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Túnez

Primer referéndum en la historia de Túnez para aprobar una Constitución a medida de su presidente

La oposición ha llamado al boicot y observadores internacionales ponen en duda la transparencia del proceso

Los tunecinos en el exterior ya están votando y los que permanecen en el país lo harán mañana. Si el referéndum para aprobar la nueva Constitución sale adelante, el presidente tendrá vía libre para establecer un régimen autoritario o dictadura moderna al estilo las de Rusia y Turquía.

El país, de 12 millones de habitantes, lleva un año en una profunda crisis política, después de que el presidente Kais Saied (elegido por amplia mayoría en 2019) se atribuyera plenos poderes con la excusa de una situación inestable.

La oposición, sobre todo el partido de inspiración islamista Ennahdha, llamó al boicot del referéndum por considerarlo un «proceso ilegal» y ante la falta de concertación.

La gran incógnita es si la participación será baja o muy baja, ya que mucha gente no sabe ni qué ni por qué votaYoussef Cherif, investigador turco

«La gran incógnita es si la participación será baja o muy baja, ya que mucha gente no sabe ni qué ni por qué vota», explica el investigador Youssef Cherif, que (como la mayoría de los analistas) está convencido de la victoria del «sí».

La nueva constitución, de aprobarse, sustituirá a la actual de 2014 y conformará un sistema político que pasa de ser parlamentario, como el actual, a uno «ultrapresidencialista», ya que otorga mayores poderes ejecutivos al jefe del Estado y debilita el papel de la cámara.

Juristas alertaron sobre la falta de independencia judicial y de la separación de poderes que garantizan un Estado de Derecho en el nuevo texto que, valoran, «codifica el autoritarismo».

«Sí» o «no»

Los ciudadanos, que conocieron el borrador final el pasado 30 de junio -posteriormente modificado el 8 de julio con cambios menores- tendrán que decidir mañana por la papeleta del «sí» o la del «no».

El texto contempla en las disposiciones transitorias que el decreto de septiembre de 2021, por el que el presidente gobierna con medidas excepcionales, se mantendrá hasta la formación de un nuevo Parlamento (Asamblea de Representantes del Pueblo).

Said anunció elecciones legislativas para el 17 de diciembre, fecha conmemorativa por la inmolación en 2010 del joven vendedor ambulante Mohamed Bouazizi en la ciudad de Sidi Bouzid en 2010 considerada la chispa de las protestas que derivaron en un revolución.

Este 25 de julio, se cumple también un año desde que Said cesara al primer ministro y suspendiera el parlamento -posteriormente disuelto- para «salvar» a la nación, además del 65 aniversario de la proclamación de la República tunecina por Habib Bourguiba.

El presidente tunecino, que insiste en la creación de una «Nueva República» basó la actual hoja de ruta política en una encuesta digital realizada en enero en la que participaron poco más del 5% de los electores registrados.

Habrá delegaciones oficiales de la Unión Africana, la Liga Árabe y la organización Carter

Observadores nacionales e internacionales velarán por la legalidad de la votación y habrá delegaciones oficiales de la Unión Africana, la Liga Árabe y la organización Carter, explicó a Farouk Bouasker, presidente de la Instancia Superior Independiente para las Elecciones (ISIE), encargada de vigilar los comicios.

La asociación tunecina Mourakiboun movilizará a 3.200 observadores para un millar de centros de votación y las autoridades anunciaron que 84.000 agentes supervisarán los colegios electorales.

Voto en el exterior

Los 348.876 electores, residentes en el extranjero, votan en embajadas y consulados desde ayer sábado hasta mañana lunes, cuando se abran las urnas en Túnez para un total de 9.278.541 ciudadanos con derecho a voto.

Unos 9 millones electores están inscritos para la votación pero nada garantiza que vayan a las urnas mañana, día festivo, a pesar de que los centros de votación abren a las 5 de la mañana y cierran a las diez de la noche.

Los partidarios del «sí» votarán «porque les gusta el presidente o porque odian a los que gobernaron desde (la Revolución de) 2011» Ennahdha y sus aliados, «pero no son más que unos cientos de miles», según Cherif.

Al contrario de la Constitución de 2014, aquí no hubo debate ni deliberación pública del proyectoHamadi Redissi, politólogo

Este desinterés viene, según el politólogo Hamadi Redissi, de que «al contrario de la Constitución de 2014, aquí no hubo debate ni deliberación pública del proyecto» que se hizo, según este investigador, «a toda prisa».

La última versión del texto, escrita por Kais Saied en persona, se encuentra «a años luz del proyecto laico y democrático» que propuso la comisión encargada de su elaboración, explica Redissi.

Sadok Belaid, el jurista al mando de la comisión, tomó distancias con el texto final, ya que es susceptible «de abrir la vía a un régimen dictatorial».

La oposición y los analistas están preocupados por la vuelta prevista a un régimen ultrapresidencialista, que rompería con el sistema parlamentario creado tras la caída del dictador Ben Alí en 2011, y que hacía de Túnez la única democracia salida de las revueltas de la Primavera Árabe.

Para Redissi «hay una deriva autoritaria: todo el poder estaría en manos del presidente, que nombra al gobierno. El ejecutivo no necesitaría tener la confianza del parlamento».

Hacia una dictadura

Túnez «se dirige hacia una dictadura, en el sentido del latín, donde el presidente dicta sobre todo», afirma Hamadi Redissi, que considera que el país «nunca será como China o Egipto. Pero puede evolucionar hacia un 'autoritarismo competitivo' como la Turquía de Erdogan o la Rusia de Putin, con elecciones, asociaciones, pero sin verdadera democracia».

Un riesgo presente pero no inmediato, según algunos analistas.

«El marco jurídico está. Si se mira el desmantelamiento de las instituciones que garantizan las libertades y la democracia, se estrecha el cerco», explica Isabelle Werenfels, investigadora del instituto alemán SWP.

Para Youssef Cherif, «el hecho de que la gente pueda expresarse libremente, que puedan votar no (en el referéndum) sin ir a prisión, muestra que no estamos ante el esquema tradicional de una dictadura».

Pero surgen dudas de lo que pueda ocurrir después de Saied, con una Constitución que «podría construir un régimen autoritario similar al que tenía Túnez antes de 2011», según Cherif.

Tras el referéndum, el principal problema del país será una economía en crisis

Pero, tras el referéndum, el principal problema del país será la economía en crisis, con una tasa de desempleo desbocada (40% entre los jóvenes), la inflación creciendo por la guerra de Ucrania y 4 millones de pobres.

Túnez, al borde de la bancarrota, negocia desde hace un mes un nuevo préstamo con el FMI, quien celebró «satisfactorios avances» para un acuerdo.

No obstante, numerosos expertos consideran que los sacrificios exigidos para el préstamos pueden agravar la situación del país.

Hasta el jueves no habrá resultados

El recuento de votos se extenderá del martes 26 al jueves 28 cuando se conozcan los resultados preliminares, tras lo que se abrirá un plazo de alegaciones entre el 30 de julio y el 27 de agosto hasta la publicación de los finales el 28 de agosto.