Guerra en Ucrania
Natalia Vovk, la supuesta espía ucraniana a la que Rusia acusa de matar a la hija de Duguin
Según la inteligencia del Kremlin, el objetivo de la presunta agente con lazos con el Batallón Azov no era el pensador, sino su hija, a la que habría vigilado durante semanas antes de asesinarla
Apenas dos días le han bastado a las fuerzas y cuerpos de seguridad rusos para, supuestamente, resolver el caso del asesinato de Daria Dúguina, hija del intelectual Alexander Duguin, que falleció el sábado cuando explotó el coche en el que viajaba, en Bolshiye, a 40 kilómetros de Moscú.
Según el Servicio Federal de Seguridad de la Federación de Rusia (FSB), la presunta asesina es Natalia Vovk, una ciudadana ucraniana de 43 años que habría matado a Dúguina de forma premeditada y no por error.
En un primer momento se sospechaba que el objetivo del atentado era Duguin, uno de los ideólogos de cabecera del Kremlin, aunque ahora el FSB sostiene que el atentado fue ejecutado según lo previsto.
«Su padre no era el objetivo»
«Quienes tramaron el asesinato de Daria Dúguina estudiaron su rutina diaria y sus hábitos. Cuando detonaron el artefacto explosivo, quienes hicieron explotar el coche de forma remota estaban seguros de que Dúguina estaba sola. Su padre no era el objetivo de los asesinos», ha asegurado una fuente policial a la agencia rusa Tass.
Duguin y su hija habían participado como invitados de honor en un festival, donde el filósofo dio una conferencia. Ambos debían viajar de vuelta en el mismo coche, pero Duguin decidió hacerlo en otro vehículo distinto del que usaba habitualmente, un Toyota Land Cruiser, que fue ocupado por Gúguina y que fue el que explotó, matándola en el acto.
Labores de seguimiento
Según la inteligencia rusa, Vovk habría entrado en Rusia el pasado 23 de julio junto a su hija, de 12 años, sobre la que algunas informaciones en medios rusos citando fuentes policiales señalan como posible partícipe en la colocación del artefacto explosivo en los bajos del vehículo.
Allí, Vovk habría alquilado un apartamento en el mismo edificio donde vivía Dúguina y después, entre las labores de seguimiento durante semanas, habría asistido a un festival cultural al que también acudió la hija del pensador, que ejercía como periodista y politóloga.
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Según una nota del FSB recogida por agencias rusas como Tass o Interfax, la presunta asesina habría huido después del atentado mortal a Estonia. En concreto, a través de la región de Pskov, precisan. Según el periódico estonio Postimees, las autoridades rusas no se habrían puesto en contacto con ninguna autoridad estonia.
De acuerdo con algunas cuentas propagandísticas rusas en redes sociales como Telegram o Twitter, Vovk habría servido en el Batallón Azov bajo el nombre de Natalia Shaban.
Un documento identificativo militar, filtrado en Internet por estas cuentas, demostraría que Vovk habría cobrado de esta unidad militar perteneciente a la Guardia Nacional de Ucrania y nutrida en parte por combatientes de extrema derecha.
Para Rusia, el Batallón Azov es un grupo terrorista y distintos diputados de la Duma han pedido que se establezca la pena de muerte para ellos. La prensa rusa ha deslizado que Dúguina había realizado algunas investigaciones periodísticas sobre el Batallón Azov, lanzando, así, la sospecha hacia Ucrania y esta unidad.
Distintas televisiones en Rusia están mostrando estos días imágenes de la supuesta asesina. En diversos vídeos en los que se la ve cerca de la casa donde vivía Dúguina.
También ha emitido imágenes en las que Vovk aparece a bordo de un automóvil Mini Cooper que habría usado una matrícula de la autoproclamada República Popular de Donetsk para entrar en el país. Luego la habría cambiado por una kazaja, ya en Moscú y, por último, por una ucraniana para salir del Rusia.
La oficina central del Comité de Investigación de Rusia será el organismo encargado de investigar el asesinato de la periodista, que será condecorada con la Orden de Coraje, según un decreto firmado este lunes por el presidente de Rusia, Vladimir Putin.
Otras hipótesis
Ucrania ha negado tajantemente que sus servicios secretos estén detrás del atentado con coche bomba. «Ucrania no tiene absolutamente nada que ver con esto, porque no somos un Estado criminal, como lo es la Federación Rusa, y más aún, no somos un Estado terrorista», aseveró tras la noticia Mykhailo Podoliak, asesor del jefe de la Oficina del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
Según Podoliak, tras el atentado podría estar el propio Kremlin, con el fin de azuzar a la población para aumentar el apoyo a la invasión de Ucrania. Otra hipótesis, según él, es que hay diferentes grupos políticos en Rusia, que están luchando entre sí y este asesinato se enmarcaría dentro de ese contexto.
Esta última teoría encaja con las declaraciones realizadas por el exdiputado opositor ruso exiliado en Ucrania Iliá Ponomarióv, quien ha reivindicado que el asesinato era obra del Ejército Nacional Republicano, «como muchas otras acciones guerrilleras realizadas en el territorio ruso en los últimos meses».