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La presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU. finalmente llegó a TaiwánAFP

Análisis

Nancy Pelosi llega a Taipéi y eleva la tensión en el Estrecho de Taiwán

Una futura crisis entre Estados Unidos y China es «una muerte anunciada»

La esperada visita de Nancy Pelosi a Taiwán se ha producido. ¿Provocará la crisis anunciada? ¿China se verá obligada a responder para que sus amenazas no se vean como algo vacío?

En todo caso, los planes de este viaje de Pelosi no son del todo determinantes si se materializa un enfrentamiento en el Estrecho de Taiwán. De hecho, unas horas antes de su llegada, Pekín había intensificado sus actividades militares en el estrecho.

En realidad, Estados Unidos y China se están acercando cada vez más a la crisis. Aumenta el riesgo. China, que posee importantes capacidades militares, está cada vez menos preocupada por preservar sus relaciones con Estados Unidos y, posiblemente, mucho más dispuesta a responder a una provocación.

Dada la probabilidad de que se produzca una crisis o incluso un conflicto, Estados Unidos debería dar prioridad a asegurarse de que tiene la capacidad de acudir a la defensa de Taiwán y a ayudar a este país a prepararse para una posible invasión.

A estas horas el Financial Times ya ha informado de que unidades del Mando Regional Oriental del ejército chino han sido puestas en estado de máxima disponibilidad operativa, el medio cita como fuente a funcionarios de defensa de los países vecinos de China. También el Ejército de Taiwán permanece en alerte máxima.

Nancy Pelosi (Iz) fue recibida en el aeropuerto de Taipéi por el Ministro de Relaciones de Exteriores de Taiwán Joseph Wutwitter.com

No es la primera vez que un presidente de la Cámara de Representantes visita Taiwán, en 1997 Newt Gingrich se reunió con el presidente taiwanés Lee Teng-hui, en Taipéi. Gingrich era un presidente republicano durante una administración demócrata y ahora Nancy Pelosi es demócrata como Biden. Eso da que pensar a los funcionarios chinos que se está actuando en coordinación con la Casa Blanca.

Cambios diplomáticos

En los últimos años se han producido cambios notables en la diplomacia estadounidense hacia Taiwán. El secretario de Estado Mike Pompeo envió su felicitación a la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen por su toma de posesión en 2020. La administración Trump recibió a los diplomáticos de Taiwán en el Departamento de Estado y en otros edificios del gobierno federal, lo que ha seguido siendo la práctica durante la administración Biden.

El secretario de Estado Antony Blinken se refirió públicamente a Taiwán como un «país». La administración Biden invitó al representante de Taiwán en Estados Unidos a asistir a la toma de posesión de Biden e invitó a Taiwán a participar en su Cumbre para la Democracia. Funcionarios de la administración también filtraron a los medios de comunicación que personal militar estadounidense está en Taiwán entrenando a sus fuerzas.

Pekín considera este viaje de Pelosi como una oportunidad para enviar un mensaje de que Estados Unidos se está alejando de su política de «una sola China».

Una oportunidad para el liderazgo chino

Decíamos en esta misma columna que el presidente chino, Xi Jinping, aspira a un tercer mandato para este otoño. Probablemente teme que el apoyo público de alto nivel de Estados Unidos a Taiwán le haga parecer débil y que no controla las relaciones críticas, lo que socavaría su posición.

Por eso la reacción de Pekín revela su creciente comodidad ante la perspectiva de una crisis sobre Taiwán. Dado que Xi se enfrenta a vientos en contra en su país y a un creciente resentimiento por su estricta política de cero COVID, es posible que haya llegado a la conclusión de que una crisis de Taiwán podría unir a la población y aumentar su popularidad.

Es posible que Xi entienda que el apoyo internacional a Taiwán es cada vez más fuerte, debido a la invasión rusa de Ucrania. Tanto Taiwán como Ucrania son democracias relativamente jóvenes que existen junto a vecinos autoritarios mucho más grandes y agresivos, con antiguos designios sobre su territorio. Analistas y líderes occidentales, resaltan el paralelismo.

Xi puede sentir que es el momento de disuadir a los países de trabajar con Taipéi para amedrentarles y aumentar sus defensas y su resistencia; podría encontrar en la visita de Pelosi un pretexto ventajoso para realizar ejercicios militares a gran escala; podrían activar una muestra de la presumible preparación del Ejército Popular de Liberación para operaciones complejas. Ello podría proporcionarle pistas sobre si el ejército chino se desenvuelve mejor que el ruso en Ucrania y calibrar la reacción de Estados Unidos y Taiwán.

El antecedente de 1995

La última crisis del Estrecho de Taiwán se produjo hace más de un cuarto de siglo, en 1995, cuando el primer presidente taiwanés, Lee Teng-hui, pronunció un discurso en la Universidad de Cornell, donde se había doctorado en economía agrícola, sobre lo que denominó «la experiencia de democratización de Taiwán».

El hecho de que al presidente taiwanés se le concediera un visado para visitar Estados Unidos después de que el secretario de Estado, Warren Christopher asegurara a su homólogo chino que no se permitiría a Lee entrar en el país enfureció a Pekín.

Como represalia, el ejército chino realizó pruebas y ejercicios con misiles en el Estrecho de Taiwán. Esto llevó al secretario de Defensa William Perry a anunciar que Estados Unidos enviaría dos grupos de ataque de portaaviones a la zona, demostrando que Estados Unidos estaba preparado para intervenir para repeler una invasión china.

Pero ha llovido mucho desde entonces y ahora China multiplica por 20 el gasto militar de Taiwán. China se ha vuelto más audaz en sus maniobras militares coercitivas lo que significa que sus opciones presentes son cada vez más peligrosas.

La tensión en el Mar de China aumenta y un futura crisis es «una muerte anunciada».