El secretario general de la ONU está «muy preocupado» por los ataques contra la Iglesia en Nicaragua
António Guterres, pidió al régimen de Daniel Ortega que garantice los derechos humanos en Nicaragua incluyendo la libertad de asociación y religión
Aznar y otros expresidentes de todo el mundo piden al Papa que intervenga en la persecución de Ortega
La guerra emprendida por la dictadura de Daniel Ortega contra la Iglesia Católica en Nicaragua tiene «muy preocupado» al secretario general de la ONU, António Guterres, así lo dio a conocer por medio de un portavoz.
«El secretario general está muy preocupado por la grave obstrucción al espacio democrático y cívico en Nicaragua y por las recientes acciones contra organizaciones de la sociedad civil, incluidas las de la Iglesia católica», dijo el portavoz Farhan Haq durante una conferencia de prensa.
Por medio de su portavoz, Guterres reiteró su llamado al régimen nicaragüense para que garantice «la protección de los derechos humanos de todos los ciudadanos, particularmente los derechos universales de asamblea pacífica, libertad de asociación, pensamiento, conciencia y religión».
Según Haq, la operación policial de este viernes en el Palacio Episcopal de la Diócesis de Matagalpa en el norte del país no hace más que agravar estas preocupaciones.
Agentes de Policía ingresaron hoy a la fuerza en la sede episcopal y arrestaron al obispo Rolando Álvarez, un crítico de los atropellos de Ortega, y a siete de sus colaboradores suyos, quienes se encontraban recluidos y retenidos desde el pasado 4 de agosto.
Álvarez, de 55 años, es acusado por la Policía Nacional de intentar «organizar grupos violentos», supuestamente «con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua y atacar a las autoridades constitucionales», aunque de momento no han ofrecido pruebas.
La detención de Álvarez es el roce más reciente en una historia de fricciones entre la Iglesia católica nicaragüense y los sandinistas encabezados por el presidente Ortega.
En lo que va de año, la dictadura nicaragüense ha expulsado del país al nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, llevado a prisión a tres sacerdotes, cerrado ocho radioemisoras católicas y sacado de la programación de la televisión por suscripción a tres canales católicos. También, ha ingresado por la fuerza y allanado una parroquia y expulsado a 16 monjas misioneras de la orden Madre Teresa de Calcuta.
Naciones Unidas, sobre todo a través de la alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, ha denunciado repetidamente la represión contra la sociedad civil en Nicaragua desde que en 2018 se inició la crisis política que vive el país.