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180 días de guerra en Ucrania

Los drones retoman su protagonismo en Ucrania y se convierten en una pesadilla para los rusos

En la tercera fase de la guerra en Ucrania, iniciada este mes de agosto con las contraofensivas ucranianas en el sur (Jersón, Zaporiyia y Crimea) y el bloqueo de los frentes orientales (Jarkov y Donetsk), los drones han recuperado un protagonismo inédito.

Sin embargo, no se trata de los grandes drones artillados como los Bayraktar TB2 que causaron el terror de las tropas rusas al inicio de la invasión el 24 de febrero (Rusia ha logrado establecer un sistema efectivo de defensa antiaérea con los sistemas S300 capaz de neutralizarlos), ni los indetectables drones kamikaze Switchblade proporcionados por Estados Unidos.

En esta tercera fase de la contienda son los pequeños drones, diseñados para uso civil, pero modificados y adaptados para uso militar por el ejército ucraniano, los que se han convertido en una pesadilla para los ocupantes rusos.

Estos pequeños aparatos difíciles de detectar y de destruir se han convertido en un eficaz instrumento para la artillería ucraniana.

Un equipo especial del Ejército ucraniano, entrenado en su manejo, los opera desde posiciones móviles, incluso muy cerca de las posiciones rusas. Con los drones identifican posibles objetivos y transmiten sus coordenadas a la artillería encargada de destruirlos.

En declaraciones a la BBC, el general Dmytro Marchenko explicó que «esta es una guerra de artillería, armas de alta tecnología y mentes. El soldado aún juega un papel importante, pero el éxito depende principalmente de los cohetes, la artillería y los ataques aéreos».

Los drones de uso civil modificados también han protagonizado varios ataques contra tanques y grupos de soldados rusos.

Dotados de granadas, los drones son capaces de acercarse al objetivo, soltar su carga explosiva y marcharse sin ser detectados.

En Twitter proliferan los vídeos grabados desde los propios drones donde se muestra la eficacia de estos ataques.

El método ha resultado tan efectivo que Ucrania ha solicitado a Taiwán varios drones de combate Revolver 860 especialmente diseñados para este tipo de misiones.

Aunque son estos pequeños drones los que ahora causan mayores dolores de cabeza a los invasores, los potentes Bayraktar TB2 siguen golpeando al enemigo a pesar de ser ahora más vulnerables que antes.

En junio fueron esenciales para destruir la base rusa en la isla de las Serpientes, en el mar Negro, y forzar a las tropas rusas a abandonarlas.

Ahora, se sospecha que estos drones pesados están detrás de los ataques contra bases y depósitos en Crimea o, incluso, en suelo ruso.