Dictaduras y nazismo
Nunca más: víctimas y descendientes de nazis se dan la mano en Berlín
A la convocatoria en Berlín asistieron familiares de represores de dictaduras de los años 70 en Sudamérica. Todos suscribieron el documento: Compromiso por la Educación y la Memoria para el «Nunca Más»
Los hijos y menos los nietos son responsables de los actos de sus padres y abuelos. Los descendientes de las víctimas del holocausto, herederos del sufrimiento de los suyos, así lo entendieron.
Lo mismo sucede con aquellos que padecieron las dictaduras en Sudamérica en los años 70. Todos ellos se reunieron y recordaron hoy en Berlín, que se cumplen 80 años de la llamada «Solución Final» para el pueblo judío.
«En el mismo sitio donde se gestó el genocidio», en la villa de la localidad alemana de Wannsee (al suroeste de Berlín), los participantes -informa Afp- se comprometieron a «redoblar esfuerzos en Educación y Memoria» para que no se vuelvan a repetir las atrocidades de las que fueron, directa o indirectamente, protagonistas, indicó un comunicado del Centro Ana Frank de Argentina.
La víspera, allí «donde se gestaron los hechos más crueles», en la antigua sede de las SS y de la Gestapo en Berlín, firmaron el Compromiso por la Educación y la Memoria para el «Nunca Más».
Jacqueline Gies, nieta del genocida nazi Robert Gies, participó del encuentro
Entre los invitados al encuentro se encontraba Jacqueline Gies, nieta del genocida nazi Robert Gies, que participó en la «masacre de Lídice» (República Checa), donde los nazis mataron a cerca de 340 civiles en 1942.
También viajó al acto Analía Kalinec, hija de un policía de los centros clandestinos de represión durante la dictadura argentina, y miembro de la agrupación Historias Desobedientes, formada por familiares de genocidas que repudian estos actos.
«Construimos el concepto de responsabilidad compartida en la educación de la memoria», explicó Héctor Shalom, representante del Centro Ana Frank en Argentina.
Había que sumar las voces de los familiares de genocidas que los repudian
«Históricamente fueron las víctimas quienes sostuvieron la memoria», explica Shalom, «por eso había que sumar las voces de los familiares de genocidas que los repudian».
A Berlín viajaron también más de 40 personas (referentes de educación y de organismos de derechos humanos, entre otros) de 15 Estados de Hispanoamérica para replicar la idea de «sumar voces» en sus países, según Shalom.
Con la presencia de víctimas y familiares de genocidas de ambos lados del Atlántico, este proyecto de memoria pone de relieve los nexos entre nazismo y dictaduras sudamericanas.
Judíos y nazis en el mismo destino
«Una conexión directa», según Shalom. «Porque -añade- a América Latina llegaron más de 9.000 nazis» tras la Segunda Guerra Mundial y «ayudaron a construir una cultura represiva entre las fuerzas de seguridad locales», añade.
En paralelo resulta irónico que también encontraran refugio miles de judíos. Argentina y Brasil fueron, fundamentalmente, los destinos de víctimas y verdugos.