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Militantes de Saraya al-Salam, partidarios del clérigo Muqtada Al Sadr, se enfrentan a las fuerzas de seguridadAFP

Empeora la situación en Bagdad con 23 muertos y el impacto de 4 misiles en la «Zona Verde»

Las embajadas han comenzado a evacuar a su personal ante el riesgo de estallido de un conflicto civil a gran escala en Irak

Los disparos y las explosiones siguen atronando en Bagdad después de que ayer miles de partidarios del clérigo chií, y principal figura política del país, Muqtada Al Sadr, asaltaran el palacio presidencial de Irak situado en la «Zona Verde» de la capital.

Según señaló la agencia EFE, a partir de una fuente de las fuerzas de seguridad del país, los disturbios han dejado ya un saldo de 23 muertos y 250 heridos.

La violencia se desató después de que Al Sadr anunciara su retirada de la política y la disolución de su partido.

La decisión provocó la ira de sus partidarios, una fuerza que logró incluso desafiar a las tropas de Estados Unidos tras la caída del régimen de Sadam Hussein en 2003.

Tras la retirada del clérigo, las milicias de Al Sadr, Saraya al-Salam (las Brigadas de la Paz), se han enfrentado a las fuerzas gubernamentales y a las milicias iraníes que las sostienen.

Al Sadr, partidario de un Irak gobernado por la mayoría chií pero autónomo de Irán, ha criticado al gobierno iraquí por alinearse con Teherán y ha bloqueado toda acción de gobierno gracias a su fuerte respaldo electoral obtenido en las elecciones de octubre de 2021.

La crisis se presenta más como un «enfrentamiento» civil entre iraquíes, con influencia de los tentáculos del régimen de los ayatolás iraní, que como un conflicto directo Irak-Irán.

A pesar de que ambos países son de mayoría chií y que Irán ayudó al gobierno iraquí en la lucha contra Estado Islámico, una parte de los chiíes iraquíes, encabezados por Al Sadr, recelan de la influencia iraní.

Los chiíes iraníes son persas, frente a los iraquíes, que son árabes, y tienen una concepción de las relaciones entre política y religión que chocan con los puntos de vista de Al Sadr.

La situación se complica cada hora que pasa en la capital iraquí. Irán y Kuwait cerraron sus fronteras con el país, y varias embajadas occidentales, como la de Estados Unidos, comenzaron a evacuar a su personal. Turquía, por su parte, pidió a sus ciudadanos que se abstengan de viajar a Irak.

Según las fuerzas de seguridad iraquíes, en la mañana de este martes impactaron cuatro misiles en la «Zona Verde», el distrito administrativo fortificado donde se sitúan todos los organismos de gobierno y las embajadas.

En un comunicado de los servicios de inteligencia iraquíes, se afirmó que los cuatro misiles se lanzaron desde el barrio de Ciudad Sadr, el popular barrio de mayoría chií y principal feudo de Muqtada Al Sadr.

Al Sadr exige a sus partidarios que depongan las armas y se retiren

Los graves disturbios ocasionados en Bagdad por la milicia chií, Saraya al-Salam, han desbordado a su propio líder, el clérigo y líder de la oposición Muqtada Al Sadr.

El anuncio de Al Sadr ayer lunes de que se retiraba de la política fue la chispa que detonó las protestas.

Tras conocerse que sus partidarios habían asaltado la «Zona Verde», el barrio administrativo, y ocupado la sede del gobierno, Al Sadr emitió un vídeo en el que exigió a sus partidarios que depongan las armas y se retiren.

«Si en 60 minutos no se retiran de la sentada frente al Parlamento, dejaré de ser parte de la corriente sadrista», señaló.

En el vídeo, emitido por la televisión iraquí, explicó que «estoy muy triste y cansado por lo que sucede en Irak» y condenó la violencia mostrada por sus partidarios.

Afirmó que la violencia no es la forma para acabar con la corrupción, agradeció a las fuerzas del orden por su esfuerzo para recuperar la seguridad y pidió disculpas al pueblo iraquí «por el crimen intolerable del derramamiento de sangre».

Tras el vídeo de Al Sadr, algunos milicianos sadristas comenzaron a retirarse de la «Zona Verde» de Bagdad.