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El presidente de Chile, Gabriel BoricAFP

Chile pone punto final a la redacción de la nueva Constitución

La nueva Carta Magna será votada el próximo 4 de septiembre en un referéndum de sufragio obligatorio

Dos días antes de lo previsto, la convención constitucional de Chile puso punto final al proceso de redacción de la nueva Carta Fundamental, que se presentará oficialmente el próximo lunes en una ceremonia histórica y será votada en un plebiscito el 4 de septiembre.

«Lo logramos, pese a todas las barreras que hemos tenido. Les felicito porque después de este año arduo, con dificultades y debates prolongados (...), hemos cumplido los plazos», celebró entre aplausos la presidenta del Parlamento, María Elisa Quinteros.

El pleno votó y despachó la totalidad de las correcciones finales al borrador en una sesión que se preveía que fuera a durar hasta el 30 de junio, pero que se acortó a apenas unas horas gracias al ánimo de la mayor parte de la convención por apurar el proceso.

«La convención acaba de aprobar la propuesta de una nueva Constitución con un promedio de 75 % de los votos. El 4 de septiembre tu voto decide», enfatizó al término de la cita la constituyente independiente Patricia Politzer.

Casi un año lleva el órgano trabajando a contrarreloj para presentar a la ciudadanía una propuesta de ley fundamental que sustituya a la actual, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y considerada por muchos como el origen de las grandes desigualdades del país por su marcado corte neoliberal.

El esprint final

El último capítulo del proceso comenzó hace unas semanas con la formación de la Comisión de Armonización, una instancia de 40 miembros encargada de proponer los últimos cambios al borrador.

Casi todas las sugerencias sobre el orden de las normas, fusión de artículos y cambios de redacción, ortografía y sintaxis fueron aprobadas este martes por la convención, que ahora se prepara para entregar el borrador al presidente chileno, Gabriel Boric, en una simbólica ceremonia el próximo lunes.

Finalmente se acordó que el texto estará integrado por 390 artículos, en lugar de los 490 del borrador, en su mayoría orientados a engrosar los derechos sociales, proteger el medioambiente, a las mujeres y entregar reconocimiento a los pueblos indígenas.

La mayor parte de estas demandas emanaron de las calles en 2019, cuando una masiva ola de protestas por la igualdad inundó las calles y dejó una treintena de fallecidos y miles de heridos.

«Nos tocaron momentos difíciles. Como la naturaleza, vivimos inviernos duros, pero podemos decirles a todos los pueblos de Chile que aquí estamos listos para florecer en la primavera», afirmó la expresidenta de la convención y académica indígena Elisa Loncón.

Además de la Comisión de Armonización, durante el último mes también concluyeron su trabajo la Comisión de Preámbulo, encargada de elaborar el texto que abre la Carta Magna, y la de Normas Transitorias, a cargo de los artículos que regularán la transición entre una Constitución y la otra.

¿Apruebo o rechazo?

El proceso constituyente se abrió en octubre de 2020, con el respaldo de casi el 80 % de los ciudadanos en un histórico plebiscito, y finalizará el próximo 4 de septiembre con otro referéndum –de sufragio obligatorio– que determinará si Chile se queda con la nueva Carta Magna o si mantiene la actual.

Los resultados están rodeados de incertidumbre, y mientras que la opción de aprobar el texto fue durante meses la mayoritaria, en los últimos meses varios sondeos muestran una mayor preferencia por rechazar el texto, aunque con resultados ajustados.

«Esto responde a que la ciudadanía tiene cada vez menos expectativas de que la cosa vaya a cambiar. Llevan esperando sin resultados desde 2019 y la nueva Constitución parece solo el principio», señaló Marta Lagos, directora de la encuestadora Latinobarómetro.

Para Rodrigo Espinoza, politólogo de la Universidad Diego Portales, la reputación de la convención se ha visto perjudicada por las luchas internas, la imposibilidad de lograr acuerdos en ciertas materias y las polémicas que salpicaron a varios constituyentes.

«El proceso tiene características únicas en el mundo, por su aprobación de entrada y la conformación de la convención, paritaria entre hombres y mujeres, y la integración de los pueblos originarios», dijo.

«Sin embargo –agregó–, el balance es que todo partió con mucho optimismo por parte de la ciudadanía, pero termina con cierto desencanto».