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El Rey Carlos III, en Highgrove en GloucestershireGTRES

¿Dónde vivirá Carlos III, el Rey que detesta el palacio de Buckingham?

Highgrove House es una fabulosa mansión de estilo neoclásico georgiano, en la campiña de Gloucestershire (suroeste de Inglaterra), rodeada de jardines orgánicos cuidados con mimo y esmero por su ilustre morador, el Rey Carlos III. Puede pasar horas desbrozando un seto o sembrando amapolas, esquejes de romero y delfinios.

Construida en el siglo XVIII, pernoctó en ella durante una época Maurice Macmillan, hijo de Harold Macmillan, primer ministro británico a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta. En 1980, el ducado de Cornualles desembolsó por ella un millón de libras y estableció allí su residencia privada el entonces Príncipe de Gales. Mandó construir un pabellón para las colmenas de abejas que producen miel, una «Casa de las Gallinas» y un corral para el ganado. Como bien sostienen algunas biografías sobre el hijo de Isabel II, si no hubiera nacido en la Familia Real habría sido granjero. En Highgrove House encontró su refugio de la «arquitectura brutalista», que según él se ha apoderado de ciertos barrios de Londres, y de la presión del día a día en su residencia oficial de Clarence House.

Oficialmente, la mansión de Highgrove House, como patrimonio del ducado de Cornualles, pasará ahora a manos de su hijo, el Príncipe Guillermo. Pero dado el significado que representa para Carlos III podría seguir viajando allí.

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Tras su proclamación como Rey, ¿adónde su mudará? La respuesta previsible y rápida sería Buckingham, la residencia oficial en la que hizo su vida Isabel II, alternando sus estancias con largos veranos en el castillo de Balmoral, fines de semana en Windsor y la Navidad, en la finca de Sandringham. En las dependencias del castillo escocés, donde exhaló su último aliento, la Reina ejercía como afectuosa esposa, madre, abuela y bisabuela. «El peso de la Corona quedaba en la puerta principal del castillo», repiten estos días en los infinitos especiales de la BBC. No parece claro que Carlos III vaya a seguir sus pasos a la hora de establecer su hogar.

Al nuevo Rey nunca le ha gustado Buckingham, una construcción tan imponente como estéticamente discutible. Según The Times, apuntando a una serie de informes publicado en los últimos años, Carlos III podría usarlo solo como su oficina, un lugar de trabajo, pero nunca como un hogar. Al Rey le gustaría mantener Clarence House, al lado del Palacio de St. James, como su residencia en Londres. El Palacio de Buckingham acogería banquetes, recepciones e investiduras, y se mantendría como sede de la monarquía. También baraja la idea de abrirlo más al público como atracción turística.

Palacio de Buckingham, en LondresGTRES

El locutor Andrew Marr apuntó en su libro The Diamond Queen, publicado en 2011, que Carlos consideraba trasladar su corte al Castillo de Windsor cuando se convirtiera en Rey, y relegar Buckingham como centro de operaciones logístico y museo.

Otra fuente, en cambio, sostiene que el castillo de Windsor tampoco sería del todo de su agrado y habría ofrecido al Príncipe Guillermo que se trasladase allí. Unos planes que no casan ahora mismo, puesto que acaba de establecer su nuevo hogar en Windsor, en Adelaide Cottage, con su mujer Catalina y sus tres hijos; Jorge, Carlota y Luis.

Isabel II también se mostró reacia a mudarse a Buckingham. Cuando murió su padre Jorge VI, vivía en Clarence House y su marido Felipe de Edimburgo le propuso permanecer allí y usar el palacio como oficina. Sir Winston Churchill la convenció y atendiendo una vez más a su profundo sentido del deber fijó su residencia en el palacio más representativo de la monarquía británica, en Westminster, en pleno corazón de Londres.