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El dron espía Black Hornet en acciónTeledyne FLIR

185 días de guerra en Ucrania

Así son los diminutos drones espía que Reino Unido entregará a Ucrania para introducirlos en las líneas rusas

Durante su reciente visita a Kiev, el primer ministro británico, Boris Johnson, anunció un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 54 millones de libras esterlinas y que incluye una partida de 2.000 drones de última generación y misiles merodeadores.

El paquete de ayuda, destinado a fortalecer las capacidades de vigilancia de largo alcance y capacidad de orientación defensiva del ejército ucraniano, incluye 850 micro drones Black Hornet («Avispón Negro»).

Se trata de un pequeño dron espía de 168 milímetros y 33 gramos, como un teléfono móvil, producido por la compañía estadounidense FLIR, cuyo principal cliente es el gobierno de Estados Unidos.

Los Black Hornet están especialmente diseñados para su empleo en zonas rurales y pequeños núcleos urbanos para transmitir imágenes y vídeo en vivo sin almacenarlas, para evitar que información militar caiga en manos del enemigo.

De fácil manejo, requiere una breve formación -de menos de 20 minutos, según el ministerio de Defensa británico- y se lanzan directamente con la mano.

Según el fabricante, estos «Avispones Negros» poseen una autonomía de 25 minutos y pueden alcanzar una velocidad de 20 kilómetros por hora.

Los Black Hornet proporcionan al soldado información esencial para fijar objetivos, detectar movimientos de tropas enemigas y adelantarse a sus acciones.

Este dron extremadamente ligero y silencioso ya lo emplearon las tropas estadounidenses en la guerra de Afganistán demostrando su eficacia a la hora de «salvar vidas y minimizar daños colaterales». «Identifica posibles amenazas tanto de día como de noche sin ser detectado».

También permite «ampliar el alcance visual en entornos complejos y entramados urbanos». Da ventajas a los soldados en enfrentamientos con objetivos situados «más allá de la línea de visión y realiza una evaluación en tiempo real de la eficacia del armamento».

Johnson, en su visita a Kiev, anunció también una ampliación del plan de formación de los soldados ucranianos, un plan al que se han adherido un total de ocho países.

El objetivo de este programa es capacitar a los civiles ucranianos para convertirse en soldados. Además de Reino Unido, están entrenando a futuros soldados del ejército ucraniano Canadá, Dinamarca, Nueva Zelanda, los Países Bajos, Noruega, Finlandia, Suecia y Lituania.

En sus declaraciones a los medios de comunicación junto con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, Johnson afirmó que «el paquete de apoyo dará a las valientes y resistentes Fuerzas Armadas de Ucrania otro impulso en su capacidad, lo que les permitirá seguir haciendo retroceder a las fuerzas rusas y luchar por su libertad».

El moderno armamento de los países occidentales, principalmente los potentes sistemas de misiles HIMARS, han permitido al Ejército ucraniano frenar el avance del Ejército ruso en un momento en que las tropas de ocupación comenzaban a dar síntomas de agotamiento.

Sin embargo, por el momento las contraofensivas ucranianas no se han traducido en contundentes ganancias territoriales, aunque han logrado golpear bases militares y depósitos de municiones y combustible incluso en la retaguardia rusa.

Pese a todo, en el gobierno ucraniano se ha instalado un desmedido optimismo y se pide a la población, y a los socios occidentales, que tengan paciencia, porque los éxitos en el campo de batalla llegarán.

El ministro ucraniano de Defensa, Oleksiy Reznikov, aseguro que «soy optimista, estoy bien informado por lo que tengo buenas esperanzas en que antes de que termine este año habrá buenas y agradables noticias para toda la sociedad ucraniana y el mundo. Es importante que la gente vea la victoria».