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Cuba hambre

Una tienda de La Habana cuelga el letrero de «no hay pan» ante la imposibilidad de comprar harinaEFE

Cuba reprime a los «balseros» que intentan escapar por los apagones eléctricos y el hambre

Se están produciendo enfrentamientos y tensiones con las fuerzas del orden en distintos puntos del país debido a la interrupción constante del suministro eléctrico

La situación de los cubanos hace tiempo que ha sobrepasado el límite de lo humanamente soportable después de meses de apagones en distintos puntos de la isla que, en ocasiones, se han alargado hasta 12 horas seguidas sin electricidad.

El hartazgo de la población es palpable. A pesar de la presión de las fuerzas del orden para reprimir toda expresión de disconformidad con las autoridades cubanas, muchos cubanos han salido a las calles para protestar.

Otros se han lanzado al mar en improvisadas embarcaciones para tratar de alcanzar las costas de Florida. Son los conocidos como «balseros» que intentan entrar por mar en Estados Unidos para escapar de la miseria que les ha dejado la dictadura cubana, hoy en manos de Miguel Díaz-Canel.

Este martes, se están registrando apagones masivos al alcanzarse un déficit energético cercano al 27 % de la capacidad máxima de generación durante el horario de mayor consumo, informa la agencia EFE.

Los cortes del suministro de luz se producen debido al deterioro de la infraestructura eléctrica: fallos, roturas en las plantas eléctricas, falta de combustible, corrupción por parte de las empresas encargadas del mantenimiento, son algunos de los motivos que se encuentran detrás de la crisis energética que padece Cuba.

Una crisis que llega cuando la economía de la isla sigue sin salir del pozo en el que cayó debido a las consecuencias de la pandemia de coronavirus.

No se trata de algo anecdótico o de una simple incomodidad. Los apagones están destruyendo la frágil economía cubana y están ocasionando un problema social. Incluso está derivando en problemas de salud pública y de acceso a los alimentos.

En las últimas horas el periodista cubano en el exilio, Albert Fonse, difundió un vídeo en redes sociales donde se ve a varias familias de la localidad de Baracoa fabricando juntas botes para escapar de la isla por mar.

Advertidos de las intenciones de estas familias, la guardia de frontera se desplaza hasta el lugar, en el barrio de Sepen, y destruye los botes.

Encolerizados, los presentes se enfrentaron a los guardias que reprimieron con violencia a las familias.

Finalmente, un joven se encaró con la guardia de fronteras: «Si no cabemos en este país porque nuestros salarios no nos alcanza para comprar en las tiendas en divisa (dólares), si no hay petróleo para que las termoeléctricas funcionen, nosotros decidimos con nuestras vidas lo que nosotros queramos», defendió.

«¿Alguna vez se les fue la corriente? ¿Alguna vez no tuvieron comida como no tenemos nosotros hoy? ¿Alguna vez no tuvieron nada como no tenemos nosotros? ¿Qué ustedes cambiaron de posición? ¡Felicidades! Pero entonces permítanos a nosotros tomar decisión por nuestras vidas», continuó el joven cubano.

Denunció ante los guardias, sin miedo a ser detenido y ovacionado por los presentes, que «no tenemos cómo ir a comprar un vaso de leche, porque es en divisa. No tenemos cómo comprarnos un par de zapatos, porque es en divisa».

«A mi niña le están picando los mosquitos. Si coge dengue, ¿qué hago? Una niña de ocho meses. ¿Si lo coge a las 4 de la mañana y sin corriente? Sin embargo, cuando paso por casa de los dirigentes, tienen corriente, tienen su planta (eléctrica), y nosotros, los humildes, no la podemos utilizar», criticó.

«Nos ponemos en riesgo por el estrecho de la Florida. Lo que deberían hacerle es un monumento a los balseros». «No podemos ser ilegales en nuestro propio país», añadió antes de finalizar el vídeo.

Escenas como esta se están produciendo en distintos puntos de Cuba el periodista Albert Fonse advirtió en su perfil de Twitter que «cualquier situación va a servir de chispa para una gran manifestación o algo grande que va a pasar. Ya la gente no aguanta más. La gente se quiere ir del país y, si no se lo permiten, va a pasar algo, y si les quitan la corriente va a pasar algo».

Desde el 1 de octubre de 2021, la guardia costera estadounidense ha interceptado en las costas de florida a cerca de 4.500 «balseros» cubanos.

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