Día 162 de guerra en Ucrania
Temor a un accidente nuclear en Ucrania: la central de Zaporizhzhia está «completamente fuera de control»
El miedo a una catástrofe nuclear revive en Ucrania por la irresponsable gestión de los ocupantes rusos de la central de Zaporizhzhia
La central nuclear de Zaporizhzhia, al sur de Ucrania, está «completamente fuera de control». Así lo cree Rafael Grossi, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Grossi advirtió, en declaraciones a Asociated Press, que en estas instalaciones nucleares, ocupadas por el ejército ruso desde el inicio de la guerra, «se han violado todos los principios de seguridad nuclear».
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Asimismo, exigió a las autoridades rusas y ucranianas que permitan de forma inmediata la visita de un grupo de expertos de la OIEA para evitar un accidente nuclear, ya que cada día que pasa, la situación es más peligrosa.
El director general de la OIEA se refirió a los choques, a veces incluso con violencia, entre los militares rusos que ocupan la planta y el personal ucraniano que dirige las operaciones nucleares como uno de los principales peligros que podrían derivar en un accidente.
Señaló también que se ha interrumpido la cadena de suministro de equipos y repuestos necesarios para el correcto funcionamiento de los seis reactores de la central: «No estamos seguros de que la planta esté recibiendo todo el material que necesita», advirtió.
También compartió su preocupación por la forma en que se están gestionando los residuos nucleares producidos por la planta: «Hay mucho material nuclear que debe ser inspeccionado».
Rusia, por su parte, negó ninguna deficiencia en su gestión de la planta y acusó a Ucrania de bombardear la central.
«Estamos listos para mostrar cómo el ejército ruso la protege y cómo Ucrania usa las armas de Occidente para atacarla», afirmó Evgeniy Balitskyi, responsable de la ocupación rusa de Zaporizhia.
Sin embargo, según el Institute for the Study of War (ISW), Rusia está almacenando equipo militar pesado en la central nuclear, además de lanzar ataques contra objetivos ucranianos desde las inmediaciones de las instalaciones nucleares y de realizar ataques de falsa bandera contra instalaciones rusas cerca de la central para responsabilizar a Ucrania de poner en riesgo la seguridad.
Reconquista ucraniana
La reconquista de localidad Zaporizhia es, junto a la de Jersón, el gran objetivo de las tropas ucranianas en la contraofensiva que están lanzando desde hace una semana en el sur de Ucrania.
Zaporizhia es un objetivo estratégico, precisamente, por la central nuclear, pero también por las reservas de agua que Rusia necesita para garantizar el suministro a la península de Crimea.
Además, Rusia pretende conectar la central de Zaporizhia a la red eléctrica rusa y obligar a Ucrania a pagar por recibir electricidad producida por la planta.
Las tropas ucranianas han logrado en los últimos días éxitos limitados en la región de Jersón, con la conquista de pequeñas localidades y posiciones rusas.
Las fuerzas rusas están tratando de recuperar el terreno perdido, de momento sin éxito. Sin embargo, la situación podría dar un vuelco en los próximos días, ya que Rusia está desplazando material desde el Donbás a Jersón para preparar una gran ofensiva.
Según el diario The Kiev Independent, la guerra en Ucrania estaría entrando en una tercera fase que podría marcar un punto de inflexión en la guerra.
La primera fase se habría destacado por la fracasada guerra relámpago sobre Kiev y el norte de Ucrania y por el éxito limitado en el sur y en el este.
La segunda fase, más exitosa para Rusia, pero a costa de agotar casi todas sus capacidades ofensivas, se centró en consolidar y aumentar las conquistas territoriales en torno a Jersón y el Donbás, y culminar la conquista de Mariúpol.
La derrota ucraniana en la batalla del Donbás se habría debido, según el análisis de The Kiev Independent, a la falta de municiones de artillería para hacer frente a los sistemas de largo alcance rusos.
Sin embargo, Rusia ha pagado un alto coste por su victoria y se ha visto obligada a iniciar una pausa para tratar de recomponer sus unidades, redistribuirlas y reponer municiones y armamento.
Esta interrupción ha permitido al ejército ucraniano ganar tiempo para recibir el armamento occidental, sobre todo los HIMARS, que ahora fluye de forma masiva.
Con una Ucrania rearmada y una Rusia en pausa, el ejército ucraniano ha abierto esta tercera fase de la guerra caracterizada por contraofensivas en el sur.
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Los estrategas de Kiev creen que, si esta tercera fase tiene éxito, podría abrirse una cuarta fase, ya en 2023, donde Ucrania tendría la iniciativa y Rusia quedaría a la defensiva y se vería forzada a iniciar un repliegue.