El comité que investiga el asalto al Capitolio cree que Trump alentó una «guerra civil»
La comisión ha presentado evidencias de que el círculo del expresidente republicano mantuvo contactos con grupos ultras para forzar violentamente su permanencia en la Casa Blanca
El comité que investiga el asalto al Capitolio de Estados Unidos ha presentado nuevas evidencias que alimentan la tesis que sostiene que el expresidente Donald Trump alentó a las masas a provocar una guerra civil para revertir violentamente el resultado de las elecciones que perdió ante Joe Biden a finales de 2020.
El exabogado de la Casa Blanca Pat Cipollone, que luchó contra los esfuerzos de Trump de difundir la idea de se había cometido «fraude electoral», admitió en su interrogatorio a puerta cerrada, que no había pruebas para pensar que hubo fraude y sostuvo que Trump debería haber admitido la derrota.
En lugar de ello, personas del círculo de confianza del exmandatario republicano, mantuvieron encuentros secretos con líderes de grupos supremacistas blancos y miembros de otras bandas ultraderechistas, según la documentación aportada por el comité.
La audiencia, a puerta abierta, reflejó cómo grupos ultraderechistas como los Oath Keepers y los Proud Boys, que lideraron la protesta, producida en enero de 2021, se habían coordinado entre sí y cómo gente de confianza de Trump estuvo en contacto con ellos.
Días antes de que el asesor de Seguridad Nacional Michael Flynn participara en una reunión en el Despacho Oval que analizó cómo revertir el resultado de las elecciones, este fue fotografiado fuera del Capitolio con miembros destacados de los Oath Keepers.
Asimismo, su excolaborador Roger Stone usó un chat encriptado para coordinar las movilizaciones civiles contra ese escrutinio solo dos días después del cierre de las urnas, llamado «Amigos de Stone» y en el que participaban miembros de ambas organizaciones.
La intención de Trump, según las conclusiones del comité, era llevar la protesta hasta el punto de un enfrentamiento civil con el que permanecer en la Presidencia del país.
El exjefe de campaña de Trump, Brad Parscale, confesó ante el comité que envió un mensaje de texto a la portavoz de Trump, Katrina Pierson, el 6 de enero de 2021, diciendo que el expresidente estaba «pidiendo una guerra civil».
Cuando escribió en Twitter «¡Estén presentes, será salvaje!», está «claro» que quería animar a las masas a acudir al Capitolio con el objetivo de intentar seguir un segundo mandato en el poder, según el legislador demócrata Jamie Raskin.
Extremistas de derecha y seguidores de Donald Trump protagonizaron el asalto al Capitolio después de un tuit del expresidente que fue percibido como un «llamamiento a las armas», añadió al respecto este martes el comité de la Cámara de Representantes que investiga el ataque al Congreso de Estados Unidos en 2021.
Trump «no es un niño»
La legisladora Liz Cheney, una de los dos republicanos que forman parte del comité y que está enfrentada al exmandatario, desmanteló la teoría de que Trump estuviera influenciado, que en su opinión ha surgido ante las numerosas pruebas aportadas por su círculo cercano de que las presidenciales de 2020 no le habían sido robadas.
«Trump es un hombre de 76 años, no un niño impresionable, e igual que todo el mundo en este país, debe ser responsable de sus propias acciones y decisiones. Tenía acceso a información más detallada y específica que mostraba que la elección no fue un robo», dijo Cheney.
En su opinión, «ningún hombre en su sano juicio» podía pasar por alto esa información y llegar a la conclusión contraria.
La legisladora estimó que la suposición de que Trump se vio manipulado busca mostrar que era incapaz de discernir «entre el bien y el mal» y culpar a sus colaboradores más cercanos, pero no se sostiene con las evidencias recabadas hasta la fecha.