Un alto mando de Ucrania anticipa la III Guerra Mundial: «No descartemos un conflicto nuclear»

Cada día de guerra en Ucrania es un paso hacia el apocalipsis nuclear. Así lo ha presagiado el máximo jefe militar ucraniano, Valeriy Zaluzhnyi.

Pesimista, el comandante advirtió de un posible enfrentamiento atómico entre Rusia y los países occidentales, que provocaría un «conflicto nuclear limitado» y conduciría al mundo «a la Tercera Guerra Mundial».

«Existe una amenaza directa de que las Fuerzas Armadas de Rusia utilicen, bajo ciertas circunstancias, su arsenal táctico de armas nucleares. No debemos descartar del todo la posibilidad de que los líderes mundiales involucren a sus países en un conflicto nuclear ‘limitado’, que a su vez provoque la Tercera Guerra Mundial», advirtió Zaluzhnyi, a través de un artículo en el periódico Ukrinfrom.

Sus declaraciones suceden en paralelo con un cambio en la dinámica del frente de guerra. En los últimos meses, y gracias al suministro de armamento occidental, Kiev ha logrado llevar a cabo una contraofensiva en el sur del país, y recuperar parte de su territorio. Sus esfuerzos y ataques fueron tales, que Moscú tuvo que cancelar el referéndum previsto para anexionar la región de Jersón.

De la misma manera, el comandante admitió que sus fuerzas estuvieron detrás del ataque a las bases militares de Rusia en Crimea. Su agresión puso en el punto de mira arsenales de munición y hangares aéreos, en un intento de «trastornar el centro de gravedad del ejército ruso».

Todo apunta a una escalada, y a que el fin de la invasión aún está lejos. Ucrania debe «llevar a cabo una guerra más afilada y tangible para los rusos, y las regiones ocupadas». Zaluzhnyi explicó que el ataque en Crimea «ejemplificó» el esfuerzo de Kiev por demostrar a sus aliados que necesitan armas de mayor alcance: el arsenal de Moscú supera veinte veces las capacidades de larga distancia del ucraniano.

La central nuclear de Zaporiyia

Otro factor que inquieta es la situación en el complejo de Zaporiyia. Se trata de la central nuclear más grande de Europa, y está bajo el control de las autoridades rusas. Más de 1.000 empleados ucranianos pugnan día y noche para mantenerla en funcionamiento, y conectada a la red eléctrica del país.

Tanto el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, como las Naciones Unidas, han pedido que se establezca una zona de protección de la planta, que expulse a las tropas ucranianas de la zona. En su artículo de Ukrinform, el comandante Zaluzhnyi lamentó el uso por parte de Rusia de la central como «base militar», y señaló que demostraba su indiferencia por la protección nuclear de todo el globo.