Análisis
Viva Chile
El Gobierno de Boric, debe desprenderse de la soberbia y de la prepotencia, si pretende gobernar un país que en las urnas le ha dado una señal contundente de Rechazo a su gestión y a la propuesta gatillada por el gobierno
Los chilenos han rechazado de manera abrumadora la propuesta de una nueva Constitución. Han votado más de 12 millones de electores, la cifra más alta en la historia de Chile. Más del 62 % de los ciudadanos le han dado un portazo a la izquierda dura, al Partido Comunista y a todos los progresistas ingenuos que pensaron que el pueblo chileno era estúpido. 155 constituyentes dominados por extremistas y por indigenistas furiosos, intentaron tomar el control total de la sociedad con una propuesta que pretendía desmembrar a Chile, eliminar el Senado y atentar contra la propiedad privada.
El presidente Boric intentó secuestrar a Chile, liderando con su gabinete una campaña en favor del Apruebo, permitiendo la impunidad de grupos anarquistas y terroristas. El proceso constituyente surgió a partir de un mal llamado estallido social, que en rigor fue un estallido delictual, que con la permisividad del presidente Piñera dieron espacio a que una pandilla de engreídos tomara el control de la Patria. Las Fuerzas Armadas fueron humilladas, la Policía fue abandonada y los chilenos de bien, se vieron acorralados por una prensa sesgada y por una izquierda cercana a los dictadores cubanos y venezolanos.
El mundo rural chileno dijo basta y todos aquellos que trabajan día a día y que no están a la espera de prebendas del Estado salieron de su silencio y en estas elecciones dijeron Rechazo a un «mamarracho» constitucional, redactado por un grupo mayoritariamente ignorante. Lo que le espera a Chile es desmarcarse del colombiano Petro, de la Kirchner, de AMLO y de todos aquellos líderes populistas de la región.
Chile fue una estrella a seguir en América Latina, habiendo pasado de ser un país pobre a un país cercano al desarrollo. El modelo económico chileno permitió a millones de ciudadanos salir de la pobreza, a muchos jóvenes estudiar en la universidad y a trabajar dignamente en un país que comercia con todo el mundo y que es respetado internacionalmente.
El Gobierno de Boric, debe desprenderse de la soberbia y de la prepotencia, si pretende gobernar un país que en las urnas le ha dado una señal contundente de Rechazo a su gestión y a la propuesta gatillada por el gobierno. Con el resultado obtenido por el Rechazo, se acaba la plurinacionalidad, se acaba el indigenismo profundo, se acaban las banderas anti-chilenas, se acaban las ocupaciones ilegales y las amenazas del líder comunista Guillermo Tellier, que anticipó la defensa de su propuesta en las calles
Lo que viene ahora es impredecible, aunque la mayoría de los sectores políticos están de acuerdo en hacer algunas modificaciones a la Constitución de Lagos –no repetir más que es la Constitución de Pinochet– que fue modificada desde el Congreso Nacional. Para obtener un proyecto constitucional decente y congruente, se requiere que participen expertos constitucionales y no con una mayoría de payasos, como fue el caso de quienes redactaron la propuesta ahora fenecida.
España y los españoles deben estar contentos, pues la izquierda dura y los ex convencionales muchas veces culpaban a España de los males de Chile y de su pueblo. Muy a tono con las incongruencias de AMLO y de Petro, la izquierda chilena pretendía promover indigenismo y negar el mestizaje, que es la base de la población chilena. Se acaba la propuesta de derechos sociales sin financiamiento y ajenos a la necesidad de cumplir deberes y ser cada uno responsable de sus actos y de su futuro. Todas las regiones de Chile hablaron y de manera tan profunda, que esperamos que el gobierno sepa leer el mensaje y no se aferren a un poder que ya no cuenta con el apoyo de la población. Viva Chile.