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La jefa del Gobierno autónomo de Escocia, Nicola Sturgeon, durante el anuncio del referéndum de independencia prohibido por Londres AFP)AFP

Escocia

Escocia rompe la baraja de la ley y promete un referéndum de independencia para 2023

Nicola Sturgeon amenazó hace tiempo. Boris Johnson se hizo el distraído pensando, quizás, que era un impulso que podría controlar, pero no, la jefa del gobierno autónomo de Escocia, está dispuesta a saltarse la ley a la torera y convocar un nuevo referéndum de independencia, el año que viene, aunque Londres lo prohíba.

Sturgeon ha comenzado una nueva campaña con el objetivo de romper con el Reino Unido mediante la apertura de unas urnas que necesitan, con la Constitución en la mano, la autorización del gobierno central.

Para justificar su decisión, la mujer que expresó y amenazó en su día con las consecuencias que tendría en Escocia el brexit, ha elaborado un paquete de documentos donde intenta blanquear una decisión ilegal que pronostica un futuro negro y hasta violento en territorio británico.

La jefa de gobierno escocés apela al cambio de condiciones y compromiso de Londres de 2014 de no modificar su estatus. El divorcio de la Unión Europea en 2016 (los escoceses votaron en tromba en contra) es uno de sus argumentos que presenta como una modificación del escenario que, según ella, le deja manos libres para dar este peligroso paso.

En rueda de prensa en Edimburgo Sturgeon hizo resumen de situación, informa Afp: «Después de todo lo que ha sucedido, el Brexit, el covid, (el primer ministro británico) Boris Johnson... Ha llegado la hora de presentar una visión diferente y mejor».

«Es hora de hablar de independencia», añadió la líder del separatista SNP, antes de proclamar que tiene «un mandato democrático indiscutible» en este sentido tras la victoria de su partido en las elecciones regionales de 2021.

Sturgeon puso como fecha del referéndum 2023. La conocida negativa del gobierno de Londres a que se celebre parece que le resulta indiferente pero sin su permiso el resultado, si sale a su favor, difícilmente podrá ser reconocido por las democracias occidentales. En 2014 el 55% de los votantes rechazó la independencia.

Fuera de la UE, «en contra de nuestra voluntad»

«El Brexit nos ha sacado de la UE y del mercado único en contra de nuestra voluntad, con un daño enorme al comercio, las condiciones de vida y los servicios públicos», afirmó.

«En este momento crucial (...) ¿Seguimos atados a un modelo económico y social británico que nos limita a resultados económicos y sociales decepcionantes, que probablemente empeoren en lugar de mejorar fuera de la Unión Europea?», se interrogó.

«¿O por el contrario levantamos la vista con esperanza y optimismo y nos inspiramos en países comparables de toda Europa?», agregó.

El «libro blanco» del separatismo

El primero de una lista de documentos publicado este martes, un «libro blanco» que analiza el desempeño de diez países europeos como Irlanda, Suiza o Bélgica, muestra que estos son «más prósperos, más justos y más productivos que Reino Unido», subrayó la dirigente independentista.

«¿Por qué no Escocia?», nación dotada de abundantes recursos energéticos, una importante industria agroalimentaria y un rico patrimonio natural, insistió.

Otros documentos seguirán en los próximos meses donde se analizará la situación y el futuro de la moneda, el estado de las finanzas públicas, la seguridad social, el comercio, la defensa, la seguridad y con más detalle, su deseo de pertenecer a la UE.

Johnson, que tiene la última palabra sobre si se autoriza o no un nuevo referéndum de autodeterminación, se opone enérgicamente a él al considerar una consulta de este tipo solo puede ocurrir «una vez en una generación».

Pero Sturgeon denunció que su «gobierno no respeta la democracia», considerando que la victoria electoral del SNP el año pasado demuestra que los escoceses respaldan su programa soberanista.

«Tenemos un primer ministro sin autoridad democrática en Escocia y sin autoridad moral en ninguna parte del Reino Unido», agregó, en referencia a los múltiples escándalos que ciernen a Johnson, quien enfrenta además una rebelión en sus propias filas conservadoras.