie sabe dónde está y hasta se duda de su identidad. Irán está convencido de que formaba parte del cuerpo de agentes del Mossad, pero prefiere no hacer públicas sus sospechas ni denunciar el presunto asesinato.

Kamran Aghamolaei, de 31 años, es otro caso parecido. Después de un viaje de negocios a Tabriz, a más de 500 kilómetros de Teherán, las nauseas comenzaron a repetirse y la diarrea le llevó a un estado de deshidratación alarmante. El 2 de junio murió. El parte médico atribuyó el fallecimiento a un fallo multiorgánico.

Aghamolaei era, oficialmente o de cara a la sociedad, un geólogo. Pero, según los medios de comunicación israelíes, su verdadera ocupación estaba en la central nuclear de Natanz. Tampoco en este caso la República Islámica de Irán, ha hecho comentario alguno.

La secuencia tiene otros precedentes que también recoge The Times y que tienen a Irán preocupado.

El coronel Sayad Khodai murió el 22 del pasado mayo, dos motoristas le vaciaron el cargador mientras caminaba por una de las calles de Teherán. Estaba considerado un héroe por sus operaciones militares en destinos como Siria e Irak.

La muerte de Khodai no fue la última de estos casos bajo sospecha o donde casi todo, hace intuir que asoma la mano o la estrategia del Mossad. El día 3 de junio, otro coronel, Ali Esmailzadeh murió en Karaj, a unos 30 kilómetros de Teherán, tras presuntamente resbalarse del tejado que estaba reparando.

La versión oficial fue ésta, pero hay otras dos. La prensa oficial local habló de «suicidio» por «problemas maritales» mientras los medios opositores, como la televisión Iran Internacional, directamente calificaron su muerte de asesinato.

Según el canal, habría sido algo parecido a un doble espía que trabajaba para el servicio secreto de Israel y en este caso, el brazo ejecutor fue Irán tras descubrir que habría participado en el atentado que le costó la vida a Khodai.

Los medios anglosajones hicieron una lista de las «defunciones» de iraníes donde el Mossad habría dejado su firma, aunque el régimen de los ayatolás prefiera guardar silencio en la mayoría. Entre estos figuran falsos accidentes de automóviles, ataques con drones con apariencia de juguetes y otros que, con certeza, no seríamos capaces de imaginar.