Isabel II
Insulta al príncipe Andrés en el cortejo fúnebre de la Reina: «¡Viejo enfermo!» y «repugnante»
El joven, de 22 años, quedó. detenido por alterar el orden público. El duque de York y el de Sussex, los únicos de la familia real que tienen prohibido usar el uniforme militar
Era la crónica de un incidente anunciado. El príncipe Andrés pudo llegar a un arreglo económico para no terminar en el banquillo por abuso de menores y quién sabe si en la cárcel, pero los ingleses no olvidan y visto lo visto, al menos hay uno que no le perdona.
El favorito de Isabel II camina en el cortejo que sigue el féretro de su madre junto a sus hermanos. Va vestido con chaqué porque fue despojado de todos sus galones y no pueden usar el informe militar. La multitud guarda un silencio sepulcral que es interrumpido por un hombre que le grita a pleno pulmón: «¡Andrés, Viejo enfermo!».
El forcejo termina con airadas protestas. «¡No he hecho nada malo!», protestaba. En efecto, no lanzó huevos, ni arrojo otro tipo de hortalizas que suelen tener a mano los que van preparados para protagonizar este tipo de actos, pero su conducta empañó por unos instantes una escena histórica donde se imponía el respeto y el silencio.
La Policía escocesa difundió un comunicado posteriormente donde informó que había detenido a un joven de 22 años vinculado a «la ruptura de paz en la milla real», como se conoce en Edimburgo el tramo que recorría el coche con los restos de Isabel II y el cortejo fúnebre.
El comunicado de Harry
El duque de York, de 62 años, mantiene sus títulos nobiliarios, pero es el único de la familia real, junto con el príncipe Harry, -por otros motivos-, que tiene prohibido usar el uniforme militar.
El duque de Sussex parece haber acusado el golpe de tener que acompañar el cortejo también de civil y hoy mismo recordó en un tuit que su «abuelita» fue su «comandante en jefe».
En la red del pajarillo azul escribió: «Abuelita, si bien esta despedida final nos trae una gran tristeza, estaré eternamente agradecido por todos nuestros primeros encuentros, desde mis primeros recuerdos de la infancia contigo, hasta conocerte por primera vez como mi Comandante en Jefe, hasta el primer momento en que conociste a mi querida esposa y abrazaste a tus amados bisnietos».