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Un soldado ucraniano sostiene una pesada armaAFP

Paz por territorios: ¿puede Ucrania recuperar las ciudades perdidas?

Si Rusia se retirara de los territorios ocupados supondría admitir que su invasión de Ucrania fue vana y vanos los 30.000 soldados que ha perdido en tres meses

Tras el fracaso de la ofensiva rusa hacia Kiev, los estrategas del Kremlin se han centrado en los territorios con fuertes minorías rusoparlantes y rusófilas, en el área del Donbás. Tras la ocupación de la península de Crimea por Rusia en 2014, los territorios de Donetsk y Lugansk se separaron ese mismo año y Moscú los reconoció como estados independientes poco antes de la invasión.

Si en un plazo breve las partes beligerantes acuerdan un alto el fuego formal, es probable que los acuerdos provisionales se prolonguen y acaben convirtiéndose en hechos aceptados, como en Corea o en Israel y Palestina.

Para Ucrania, aceptar un alto el fuego sin haber recuperado los territorios ocupados es una fórmula dolorosa e inadmisible, pero es la solución que propone el exsecretario de Estado de Estados Unidos, Henry A. Kissinger. Propuso que Ucrania cediera territorio a Rusia para ayudar a poner fin a la invasión, una postura a la que se opone el Gobierno y la mayor parte de los ucranianos. Kissinger advirtió: «Continuar la guerra más allá de ese punto no se trataría de la libertad de Ucrania, sino de una nueva guerra contra la propia Rusia».

Si Rusia se retirara de los territorios ocupados supondría admitir que su invasión de Ucrania fue vana y vanos los 30.000 soldados que ha perdido en tres meses. Recordemos que las pérdidas de Moscú en Afganistán fueron de 50.000 soldados en diez años.

Me gustaría que la guerra terminara con la devolución de todos los territorios dentro de las fronteras de UcraniaAndrzej DudaPresidente de Polonia

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, aseguró, hablando a estudiantes de la Universidad de la Sorbona y del Instituto Nacional de Servicio Público francés, que Kiev seguirá luchando contra Rusia hasta que recupere todo su territorio: «Esta guerra terminará para Ucrania cuando restablezcamos nuestra unidad». También confió en que, cuando termine la conflagración, retornen al país los casi seis millones de ucranianos que han huido.

Así piensa también el presidente polaco, Andrzej Duda: «Me gustaría que la guerra terminara con la devolución de todos los territorios dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas de Ucrania». Polonia y Ucrania son dos territorios cuyas fronteras han variado notablemente a lo largo de la Historia.

Los aliados

Según Zelenski, la exclusión de Ucrania de la alianza militar de la OTAN permitió a Rusia iniciar la guerra: «Estoy convencido de que, si Ucrania hubiera sido admitida en la OTAN, no habría habido guerra». En tono de exigencia, el presidente de Ucrania demandó a la UE que integre plenamente a Kiev y libere a su país de vivir bajo una «incertidumbre constante». Su integración formal podría alargarse dado el estricto proceso de admisión para nuevos países.

El analista Josué Keating, exeditor de la revista Foreign Policy, recuerda que los líderes ucranianos admiten que pueden seguir resistiendo por el flujo constante de dinero y armamento de Occidente, así como por la continua presión económica y política sobre Rusia.

El dominio del mar Negro

Rusia incluso podría perder la guerra terrestre, pero gana la guerra en el mar. La hegemonía rusa comenzó en 2014, cuando Moscú se anexionó la península de Crimea. Entonces destruyó o se apropió de la mayor parte de la armada ucraniana. Al cortar los lazos físicos y de comunicaciones con la Ucrania continental, Moscú desplegó submarinos, fragatas, defensa antimisiles… Precisamente, esa proyección de poder del mar Negro permitió el auxilio militar de Moscú a Damasco en la insurrección en Siria.

Iulia Joja, quien dirige el programa de Seguridad del mar Negro en el Instituto de Medio Oriente en Washington, DC, dice que Moscú no ha sido capaz de capturar Odesa a pesar de tener desplegada una veintena de buques de guerra, despliegue posibilitado gracias al control de Crimea y la flota rusa del mar Negro. Rusia puede paralizar la economía ucraniana y causar una crisis alimentaria mundial.

Desde 2016, Putin ha invertido miles de millones de dólares en la construcción del «puente de Crimea». Durante años, Moscú ha restringido o bloqueado las exportaciones ucranianas desde Mariúpol. El bloqueo del mar de Azov fue un indicador. Y en solo tres meses de guerra, Rusia ya ha destruido la ciudad portuaria clave de Mariúpol. Lo que queda es la joya, el puerto de Odesa.

Sanciones contra tanques

«Además, en una batalla de bancos contra tanques, las sanciones económicas y financieras occidentales cada vez más duras están apuntando a Rusia como enemigo», expresó Rudolf G. Adan, del Bundesnachrichtendienst (Servicio Federal de Inteligencia de Alemania): «Las sanciones, sin embargo, están lejos de ser universales y tienen un historial de evasión. Los otros países BRICS además de Rusia (Brasil, China, India y Sudáfrica) se niegan a participar. Representan el 50 por ciento de la humanidad y el 25 por ciento de la producción económica mundial». Ahora, Teherán y Buenos Aires han solicitado unirse a los BRICS.

Sri Lanka es solo la punta del iceberg de la crisis que viene. El veto europeo y estadounidense a la energía rusa se está volviendo en contra de Bruselas. Muchos países en desarrollo, afectados por el incremento de precios del combustible, se lo reprochan a la UE y empiezan a negociar con Rusia para comprarle hidrocarburos baratos, Sri Lanka es uno más.

Peter Dickinson recuerda un ensayo de Vladimir Putin, publicado en julio de 2021. En 7.000 palabras el dirigente ruso explicaba la unidad histórica que une a Rusia y Ucrania: «Estoy seguro de que la verdadera soberanía de Ucrania solo es posible en asociación con Rusia. Porque somos un solo pueblo», concluyó Putin.

En 1993 Yasser Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina, e Yitzhak Rabin, primer ministro de Israel, acordaron paz por territorios. Casi treinta años después la fórmula sigue sin aplicarse completamente y ninguno de los dos dirigentes vive.