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Imagen de Rafael Caro Quintero, de 2005, en la prisión de Puente Grande, junto a miembros de la Policía FederalAFP

México

EE.UU: destino de Caro Quintero, el narco de Sinaloa acusado de matar a un agente de la DEA

Rafael Caro Quintero, fundador del cartel de Guadalajara y paisano de Joaquín «Chapo» Guzmán, será extraditado por el asesinato del infiltrado de la DEA, Enrique «Kiki» Camarena

Es uno de los capos históricos. Desde 1985 Estados Unidos le venía siguiendo la pista sin poder echarle el guante. Estaba entre los 10 más buscados de su lista, pero la DEA (Agencia Antidrogas Estadounidense) le tenía en la mira por eso y por algo más personal: está convencida de que asesinó a un agente suyo: Enrique «Kiki» Camarena.

Rafael Caro Quintero ya no es un niño. A los 69 años ha tenido tiempo para entonar el mea culpa de algunas de sus actividades ilícitas (lo hizo), pero nunca logró el perdón aunque se sospecha que sí el encubrimiento de algunas autoridades mexicanas.

«Kiki», como todos conocían al infiltrado de la DEA, había logrado en cuatro años ganarse su confianza, si es que eso existe en ese mundo del crimen, pero fue descubierto. Su muerte fue terrible: torturas brutales hasta que recibió el tiro de gracia.

Rafael Caro Quintero en el momento de su detención. Imagen distribuida por la Armada mexicanaEFE

El ahora detenido siempre ha negado su participación pero los sucesos se recogen de este modo en los archivos de la DEA, en películas y en algunas de las series de televisión de narcotraficantes más populares.

Cuando ya estaba para disfrutar de la tercera edad y de las ganancias del narcotráfico, como pretendía, a Rafael Caro Quintero un grupo de la Armada mexicana le detuvo en la localidad de Choix, en el estado de Sinaloa (noroeste del país).

La importancia del perro

Lograron dar con el fugitivo de la justicia gracias, supuestamente, a la intervención de un perro adiestrado que olfateo su rastro. López Obrador declaró hoy que un helicóptero que se había precipitado en Sinaloa, participaba de la operación cuando se produjo el siniestro. Murieron 14 agentes.

Caro Quintero, por ahora y por poco tiempo, será trasladado al Penal del Altiplano, en el estado de México.

Su detención, curiosidades de la historia se produce apenas unos días después de la entrevista entre Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador. La captura, como reconoce la Fuerza mexicana, es con fines de extradición. Es decir, que el «pájaro» volará al norte en breve.

«El arresto de hoy es la culminación del trabajo de la DEA y sus socios mexicanos para llevar a Caro Quintero ante la justicia por sus crímenes», se enorgullece Estados Unidos en un comunicado.

Merrick Garland, fiscal general de EE.UU. -informa Afp- se apresuró a aclarar lo que ya había confirmado México: «Pediremos la extradición inmediata para que sea juzgado por sus crímenes en el mismo sistema de justicia que el agente especial Camarena murió defendiendo».

EE.UU. agradece a México la detención

A renglón seguido, Garland añade: «No existe escondite para alguien que secuestra, tortura y asesina a una agente de la ley estadounidenses. Estamos -insiste- profundamente agradecidos a las autoridades mexicanas por su captura y detención».

La recompensa por el narcotraficante, de 20 millones de dólares, es la más alta que haya ofrecido hasta la fecha la DEA en México. Por Nemesio Oseguera, alias «El Mencho» y líder del Cártel Jalisco Nueva Generación, pagó 10 millones.

Quintero ya había estado entre rejas. En 1985 fue condenado a 40 años de prisión, pero en agosto de 2013 la justicia mexicana(siempre bajo sospecha) le liberó por un tecnicismo legal.

No lo secuestré, no lo torturé y no lo maté»Caro Quintero sobre el asesinato del agente de la DEA

En una entrevista concedida al semanario Proceso en 2016, mientras estaba prófugo, Caro Quintero negó haber ordenado el asesinato Camarena. «Nunca había hablado de este caso, es la primera vez (...). No lo secuestré, no lo torturé y no lo maté», insistió

En ese momento, el capo dijo también que tras varios años en el narcotráfico solo quería «vivir en paz»: «Lo único que busco es paz y le pido perdón a la sociedad de México por los errores que cometí».

La suerte de sus antiguos colegas es la misma que empieza a escribirse hoy para él. «Chapo» Guzmán cumple reclusión en Estados Unidos, Félix Gallardo, de 76 años, permanece en la cárcel desde 1989 y Ernesto Fonseca, de 91 años, cumple condena en prisión domiciliaria. Lo hicieron casi todo juntos, pero al final, terminaron separados.