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El presidente Jair Bolsonaro y el expresidente Lula da Silva se disputan la presidencia de BrasilMiguel Shincariol, Maura Pimentel / AFP

Elecciones en Brasil, la gran batalla se ha iniciado

El 2 de octubre próximo tendrán lugar las elecciones presidenciales de Brasil, las que son claves, no solo para dicho país, sino también para el equilibrio de fuerzas en América Latina.

Brasil tiene una población 4,5 veces la de España y una superficie casi 17 veces mayor. El gigante suramericano tiene un PIB anual de 1.360.869 millones de euros, comparado con los 1.205.063 millones de España. Brasil es la décima economía del mundo versus España, que es la decimotercera.

En las elecciones que se avecinan, se enfrentan dos posiciones muy antagónicas, que se culpan mutuamente de los problemas que aquejan a Brasil. Todo indica, salvo cambios de última hora, que el nuevo presidente será el ex sindicalista Luiz Inacio Lula da Silva, quien gobernó entre 2003 y 2010 y fue condenado a 9 años de prisión por casos de corrupción, y posteriormente se le aumentó la condena a 12 años, al sumarse otras causas judiciales.

Lula alegó siempre inocencia y persecución política, y finalmente recuperó su libertad tras permanecer 19 meses en prisión, iniciando así su campaña presidencial. Si Lula no obtiene más del 50% de los votos, se realizará una segunda elección entre las dos primeras mayorías, el 30 de octubre de 2022.

Jair Bolsonaro, líder de la derecha y actual mandatario, espera retener el apoyo del mundo evangélico, como también de todos aquellos vinculados al mundo militar. Lula da Silva, que cumplirá en octubre 77 años, pretende re aglutinar a toda la izquierda dura, como también a los votantes de centro que no han evaluado bien la gestión de Bolsonaro.

El mundo rural y principalmente los agricultores, han sido partidarios de Bolsonaro, quien tiene una postura más flexible en temas medio ambientales. Ha resultado paradójica, la posición tomada por el actual mandatario en relación a la invasión rusa en Ucrania.

Brasil es parte de los BRICS - bloque fundado en 2009 – el cual incluye a Rusia, India, China y Sudáfrica. Brasil quiere asegurarse abastecimientos importados relevantes, para lo cual su presidente ha actuado con pragmatismo.

De triunfar Lula da Silva, el eje Petro - Boric - AMLOFernández- Arce, se potenciará, intentando mantener una prudente, pero cómplice distancia, del eje Cuba - Venezuela - Nicaragua.

En el otro espectro veremos a Uruguay, Paraguay y Ecuador, más cercanos a la derecha, intentando sobrevivir en un entorno de países gobernados por líderes «progresistas» y defensores de un Estado más fuerte.

El nuevo mapa podría sufrir cambios en octubre de 2023, en donde tendrán lugar las elecciones presidenciales en Argentina, en donde todo indica que la oposición retornará al poder, tras la pésima gestión de la dupla Fernández-Fernández que tienen a la otrora potencia mundial sumida en la pobreza y la desesperanza.

Brasil es país miembro del Mercosur, un acuerdo regional que data de 1991, pero cuyos beneficios han sido muy limitados y en muchos casos restrictivos para el crecimiento de sus miembros.

Nuevas alianzas y acuerdos deambulan por América Latina, los que van ganando o perdiendo importancia, al vaivén de las ideologías de los gobernantes de turno. OEA, CELAC, Unasur, Prosur, Mercosur, Alianza del Pacífico, Comunidad Andina y ALBA son algunos de los mecanismos de integración regional, que tras la idea de enfrentarse al mundo «unidos», pretenden obtener beneficios para sus países miembros.

Lo que suceda en Brasil en las próximas elecciones será determinante para el futuro de la interacción de la región con el resto del mundo.

Rusia y China están expectantes, aunque desde hace ya mucho tiempo han aumentado su influencia en la región. Increíblemente, la Unión Europea y los Estados Unidos toman palco, más que ocuparse activamente de jugar un rol más relevante en territorios que históricamente estaban bajo su zona de influencia.