Los sondeos auguran que Liz Truss será la tercera mujer conservadora en gobernar el Reino Unido

La carrera por el número 10 de Downing Street entra en su recta final. Boris Johnson será primer ministro de Reino Unido hasta el lunes 5 de septiembre, fecha en la cual pasará el testigo a uno de dos posibles sucesores: Rishi Sunak, su antiguo ministro de Hacienda, o Liz Truss, su actual ministra de Asuntos Exteriores.

Truss es quien encabeza los sondeos. El último informe del periódico The Economist señala una probabilidad del 96.3 % de que la ministra suceda a Johnson como líder del Partido Conservador. El mismo informe da un magro 3.7 % de posibilidades a Rishi Sunak.

Con más de la mitad del voto escrutado, los sondeos de la organización británica YouGov indicaron que el 66 % de los votantes se decantó por Truss, frente al 34% que apoyó a Rishi Sunak.

De confirmarse su victoria en las primarias conservadoras, Truss seguiría los pasos de Margaret Thatcher y Theresa May cómo tercera mujer a la cabeza de Reino Unido, y gobernaría hasta al menos enero de 2025.

Ambos candidatos se enfrentaron a un verano intenso, marcado por sus campañas electorales. La opinión del pueblo británico, que no tiene voto en esta elección, demuestra ambigüedad: un 28 % apoyaría a Rishi Sunak y un 25 % a Liz Truss, pero el 47 % no tiene preferencia alguna. Por su parte, los votantes del Partido Conservador prefieren a la ministra de Exteriores, ya que un 41 % votaría por ella frente al 36 % que se decantaría por Sunak.

Boris Johnson, 'candidato estrella'

A pesar de que los escándalos dinamitaron su carrera en el número 10 de Downing Street, Boris Johnson aún conserva la confianza de sus aliados. De los 1089 miembros del Partido Conservador encuestados por YouGov, un 46 % compartió que votaría de nuevo por el actual primer ministro si este se enfrentara a Truss y Sunak en una votación a tres bandas.

Asimismo, un 55% de los Conservadores opina que los parlamentarios se equivocaron al forzar la dimisión de Boris Johnson. Escándalos como el ‘Partygate’, que resultó en una multa al primer ministro, y el del diputado Chris Pincher, acusado de acoso sexual en Westminster, habían dejado la reputación del Partido por los suelos. La dimisión de Johnson fue considerada necesaria para salvar la imagen de los tories de cara a elecciones futuras.

Sunak se precipita

La dimisión repentina de Johnson, a principios del mes de julio, desencadenó unas elecciones precipitadas. En primer lugar, los 356 parlamentarios del Partido Conservador votaron hasta elegir a dos finalistas. En la última ronda, y tras eliminar a los demás seis candidatos, 137 diputados votaron por Rishi Sunak, y 113, por Liz Truss.

Sunak encabezó todas las rondas electorales parlamentarias, pero su suerte cambió al entrar en la fase final de la votación. En unas elecciones que duraron todo el mes de agosto, los casi 200.000 miembros del Partido Conservador se decantaron por uno de los dos candidatos, y los sondeos indican que una mayoría votó por Truss.